domingo, 19 de abril de 2020

La hora de los maestros (otra vez en verano)

Leo esto de Ignasi Aragay, director adjunto del Ara, y aunque es domingo, estoy de muy buen humor y, en definitiva, no tengo ningún motivo para sentirme aludido, no puedo evitar que aflore en mi confinado ser cierto sentimiento de rabia y decepción. Aunque teniendo en cuenta la línea editorial del Diari Ara en temas educativos lo mismo no debería sorprenderme demasiado. No quisiera personalizar las siguientes líneas en la figura del señor Aragay, el cual se ha mostrado de lo más educado en el debate en las redes sociales. Lo digo sin ironía alguna. Por eso, por no personalizar, digo, hablaremos de "el autor" para así referirnos a todas aquellas voces que en los últimos tiempos usan los argumentos empleados por el director adjunto del Ara emplazándonos al "esfuerzo veraniego docente".

Primero, presentamos la tesis de "el autor". Aragay viene a decir que este verano nos toca a los maestros arrimar el hombro. Como tenemos (los de la pública) trabajo asegurado, sueldos dignos y mucho descanso ("no solo durante los meses de calor"), considera que este verano deberíamos sumarnos a la causa para echar un cable a las familias y, sobre todo, a las criaturas que lo están pasando peor.

"El autor" olvida que un porcentaje importantísimo de trabajadores de la escuela pública son interinos y viven en una situación de precariedad importante. Dan tumbos de centro en centro, NO tienen trabajo asegurado y pueden ser enviados muy lejos de casa de un día para otro.

"El autor" olvida también, o desconoce (casi es peor), que los docentes estamos trabajando duro estos días. Ayer sábado a las 8 de a tarde estaba resolviendo dudas a mis estudiantes de segundo de bachillerato. Y yo, como comprenderá Ignasi, no soy ninguna excepción. De hecho, hoy me tocará conectarme un buen rato para preparar la semana que entra, devolver unas tareas y acabar de organizar unos materiales. No lo digo con pesadumbre, ni con el afán de colgarme no sé qué medalla. He desarrollado muchos trabajos (algunos no demasiado agradables) a lo largo de mi vida como para no sentirme un auténtico privilegiado por realizar la labor que puedo ejercer hoy en día. Además, tampoco quiero darme aires de grandeza ni sobrevalorar nuestro trabajo en estos tiempos complicados. Soy consciente que nuestra labor, siendo importantísima, queda relegada a un segundo plano por la ejercida por otros colectivos que están en primera línea ofreciendo servicios esenciales. Pero de ahí, a dar la sensación de que desde la escuela no se está trabajando o de que somos auténticos privilegiados hay un trecho inmenso. Nos ganamos el sueldo como cualquier trabajador que se precie.

"El autor" no sabe, o no quiere saber (casi es peor, again), que esta circunstancia horaria no es excepcional en tiempos de confinamiento. Quiero decir, es cierto que con la nueva situación nuestro horario ha saltado por los aires. Pero no lo es menos que esto no es nada extraño, es una característica inherente de nuestra profesión. Cuando accedo a trabajar en un centro de enseñanza lo hago sabiendo las condiciones laborales de trabajo, horarios y sueldo. Si me las cambian a mitad de la partida lo mínimo que espero son argumentos sólidos y propuestas con sentido, no generalidades banales e incoherentes.

"El autor", como es habitual, no precisa en qué va a consistir ese "verano educativo". Y esto es un hecho común entre las propuestas de este tipo. Que alguien concrete, por favor, quién va atender al alumando, en qué condiciones, qué planes se van a desarrollar, cómo se va a compaginar eso con la planificación del siguiente curso, en qué espacios, con qué recursos... Dando respuesta a todos estos interrogantes lo mismo nos podemos sentar a hablar.

Y, por último, considero que "el autor", antes de analizar la llegada de "la hora" de otras profesiones, podría reflexionar sobre si no ha llegado "la hora" de la suya, del periodismo (mi vocación frustrada, por otra parte).  Y es que lo mismo ha llegado la hora de hacer un periodismo serio y riguroso, que afronte los debates de manera sosegada y responsable. Que aporte análisis y puntos de vista amplios y con recorrido. Vamos que lo mismo "ara també és l'hora del periodisme".




3 comentarios :

  1. Como si por norma general el profesorado no tuviera ya un horario particular, diferente, de muchas horas de trabajo en casa...

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