La casta está de moda. En estos tiempos de crisis y de cambios socioeconómicos, la casta está en boca de todo el mundo. Entendida como un grupo de personas o grandes grupos empresariales que, de acuerdo a sus propios intereses y de espaldas al bien colectivo, manejan los hilos políticos y económicos del país, el concepto ha hecho fortuna desde un punto de vista político.
Aunque, bien mirado, casta hay en todos los ámbitos profesionales. En el fútbol, en los medios de comunicación o el mundo de la empresa, en general, no es infrecuente ver como unas pocas personas o instituciones ejercen un control casi absoluto sobre su campo profesional valiéndose de su posición de fuerza, de un contexto propicio o de las desigualdades existentes con otros agentes de su entorno. Partiendo de este punto de vista, ¿quién forma la casta en la educación? O, mejor dicho, ¿qué materias forman la "casta curricular" de nuestro sistema educativo?
Una cosa está clara: no es casta la educación musical, una de las principales víctimas de la nueva ley educativa. Tampoco parece que sea casta la educación visual y plástica ni, en general, las disciplinas artísticas, eternas olvidadas de los planes de estudios de la gran mayoría de nuestros centros. Las ciencias sociales, antaño clase media-alta, parece que están perdiendo su "poder adquisitivo" y viéndose relegadas a jugar un papel secundario en la formación de nuestro alumnado.
Por contra, las áreas de ciencias y de lenguas, especialmente el inglés en los últimos tiempos, ocupan horas y horas lectivas en todas las etapas educativas. Lo del inglés con el auge de los proyectos de centro bilingües está siendo de escándalo. Uno tiene la sensación de que muchos centros educativos quieren "subirse a la ola" del bilingüismo y, quizá en algunas ocasiones de prisa y corriendo, han otorgado una presencia predominante a este ámbito curricular que se le está negando a las disciplinas artísticas en sus diversas manifestaciones: teatro, literatura o música, por poner algunos ejemplos.
Por otro lado está la casta de los profesores que mandan deberes. Una casta alimentada por algunos padres y docentes, supuestamente, para mejorar las competencias de nuestros hijos y alumnos. Si no mandas deberes no perteneces a esa casta de profesores exigentes que demanda nuestra sociedad hipercompetitiva. Fuera de la casta, algo desprestigiados, tildados como frikis o progres, están los profesores que prefieren exprimir el tiempo en el aula y que entienden que no son necesarias tareas repetitivas o simplemente memorísticas. Profesores que prefieren avanzar por otras áreas o materias fuera de la “casta curricular”.
También tenemos la casta de los que alumnos que buscan sólo aprobar. Una casta que el sistema ha perpetuado y acrecentado con el paso del tiempo. Un sistema educativo que sigue “haciendo casta” al priorizar el aprobado y los títulos sobre el placer de aprender. Aquello de “aprobar no es aprender” parece no haber calado lo suficiente entre unos docentes que no han sabido transformar el aprendizaje-enseñanza bulímico. Revolucionar la educación exige minimizar esta casta de los buscadores de aprobados.
Por último, se está conformando la casta de los docentes frikis y enredados que pululan por blogs y otras redes sociales, mayoritariamente en Twitter. Una casta en evolución permanente y que parece haber llegado para compartir y visibilizar su trabajo en el aula. Una casta que apuesta por una enseñanza a través de diferentes metodologías. Una casta a la que se accede por contagio del entusiasmo de sus miembros. Y tú, ¿de qué casta formas parte?
PD: El presente artículo ha sido "perpetrado" a cuatro manos con @oscarboluda, autor de eFePeando. La idea surge de una conversación tuitera sobre la situación de sumisión de una parte del currículum educativo. Nos animamos y nada... ¡habemus post! Para leer más posts de Oscar Boluda haz clic aquí (#recomiendo, #recomiendo).
PD: El presente artículo ha sido "perpetrado" a cuatro manos con @oscarboluda, autor de eFePeando. La idea surge de una conversación tuitera sobre la situación de sumisión de una parte del currículum educativo. Nos animamos y nada... ¡habemus post! Para leer más posts de Oscar Boluda haz clic aquí (#recomiendo, #recomiendo).
@monparaiso & |
Te quedaste corto al usar la palabra castas creo que deberian ser mafias.
ResponderEliminarPuede, ¿no? ;)
EliminarSaludos!
Eres un crack en cada uno de tus artículos. Me encantan
ResponderEliminar¡Gracias, Diego! Hemos echado un buen rato. Hablamos en breve, ¿no?
Eliminar¡Un abrazo!
Y después algunos se preguntan por qué hay blogs de obligada lectura por parte de cualquiera interesado en temas educativos... Esperando con ansia tu siguiente artículo. Un placer, como siempre, disfrutar de tus líneas (en este caso hechas a cuatro manos con otro imprescindible en mis lecturas de cabecera).
ResponderEliminarGracias, Jordi! El placer y el lujo ha sido poder escribir con Oscar. También tenerte por aquí. Un abrazo! Hablamos!
Eliminar¿Y la casta de los equipos directivos? ¿Y la casta de los coordinadores de área y equipo técnicos de coordinación? ¿Y la casta de los departamentos de formación, evaluación e innovación de Andalucía?
ResponderEliminarVeo que debemos empezar a programar un segundo post... ;-)
EliminarGracias por pasarte por aquí, José! Saludos!
Yo debo ser un enredado que aprovecha hasta el último segundo de clase. No mando deberes, los hacen en clase, Y uso redes de aprendizaje. http://fjteijido.blogspot.com.es/
ResponderEliminarHola Fracisco! Dando un vistazo a tu blog, no lo dudo! Enredado a tope! ;-)
EliminarTe sigo desde ya! Un saludo y gracias por comentar! Ya sabes que se agradece muchísimo! Hablamos!
Artículo muy ilustrativo. Gracias, Ramón... Salu2
ResponderEliminarGracias a ti, José Luis! Saludos! ;-)
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