Se acaba el curso y toca hacer valoración final del mismo. Los finales de etapa siempre son una buena ocasión para hacer inventario general de logros pero también de deberes pendientes. No obstante, no quisiera hacer tanto un repaso de los distintos proyectos llevados a cabo (están todos en Mare Vostrum, nuestro blog de aula) como de las sensaciones que el fin del año académico me deja en relación con los objetivos planteados en el mes de septiembre (véase Ahora que empezamos...) En fin, un autoajuste de cuentas para señalar todo lo aprendido y lo no conseguido a lo largo de este curso 2016-2017.
El primer lugar, estoy muy contento del trabajo colaborativo desarrollado tanto en el centro como en el aula. Como claustro hemos llevado a cabo importantes proyectos de manera conjunta que han tenido un impacto brutal en nuestro entorno. Pienso, sobre todo, en la coordinación de la campaña de donación de sangre de abril y en el proyecto de prácticas profesionales dentro del curso de graduado en educación secundaria para personas adultas (véase Proyectos que cambian las cosas). Se trata de iniciativas que considero que hablan muy bien de nosotros como claustro, así que ahí queda eso. Además, también hemos continuado con iniciativas conjuntas de formación entre iguales y seguimos ideando y proyectando propuestas para el curso que viene. En cuanto al aula, pues más de lo mismo. El ambiente ha sido, salvo contadísimas excepciones, muy positivo y ello nos ha permitido concretar proyectos que creo que son muy interesantes y que han generado un notable aprendizaje entre el alumnado.
Por otro lado, y es siempre una de mis obsesiones, hemos salido del aula, aunque quizá menos de lo que nos habíamos planteado en un principio. Si bien es cierto que hemos abierto el centro a nuevas propuestas y agentes, puede ser que nos haya faltado pisar más la calle para aprovechar más recursos educativos y formativos del entorno. No obstante, hemos establecido sinergias con instituciones educativas de la zona, hemos visitado espacios más que interesantes y hemos abierto una vía de colaboración muy potente con las empresas del territorio, así que creo que podemos darnos por satisfechos.
También hemos "hecho cosas". Me refiero a que gran parte del trabajo en el aula lo hemos enfocado desde un punto de vista activo y práctico. Así pues, hemos creado webs, rutas turísticas, cortos, mapas, guías de viaje, obras de arte... ¡Hemos inventado hasta nuevos países! Aún teniendo muchísimo margen de mejora, creo que se trata de una manera de enfocar el aprendizaje que contribuye a potenciar la autonomía y la iniciativa personal del alumnado. Además, intuyo que resulta también una buena manera de motivar a estudiantes notablemente disruptivos y muy contrarios a metodologías de aprendizaje más dirigidas.
Manteniendo mis eternas dudas en el ámbito de la evaluación, creo haber dado solución a algunos retos surgidos en años anteriores. Para ello, sentido común al poder, he tratado de simplicar los procesos, decidir los aspectos realmente importantes a evaluar, consensuarlos con el alumnado y clarificar todo lo clarificable con los estudiantes. Hemos usado rúbricas, coevaluación, algunas pruebas -aunque más bien pocas-, tutorías individualizadas... En fin, varias herramientas pero siempre al servicio de lo realmente importante: el trabajo y el aprendizaje del alumnado.
Además, hemos seguido visibilizando la educación de personas adultas publicando nuestras actividades, participando en cuantos eventos nos han invitado y presentando nuestras experiencias en distintos ámbitos. Y ahí seguiremos, haciéndonos pesados para ganar cada vez mayor protagonismo y fuerza para reivindicar las urgentes necesidades de la educación permanente.
Y, por último, hemos iniciado un proceso de formación en atención a las necesidades educativas especiales que esperemos que empiece a dar sus frutos durante el curso que entra. Cada vez contamos con más estudiantes con perfiles especiales por lo cual debemos (y queremos) tratar de ofrecer un servicio de calidad para todo el alumnado de nuestro centro. Avanzamos despacio pero afianzando estrategias eficaces, espero.
En definitiva, un año de muchísimo trabajo pero de resultados muy positivos. Para el año que viene, más y mejor. Y a ti ¿cómo se te ha dado el año en tu centro? ¡Coméntalo por aquí, anda! ;)
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