lunes, 18 de septiembre de 2017

Cosas de inicio de curso

A mi ahijado ya le han castigado en el cole. El chico acaba de empezar primaria y todavía no se ha dado cuenta de que ya es "mayor". Se ve que estuvo hablando con un compañero y, claro, la profe se vio obligada a castigarle de pie ante la clase "un buen rato". A la siguiente parece que tendrá que volver a la clase de P5, se ve que allí, espíritus de parvulario mediante, aprenderá a comportarse mejor. Y es que los docentes sabemos mejor que nadie que a inicio de curso hay que ponerse duro y marcar el territorio...

El otro día vino a verme el inspector. Después de los saludos de rigor estuvimos charlando un rato. No demasiado porque teníamos lío de matrículas. El hombre estaba un pelín agobiado. Para este curso le han agenciado siete (¡!) centros más a supervisar y no acababa de verlo claro. Quedamos en vernos en unas semanas aunque me temo que este curso no vamos a hablar todo lo que deberíamos. En fin, parece que no somos los únicos que vamos al límite.

Seguimos liadísimos con las inscripciones. Lo de (la mayoría de) los centros de adultos con las matrículas es un sinvivir. La sensación es que nunca sabes qué te encontrarás. Hicimos referencia a ello en En busca del alumnado perdido. De ahí la importancia de planificar con antelación y de contar con la opinión de los distintos agentes del territorio para detectar necesidades y programar una oferta adaptada a ellas. Siguiendo con esta filosofía, parece que este curso el cambio de oferta va a funcionar. Eso sí, empezamos mañana y seguiremos matriculando (seguro) mínimo hasta noviembre. 

Por Twitter y redes sociales, nada nuevo. Un poco de postureo por aquí, unas trifulcas sobre innovación educativa por allá, unos mensajillos buenrolleros de inicio de curso y, eso sí, un montón de profes dispuestos a darlo todo y a compartir su trabajo de manera desinteresada, lo cual se agradece enormemente. Seguiremos en esa línea y aprovechamos para volver a difundir nuestras propuestas para "desbandalizar" el sistema educativo (modestia aparte).

Seguimos en contacto con los institutos de la zona. Cada vez nos derivan un mayor número de alumnos, así que la coordinación con ellos parece que será clave en los siguientes años.  Gran parte del alumnado procede del fracaso escolar en ESO y otro tanto, aquellos que no consiguen acabar bachillerato,  opta por preparar el acceso a ciclos formativos. Con los datos definitivos de matrícula sobre la mesa será el momento de analizar causas y posibles consecuencias y evolución de esta deriva. Ahora se impone recabar información y asegurar que el proceso de transición de los instituos al centro sea lo más cómodo posible para todos.

Y luego están los horarios, claro. Los laborales y los familiares; las adaptaciones de los críos de unos y otros. Los nuevos proyectos, los que se abandonan y los que se quieren mantener. Los problemas del día a día, unos menores y otros mayores. ¡Ojalá no hubiera de estos últimos! Las frustraciones y las ilusiones. En definitiva, las cosas de inicios de curso. Pues nada, que os vaya genial y, si queréis, nos lo seguimos contando por aquí al menos durante un año más. ¡Un abrazo!


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