jueves, 28 de agosto de 2014

La utilidad de lo inútil

Ordine, N. (2013) La utilidad de lo inútil, Alcantilado, Quaderns Crema.

Cuántas veces hemos escuchado la pregunta del millón: "Profe, ¿esto para qué sirve?". Creo que debemos reconocer que realizada así, a bote pronto, a veces resulta difícil ofrecer una respuesta, al menos convincente, a aquel alumno que (normalmente) está hasta las narices del tema que se esté trabajando. ¿Para qué sirve el latín?, ¿para qué sirve estudiar la revolución francesa?, ¿qué provecho sacamos en resolver una ecuación de segundo grado?

Para responder a esta y a otras cuestiones similares puede sernos "útil" (perdón por el chiste fácil) la lectura de La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine. En ella, el profesor italiano aborda la idea de utilidad de todos aquellos saberes alejados según la filosofía imperante de cualquier finalidad utilitaria. Valiéndose de innumerables ejemplos de la literatura y de la ciencia universales, Ordine destaca el valor de aquellas disciplinas que nos "ayudan a hacernos mejores" superando el concepto de utilidad definido por una sociedad organizada en torno a la lógica del beneficio. Es decir, desligando el concepto de utilidad de la capacidad de producir ganancias inmediatas.

En la primera parte de la obra se recogen toda una serie de ejemplos sobre la "útil inutilidad" de la literatura dando voz a los textos de grandes autores de la literatura universal. Gabriel García Márquez, Tomás Moro, Dante o Petrarca son algunos de los autores que reflexionan sobre el concepto de lo útil y su impacto sobre las gentes. 

El segundo bloque, para mí el más interesante, reflexiona sobre el planteamiento utilitarista que rige el funcionamiento de las instituciones culturales y educativas. Conceptos como estudiantes-clientes, universidad-empresa y profesores-burócratas resultan fundamentales para comprender los mecanismos y rudimentos del actual sistema educativo. 

Por último, Ordine da voz a los clásicos para destacar la importancia de los considerados "saberes inútiles" en la configuración de la dignidad humana. Así pues, Hipócrates, Séneca, Demócrito o Montaigne se constituyen en auténticos defensores de la búsqueda del conocimiento y de la verdad por encima del poder y el simple utilitarismo, cosa que en los tiempos que corren siempre va bien recuperar.
 
Os dejo con la proclama realizada por Víctor Hugo en la Asamblea Contituyente en 1848 ante la propuestas de los ministros franceses de recortar la financiación de la cultura. No se me ocurre un alegato mejor en favor de lo "inútil" en estos tiempos de recortes perennes:

"Habría que multiplicar las escuelas, las cátedras, las bibliotecas, los museos, los teatros, las librerías. Habría que multiplicar las casas de estudio para los niños, las salas de lectura para los hombres, todos los refugios donde se medita, donde se instruye, donde uno aprende alguna cosa, donde uno se hace mejor; [...] Han caído ustedes en un error deplorable; han pensado que se ahorrarían dinero, pero lo que se ahorran es gloria".

Pues eso.

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2 comentarios :

  1. Pude ver una entrevista que le hicieron en un programa de La 2 y me llamaron mucho la atención sus argumentos y sus explicaciones. Tomo nota y me lo leeré. Gracias.

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    1. Que bueno! La buscaré Toni! Gracias por pasarte por aquí! Hablamos!

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