Este curso, en nuestro centro, tenemos entre manos varios proyectos abiertos a la comunidad. Aun tratandose de proyectos de muy diferentes características, todos tienen en común una idea central: se trata de propuestas de aprendizaje que tienen implicaciones y, por tanto, repercusión en nuestro entorno inmediato. Además, son proyectos que realizamos conjuntamente con otras instituciones y empresas del territorio, lo cual nos obliga a estar en constante contacto con personas de fuera de nuestro entorno académico. En definitiva, hablamos de propuestas que nos obligan (al alumnado, pero también al equipo docente) a salir de nuestra zona de confort y, por tanto, a exponernos a mayores riesgos, aunque seguramente también a un aprendizaje más rico e intenso.
Pero, ¿por qué abrir nuestros centros al entorno? Aquí van algunos posibles motivos:
- Porque nos permite incidir en nuestro entorno, aportando soluciones o simplemente haciéndonos preguntas sobre las necesidades de la comunidad.
- Porque nos obliga a escuchar a otros agentes del territorio y, por tanto, nos permite tener una visión más completa de la realidad al salir de nuestra burbuja académica.
- Porque al abrir las puertas del centro permitimos que "pasen cosas", que se establezca una nueva relación con el entorno que puede ofrecer posibilidades y alternativas que ni siquiera imaginamos.
- Porque nos facilita esquivar los roles tradicionales de estudiantes-docentes y nos permite trabajar desde otras perspectivas mucho más enriquecedoras.
- Porque originamos propuestas de trabajo transversales y mucho más completas.
- Porque al estar en contacto con la realidad de nuestro entorno favorecemos la creación de situaciones de aprendizaje más motivadoras y sugerentes para el alumnado (y para los equipos docentes).
- Porque facilitamos el trabajo entre distintas etapas y formaciones, lo cual contribuye, sin duda, a fortalecer la cohesión social y a enriquecer las propuestas de aprendizaje.
- Porque nos mostramos como una institución abierta e innovadora, atenta a las necesidades e intereses de la comunidad.
- Porque abriéndonos al entorno podemos descubrir (y aprovechar) recursos que quizá no sabíamos que existían.
- Y, por último, porque, como hemos dicho, exponiéndonos a nuevas situaciones y retos, corriendo mayores riesgos, nos exponemos a equivocarnos. Y ahí, me temo, está el verdadero aprendizaje.
Sin duda este tipo de propuestas generan y requieren de un notable esfuerzo por parte de todos los agentes del centro. No obstante, parece evidente que los beneficios reportados son mucho mayores que los esfuerzos. Al menos a nosotros nos compensa. Y tú, ¿te atreves a añadir algún motivo más?
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