viernes, 1 de agosto de 2014

Sobre rehenes, apóstoles, mercenarios y terroristas docentes...


Hace unos días asistí a una charla de Félix Mayo sobre habilidades directivas para liderar y gestionar el cambio. De hecho, más que una charla fue una dinámica dirigida a descubrir las principales cualidades necesarias en los procesos de liderazgo y de toma de decisiones en los centros educativos. Fue una sesión muy productiva, sobre la cual ya escribiré algún día. Hoy lo que quiero plantear es la curiosa clasificación que, una vez finalizada la dinámica, Mayo hizo de los diversos perfiles profesionales que merodeamos por los centros educativos en función de nuestra implicación con el proyecto de centro y con la propia profesión docente. Aviso del sarcasmo en la descripción de los diversos "especímenes docentes", así que nadie se me ofenda (aunque bueno, quizá alguno sí que debería ofenderse...). Empezamos.

En primer lugar tenemos al docente apóstol. El docente apóstol es un tipo (o tipa, por supuesto) comprometido con su centro y con su profesión. Le gusta, le encanta lo que hace y dónde lo hace, así que siempre está dispuesto a sumar ideas y esfuerzo para el bien común. Le reconoceréis por ofrecerse voluntario para mil y una tareas y también  por su enérgico apoyo a las propuestas de todos sus compañeros. Habla mucho y bien de su trabajo, el cual, como parece lógico, representa uno de los aspectos más importantes de su vida.

Una segunda categoría presente en nuestros centros educativos es la del docente rehén. Se trata de un tipo comprometido con su escuela y con su profesión pero que no se encuentra a gusto con el rol que cumple dentro de la estructura de trabajo. Este hecho puede darse por diversas circunstancias: cumplir con cargos por "imperativo legal", trabajar con los grupos más conflictivos, impartir formaciones alejadas de sus intereses o de su especialidad... Se trata, no obstante, de buenos profesionales que creen en el proyecto de centro aunque poco a poco se van alejando de él por no sentirse a gusto y no poder desarrollar en él sus capacidades.

Una tercera tipología es la del docente mercenario. El docente mercenario es, pues eso mismo, un mercenario que desarrolla su profesión en un centro como podría hacerlo en cualquier otro. El docente mercenario es un profesional de la educación al que le gusta su trabajo pero que, por diversas razones, no siente el centro como suyo ni se siente parte de un proyecto colectivo. En mi opinión, nuestro actual sistema educativo es una verdadera fábrica de mercenarios por diversos motivos: legiones de profesores sustitutos e interinos que no pueden arraigar en un centro por cuestiones obvias, escasos estímulos al profesorado o montañas de trabajo burocrático y administrativo que saturan y sobrepasan a cualquiera (salvo a los apóstoles, claro).

El cuarto y último fenotipo, el más peligroso sin duda, es el docente terrorista. Para el docente terrorista difícilmente hay vuelta atrás. El terrorista es también fácil de detectar: ni le gusta el centro ni le gusta su trabajo y tampoco se esfuerza mucho en disimularlo. Así pues, vive instalado en la queja perpetua y su participación en el trabajo colectivo brilla por su ausencia (siempre, claro está, que no haya algo que criticar o a lo que oponerse). El terrorista es peligroso porque, como el perro del hortelano, ni come ni deja comer. Es un ser tóxico que no duda en enfrentarse a quien sea y donde sea. Un consejo, si detectas a un terrorista en tu claustro huye sin mirar atrás...

Mientras escuchaba la explicación de Mayo (a quien desde aquí pido perdón por la libre interpretación de su teoría) pensaba que, si no en todas, muchos de nosotros en algún momento de nuestra profesión hemos formado parte de varias de estas tipologías. Al final, no se trata tanto de pertenecer a una u otra, sino de ser capaz de trabajar colaborativamente, cooperando y compartiendo para tratar de ofrecer el mejor servicio posible a nuestro alumnado. Y tú, ¿qué tipo de homo docentus eres?, ¿se te ocurren nuevos tipos?

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8 comentarios :

  1. Gran artículo. Muy buena la división de los docentes. Yo incluiría incluso otra más, la del profesor zombie de walking dead, el que se arrastra de clase en clase como pollo sin cabeza, dejando pasar el curso...

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    1. Thanks, friend. La sumamos como nueva categoría, pues. Nos vemos on the beach!

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  2. EN VENEZUELA EXISTEN LOS LLAMADOS DOCENTES REPOSEROS NO PIERDEN LA OPORTUNIDAD PARA PEDIR REPOSO FRAUDULENTO POR CUALQUIER COSA, CON TAL DE NO TRABAJAR DURO. Gracias a dios ya lo estamos depurando.
    Saludos les presento mi blog http://040366miguelito.blogspot.com/

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    1. Docentes reposeros! Muy gráfico! Veo que tendremos que escribir un nuevo artículo con nuevas categorías! Nos daremos una vuelta por tu blog, Miguel Antonio! Un saludo!

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  3. Me encanta este post. Realmente me gusta todo lo que he leído de tu blog, aunque como acabo de conocerlo no es mucho. Aunque pienso seguir leyéndote.
    Es cierto, en mi caso que voy pasando por las diferentes situaciones que describes. No sabría decirte en cual me encuentro ahora. En la de terrorista no, a esa no he llegado todavia. Y espero no llegar nunca. Aunque sí es cierto que aunque me encanta mi trabajo no siempre puedo desarrollarlo como quisiera. No tengo claro hacia dónde va el centro en el que estoy. No tengo claro queda se espera de sus alumnos. Ni qué se quiere para ellos. Pero hay veces en que tengo la sensación de estar en una cadena de montaje...

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    1. Hola, Celia. Muchos centros adolecen de esa visión de futuro para con el alumnado, pero también con el propio equipo de profesionales. No sé, creo que es importante plaificarse y buscar trabajar de manera colectiva y colaborativa aunque, claro, en muchas ocasiones resulta difícil. En fin, muchas gracias por pasarte por aquí y comentar. Ésta es tu casa! Un saludo!

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  4. Yo conocía la siguiente: el que sabe y quiere, el que sabe y no quiere, el que no sabe y quiere, el que no sabe ni quiere y el que no sabe si quiere o si sabe.
    Saludos

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