Desde niño me ha llamado mucho la atención la pretemporada de los equipos de futbol. Recuerdo que los noticiarios y diarios deportivos explicaban con detalle las palizas a las que el nuevo entrenador de turno sometía a sus jugadores. Otros, en cambio, optaban por un mayor trabajo táctico, potenciando la interiorización de tal o cual sistema por parte de la plantilla. Es decir, los perfiles de unos y otros preparadores podían ser muy diferentes, pero la pretemporada establecía un criterio común para todos y cada uno de ellos: el sudor y el trabajo era innegociables. Parece lógico, pues, que el jugador que llegaba un poco pasado de peso o sin echar una carrera desde el fin del curso anterior lo pasaba mal, muy mal.
Pero no sólo el trabajo físico es importante en pretemporada. Con mayor o menor carga de trabajo, las semanas previas al inicio del curso son un momento crucial para la preparación del nuevo año. Todo
vuelve a empezar: caras nuevas, nuevos métodos de trabajo, nuevos retos
e ilusiones... Los equipos que hicieron buen año y que mantienen el
bloque tienen muchos números de que la cosa funcione, aunque no siempre
es así y cualquier conjunto remozado de arriba a abajo puede dar la
sorpresa y colarse entre los primeros puestos. En definitiva, se trata de un momento clave para asentar las bases del futuro curso.
Pues en las escuelas, lo mismo. Por un lado, está el jugador-docente que se presenta el 1 de septiembre al centro con sus deberes de pretemporada hechos: programaciones revisadas, materiales al día, proyectos e ideas frescos e ilusionantes, lecturas de interés... Incluso puede haber caído algún curso de formación y todo... Mientras que, por otro, está el que llega como llegaba Romario a cada una de sus pretemporadas como jugador (¡)profesional(!), es decir, de cualquier manera: con su libro de texto bajo el brazo, sin revisar programaciones ni materiales, con la obsesión de su horario personal y sin ninguna voluntad de comprender y de trabajar para los objetivos del club, en este caso la escuela.
Tenemos la suerte de tener un verano largo donde podemos encontrar tiempo para todo: descanso, análisis de nuestro trabajo el año anterior, reflexión sobre los programas y cursos del futuro, propuestas novedosas, lecturas, ocio... Al final, todo redundará en nuestro beneficio ya que estaremos mucho más preparados para afrontar el largo curso que se nos viene encima y así poder ofrecer un mejor rendimiento ante nuestra particular hinchada -el alumnado- que, como en los grandes clubes, es cada vez más y más exigente.
En fin, ¡buena pretemporada!
En fin, ¡buena pretemporada!
Quizá también te interese leer:
Muy bueno amigo!!! Para los que debutamos en primera este año qué recomiendas? Siempre he salido desde la banqueta y en los minutos finales... Ya te han hecho algún cántico de esos con buena rima?
ResponderEliminarGracias amigo! Pero no cuela... Tú eres veterano del Vietnam! Eso sí, en breve nos juntamos y montamos un buen tinglado! Saluditos desde Calonge!
EliminarQuè tal?
ResponderEliminarL'has clavat! Jo sóc un jugador-docent des de sempre. A banda dels beneficis que té -i que comentes perfectament- ajuda a que la tornada al nou curs no sigui tan traumàtica. Sóc prudent i previsor de mena...
Tinc bones sensacions de cara al nou curs i espero que sigui una bona temporada.
Gràcies i fins aviat!
Hola Josep Miquel! Que bo llegir-te per aquí!
EliminarDoncs sí, trobo molt important no descuidar-se durant la pretempotada. Començar amb les idees clares i cert rodatge ens donarà, segur, millors resultats.
Seguirem la teva feina i, fins i tot, ens podríem plantejar una trobada "inter-centres", no? ;-)
Salut!
Què tal?
EliminarSí, una mica de rodatge és, per mi, necessari abans de començar.
Prenc nota d'aquesta trobada "inter-centres", més quan dóna la sensació que les escoles d'adults van per lliure. Per mi, ok!
En continuem parlant.
Fins aviat!!!
Fet! En parlem! ;)
EliminarCom a mestre i també entrenador de futbol sala, aquest article és genial, estic molt d'acord amb tu: la pretemporada eś esencial de cara a tenir una bona temporada, i durant la temporada també cal trobar moments per analitzar els rivals, animar als lesionats i fer els canvis necessaris per rectificar els errors.
EliminarTot i això, el realment bàsic com a entrenador i mestre es conèixer de veritat als teus alumnes o jugadors ja que no totes les tàctiques o metodologies serveixen per tothom.
Bon inici de curs
Molt d'acord, Joan! La preparació prèvia i l'atenció a tots els membres de l'equip és fonamental per aconseguir bons resultats! Per cert, jo també vaig entrenar a futbol (i jugar, és clar). Vagi bé l'entrada a l'escola i moltes gràcies per passar-te per aquí! Salut!
Eliminar