Haz la prueba. Calcula el número de horas que tu centro dedica a las asignaturas de ciencias y de lenguas y compáralo con el tiempo empleado en otras disciplinas como las ciencias sociales, la filosofía, el arte, la educación física, la música, el teatro (¡!)... Me temo que los resultados van a ser bastante similares en la mayoría de los casos: victoria por goleada de las primeras en detrimento de las segundas. Especialmente dramático es el caso de las disciplinas de carácter artístico, las cuales (salvo honrosas excepciones) juegan un papel secundario en las parrillas horarias de nuestros centros.
Seguramente has oído hablar de la sociedad estamental. Este modelo social, propio del Antiguo Régimen, determinaba la existencia de dos grandes grupos claramente diferenciados: privilegiados y no privilegiados. El primero, una clara minoría, disfrutaba, pues eso, de enormes privilegios como la exención del pago de impuestos o un sistema legislativo propio. Por su parte, el tercer estado, englobaba a grupos sociales muy heterogéneos aunque destacan dos características en común: las obligaciones con el fisco y la ausencia de cualquier derecho de elección y representación política.
Haciendo un repaso de la distribución de las asignaturas y disciplinas en nuestros centros la conclusión es evidente: nuestro sistema educativo tiene mucho de estamental. Y no sólo por la cantidad de horas dedicadas a unas y a otras, sino por la propia concepción que la sociedad tiene de ambas. Parece claro que las lenguas y las ciencias son el eje sobre el cual gira nuestro sistema, mientras que el resto de asignaturas juegan un papel de acompañamiento y, en algunos casos, claramente residual en importancia, presencia y consideración por parte de la comunidad educativa y la sociedad en general.
Señala Ken Robinson que la herencia de la sociedad industrial define la actual estructura de nuestros planes de estudios. La necesidad de buscar métodos eficaces y rápidos de selección y valoración ante las exigencias de la Revolución Industrial identificaron la inteligencia desde el punto de vista del razonamiento verbal y matemático, arrinconando otras áreas de conocimiento y expresión. No obstante, parece ilógico que en un contexto tan distinto como el actual perviva la misma lógica que antaño. Además, las competencias profesionales y personales que demanda la sociedad hoy en día requieren de nuevos enfoques y planteamientos y, seguramente, de estructuras más flexibles que se adapten a los intereses y capacidades de los distintos perfiles de alumnado.
Ante la pregunta recurrente del "Profe, ¿esto para qué sirve?" hay que ser capaz de proporcionar respuestas concretas y precisas. Quizá haya que acercar el currículo a la realidad del alumnado para potenciar su interés y atender a las distintas sensibilidades presentes en el aula. Además, seguramente no existen conocimientos más provechosos e importantes que otros per se, sino que son las capacidades, intereses y motivaciones de cada alumno las que determinan la utilidad de los mismos.
Así pues, puede que sea necesario poner el foco en los procesos de empoderamiento del alumnado y no tanto en unos contenidos específicos (de uno u otro signo) que pueden presentarse totalmente alejados de su realidad e intereses. Acabemos, pues, con el modelo educativo estamental y busquemos alternativas flexibles que permitan que las distintas sensibilidades y capacidades se desarrollen en igualdad de condiciones. Porque hay vida más allá de las ecuaciones y los dictados...
Señala Ken Robinson que la herencia de la sociedad industrial define la actual estructura de nuestros planes de estudios. La necesidad de buscar métodos eficaces y rápidos de selección y valoración ante las exigencias de la Revolución Industrial identificaron la inteligencia desde el punto de vista del razonamiento verbal y matemático, arrinconando otras áreas de conocimiento y expresión. No obstante, parece ilógico que en un contexto tan distinto como el actual perviva la misma lógica que antaño. Además, las competencias profesionales y personales que demanda la sociedad hoy en día requieren de nuevos enfoques y planteamientos y, seguramente, de estructuras más flexibles que se adapten a los intereses y capacidades de los distintos perfiles de alumnado.
Ante la pregunta recurrente del "Profe, ¿esto para qué sirve?" hay que ser capaz de proporcionar respuestas concretas y precisas. Quizá haya que acercar el currículo a la realidad del alumnado para potenciar su interés y atender a las distintas sensibilidades presentes en el aula. Además, seguramente no existen conocimientos más provechosos e importantes que otros per se, sino que son las capacidades, intereses y motivaciones de cada alumno las que determinan la utilidad de los mismos.
Así pues, puede que sea necesario poner el foco en los procesos de empoderamiento del alumnado y no tanto en unos contenidos específicos (de uno u otro signo) que pueden presentarse totalmente alejados de su realidad e intereses. Acabemos, pues, con el modelo educativo estamental y busquemos alternativas flexibles que permitan que las distintas sensibilidades y capacidades se desarrollen en igualdad de condiciones. Porque hay vida más allá de las ecuaciones y los dictados...
Excelente artículo. Haces un buen análisis.Lo comparto en su totalidad.Es una lástima que nuestros políticos sean tan miopes y tan insensibles a otras disciplinas tan importantes como las Lenguas y Ciencias. ¿Sabías que en Austria el 75% de la población toca algún instrumento musical?. ¿ Por qué será?. Sí me permites,¿lo puedo referir en el Blog?. Saludos.Mª Ángeles
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Sí, la verdad es que ya toca cambiar el chip en este sentido, ¿no? ¿Cuántos talentos no son debidamente trabajados en la escuela a causa de este enfoque tan reduccionista?
EliminarEncantado de que hagas referencia en tu blog. Muchas gracias por tu interés. Seguimos hablando...
¡Un saludo!
Es una realidad que la escuela como esta concebida ya no funciona. Ahora, como maestro, me encargó de responder preguntas que nadie hizo.
ResponderEliminar¡Cierto Christian! Parece evidente que habría que hacer cambios importantes. ¡Gracias por tu comentario! ¡Un saludo!
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