Advertencia: artículo escrito desde el subidón. Si piensas que la educación de adultos es como el Vietnam para los americanos, un infierno sin salida, no vale la pena que leas las siguientes líneas porque te vas a enfadar. Conclusiones más sosegadas y tal, ya si eso la semana que viene...
Vengo de la I Trobada d'Educació de Persones Adultes celebrada en la Universidad Autònoma de Barcelona y organizada bajo el paraguas del Institut de Ciències de l'Educació de la citada universidad. Seguramente no se trate del primer encuentro de este tipo (compañeros veteranos así lo afirmaban), ni el programa contaba con grandes gurús educativos ni proyectos mediáticos. El que los busque los encontrará sin problema en otros foros, dicho sea de paso. No obstante, el encuentro de hoy, en mi opinión, ha tenido un inmenso valor para los profesionales de la educación para personas adultas por varios motivos.
Primero, por la necesidad de vernos, de tocarnos (ya se me entiende), de poner caras y voces a compañeros con nuestros mismos problemas, necesidades e inquietudes. Gentes muy diversas procedentes de contextos y de centros totalmente distintos pero con una conexión fortísima que parte de un concepto de la profesión muy particular y específico, seguramente condicionado por una situación administrativa (digamos, siendo generosos) peculiar.
Segundo, porque se detecta entre el profesorado necesidad y muchas ganas de cambio. Hay ganas de caña, de trabajar en red, de visibilizar nuestro trabajo y eso (al menos así lo espero) puede abrir una vía interesante a un nuevo paradigma en nuestra relación como profesionales, pero también como centros. Interdependencia, trabajo en red, compartir han sido palabras que hemos escuchado y repetido insistentemente a lo largo de la jornada.
Y tercero, porque hay gente muy válida, proyectos muy interesantes (ejecutados y por ejecutar), ganas de trabajar y savia nueva (y no tanto). En definitiva, grandes profesionales que a pesar de las dificultades intrínsecas de la etapa educativa y de los cambios sociales vividos en los últimos años se dejan la piel para buscar soluciones y los mejores recursos y oportunidades para nuestro alumnado. Y de ahí solo pueden salir cosas buenas.
Decía Joan Subirats en la conferencia inaugural de las jornadas que en los últimos años muchos movimientos sociales han dado el salto de la crítica hacia la acción, del "salvemos" al "somos". Y quizá por ahí van los tiros, quizá ése sea el paso que debamos dar. No dejemos de criticar y de presionar a la administración, por supuesto, faltaría más. Alcemos nuestra voz para que se recojan nuestras propuestas e ideas, pero hagámoslas. Constituyamos un movimiento cohesionado y fuerte, trabajemos juntos, creemos foros de cooperación, de creación de materiales, de plataforma para visibilizar nuestro trabajo. Pero hagámoslo juntos. Tengo la sensación que en breve podremos decir bien alto: SOMOS Escuela de Personas Adultas.
PD: Muchas gracias al equipo impulsor por el trabajazo de organización. Desde aquí uno se ofrece para echar un cable en lo que haga falta para las II jornadas. Y muchas gracias a los compañeros Quim, Javier, Josep Miquel, Jaume y Ángel por compartir un día fantástico. N'aprenc molt de vosaltres, freaks! Ens veiem aviat!
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