martes, 17 de marzo de 2020

Decálogo docente en tiempos de coronavirus (modestia a parte)

Leo, a mi modo de ver, algunas barbaridades en las redes sociales sobre lo que se supone que debemos hacer los docentes durante estos días de excepcional confinamiento a causa del coronavirus de marras. Si tuviera que definir con tres adjetivos la situación general de mi claustro virtual diría que percibo (un lógico) desconcierto, (una no menos lógica) incertidumbre y (una lamentable) descoordinación

Obviamente, también aparecen propuestas bien paridas y que sin duda van a resultar útiles para el alumnado y sus familias pero, me sabe mal decirlo, no sé si estamos dando con la clave del asunto. Huelga decir que se nos da por descontado la mejor de las voluntades y el esfuerzo y sacrificio de la mayoría del cuerpo docente. Faltaría más. Pero me temo que deberíamos tener en cuenta una serie de criterios elementales para afrontar nuestra labor docente desde el sentido común. 

Me atrevo, pues, a intentar un decálogo básico sobre el asunto. Como no quiero enredarme demasiado, intento hacerlo picadito y al lío. Vamos a ello.
  1. Lo primero es lo primero: obviamente, lo académico pasa a un segundo plano. Primero se trata de atender situaciones personales, saber cómo y qué está viviendo cada cual para poder ajustar el posible trabajo que vayamos a programar. Si no sé cómo están mis 200 alumnos pues me parece evidente que no puedo mandarles los ejercicios 5,6,7,8 y 9 de la página 356, la lectura de la página 368 con los ejercicios del 1 al 10 (enunciados copiados, of course) y el comentario de texto de la 370 y decirles que cuentan para la evaluación final de trimestre. No tiene puto sentido. Se me objetará, lógico, que cómo narices vamos a conocer la situación concreta de todo nuestro alumnado. Cierto. Pues eso, seamos flexibles y, a pesar de la planificación, estemos abiertos a modificar nuestras propuestas en base a la realidad ajena.
  2. Dirección marca el tempo: el equipo directivo (en sus múltiples formas, variantes y estructuras) debe coordinar las acciones a desarrollar, el calendario y las propuestas de trabajo para casa. Si cada docente hace la guerra por su cuenta no vamos a ningún lado. Claro que si este trabajo no existe durante el curso, ¿qué esperas que pase en una situación como esta? Proliferan en las redes mensajes de familias quejándose de un exceso de tareas y/o situaciones inverosímiles (decenas de fichas y ejercicios sin sentido, exámenes on line a las 8 de la mañana a chavales de primero de la ESO...)
  3. Manolete, si no sabes torear...: pa que te metes. Si no has hecho una videoconferencia en tu puta vida, no tocas el proyector y el PC del aula ni con un palo y crees que sites es una nueva serie de Netflix, ¿qué pretendes hacer estos días? Relájate. Si tienes tiempo aprovecha para formarte (véase punto 9) pero olvídate de usar estos recursos tecnológicos para trabajar con tu alumnado durante estos días. De hecho, esto conecta con el punto 4.
  4. Haz lo que acostumbras a hacer: llevas, como mínimo, dos trimestres trabajando con tu alumnado de una determinada manera, usando unos determinados recursos y con una determinada dinámica. Pues chico, no sé, lo mismo tiene sentido intentar no cambiar demasiado. Aprovecha los recursos que tengáis entre manos y no experimentes a lo loco. Envía un mail con instrucciones claras y precisas y listo. 
  5. Céntrate en el feedback: (esto debería ser siempre pero) lo más importante, a mi modo de ver, durante estos días va a ser el retorno del trabajo propuesto. No tiene sentido poner mil tareas de las que no vas a sacar ningún provecho (ni tú, ni sobre todo tu alumnado). Prueba a pensar actividades que aporten aprendizaje y a las que puedas dar un retorno coherente y con sentido. NOTA: Ahora bien, si esto no cumple con el punto 4, olvídate... ¡y suerte!
  6. Acompaña: insisto en el tema. Más vale poco y con sentido que mucho y a lo loco. Mejor poner tareas coherentes en volumen y en calendario que freírlos a ejercicios y/o fichas que luego difícilmente vamos a poder corregir. Aprovechemos para estar en contacto, en la medida de lo posible, con el alumnado y las familias y resolver todas las dudas e incertidumbres que existan.
  7. Piensa a medio plazo: es probable que esto dure más de la cuenta. De hecho, es evidente que todo el curso va a quedar alterado por estas semanas/meses de ausencia. Bien, piensa en ello. Ajusta temario, revisa materiales, avánzate a la situación para estar lo más preparado posible. Para bien o para mal, nuestra jornada laboral ha saltado por los aires. Aprovechemos para estar lo más preparados para los nuevos escenarios que seguro vendrán.
  8. Habla con compañeros: con los del Twitter también pero, sobre todo, con los de tu centro. Qué están haciendo, cómo lo llevan, qué tareas han pensado/puesto/impuesto. Cuanta más información tengas mejor vas a poder ajustar lo que pasa en tu parcela de trabajo y con tu alumnado.
  9. Fórmate: ¿el puto coronavirus te ha dejado con el culo al aire en lo que se refiere a recursos tecnológicos? Pues no pasa nada. Lo mismo tu trabajo es cojonudo pero no se adapta a esta situación excepcional. Pues bueno, necesidad detectada. Vamos a ponerle remedio. Fórmate, prepárate pero, eso sí, ahora mismo olvídate de experimentos y haz aquello que sepas.
  10. Cuídate: cuídate mucho, cuida a los tuyos y, sobre todo, ¡NO SALGAS DE TU PUTA CASA!
¡Un abrazo!

6 comentarios :

  1. Por ponerle un poco de música al punto 10, Ramón, que igual entra mejor:
    Quédate en tu puta casa de Olaya Alcázar

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    1. Brillante! Ahora no me la puedo sacar de la cabeza! ;)
      Un abrazo!

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  2. Una mics de sensatesa. Quant bons consells. Això és el que necessitem.

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  3. Como siempre magistral!
    En mi centro hemos elaborado un registro tutorial de alumnos que tienen acceso a internet y ordenador y en función de eso se organizará el trabajo.

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    1. Pues no es mala manera de empezar... Thanks for coming!

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