lunes, 12 de agosto de 2019

¿Sería viable un Ministerio de Educación y Aprendizaje a lo largo de la vida?

Artículo enviado por Diego Redondo para su publicación en EPALE el 24 de julio de 2019.

Durante los últimos días el aprendizaje a lo largo de la vida ha sido noticia debido a las palabras del Presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el debate de investidura de la nueva legislatura. Así, dijo textualmente: transformaremos las políticas activas de empleo para garantizar la formación continua a lo largo de la vida y mejorar las oportunidades de los desempleados de larga duración.

Antes dedicábamos las dos primeras décadas de nuestra vida a formarnos y el resto a usar esa formación en nuestra vida profesional. Ahora tenemos la necesidad de formarnos continuamente, permanentemente, de aprender nuevas habilidades, de estar en permanente desarrollo, y tenemos la obligación, en consecuencia, de ofrecer a la ciudadanía un modelo que responda a esa realidad.

Por eso me propongo convertir a España en el primer país europeo que reconozca el derecho a la educación a lo largo de toda la vida. Eso va a implicar un esfuerzo, un cambio muy importante, muy intenso: nos exigirá crear sistemas formativos que aún no existen, un nuevo ecosistema educativo integrado por universidades, por centros públicos y privados de formación profesional, y por empresas.

Ese ecosistema nos permitirá proveer de cursos y de itinerarios de formación flexibles y adaptados a la realidad laboral. Para que los ciudadanos y las ciudadanas tengan la oportunidad de reiniciarse profesionalmente cuando lo deseen o cuando lo necesiten.

Hace unos días me emocionó leer la historia de un hombre que empezó a trabajar con siete años en el campo y a pesar de ello caminaba quince kilómetros diarios para ir a la escuela nocturna y obtener su graduado, que aprobó. Ese mismo hombre, ya jubilado y cuidando a su nieta, ha aprobado la Educación Secundaria Obligatoria. Esto es España, Señorías.

Tenemos que recordar estos ejemplos para inspirar a la sociedad a seguir siempre aprendiendo. Y tenemos que garantizar las oportunidades para hacerlo.

Con estas palabras que muchos celebramos por el significado que conllevan y el apoyo explícito, al menos de palabra, hacia el aprendizaje a lo largo de la vida, se reabrió también el debate en redes sociales que llevaba ya semanas coleando sobre si el actual Ministerio de Educación y Formación Profesional debía llamarse Ministerio de Educación y Aprendizaje a lo largo de la vida, ya que no olvidemos que la Formación Profesional es una parte del aprendizaje a lo largo de la vida, y tal y como sucede en la teoría de conjuntos en matemáticas "el todo no puede ser un elemento de la parte".

En este debate en redes sociales que mantuve con docentes y personas relacionadas con la educación para adultos, y el ALV en general, destaca la intervención de Rosa María Torres, quien fuera Ministra de Educación y Culturas en Ecuador quien me rebatió con las siguientes palabras "Un Ministerio de Educación y Aprendizaje a lo Largo de la Vida sería uno que abarque políticas y programas desde la primera infancia hasta el fin de la vida, integra educación y capacitación y articule aprendizajes formales, no formales e informales. Un hiperministerio. Imposible". Además añade que "El Aprendizaje a lo largo de la vida es un enfoque transversarl y multisectorail de política. Imposible pensar que esto lo cubra un Ministerio". 

Para Jorge Osorio-Vargas, docente en la Universidad de Valparaiso (Chile), "Es interesante ver algunos territorios donde redes de centros público-comunitarios ya generan itinerarios y oportunidades de ALV en articulación con el sistema formal cuando los administradores de éste están disponibles para experienciar".

En el debate también surge la idea de "diseñar una mejor arquitectura institucional" y ver si estamos o no preparados para asumir el reto. Es obvio que en España, hasta la fecha, el "lifelong learning" no es considerado de la misma forma que en otros países de Europa, tal vez porque el concepto que tenemos del mismo sea diferente, pero lo diferente no es ni bueno, ni malo, simplemente no es lo mismo.

Así, y dejando abierto el debate, ¿estamos preparados para que competencias que son propias del campo del Aprendizaje a lo largo de la Vida pudieran estar centralizadas en un mismo Ministerio? Hablo de competencias que ahora están en Empleo o Bienestar Social, por ejemplo. ¿Podríamos potenciar y sacarle mayor rendimiento a la red pública de Centros de Educación para Adultos y Escuelas de Idiomas para aumentar la oferta encaminada a este aprendizaje?

Desde mi humilde posición creo que sería un reto interesante apostar por un Ministerio de Educación y Aprendizaje a lo Largo de la Vida, con más competencias que el actual Ministerio de Educación y Formación Profesional, y que desde una misma dirección nos ayude a combatir algunas de las lacras que nos persiguen como el fracaso escolar, el reciclaje profesional y la reducción de la tasa de desempleo.
 
 

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