viernes, 4 de abril de 2014

¿Tienes plan? Formación permanente

En noviembre de 2011, el Ministerio de Educación presentaba el Plan de Acción para el Aprendizaje Permanente Nuevas oportunidades para aprender. El documento, solapado al informe titulado El aprendizaje permanente en España, realizaba un estudio de la situación sociolaboral europea y española y exponía unas líneas generales de actuación con el objetivo de potenciar la formación permanente y mejorar la cualificación general de la población. 

Entre los aspectos analizados en el resumen ejecutivo, hay un dato que llama especialmente la atención y está, de hecho, estrechamente relacionado con los niveles de cualificación. Según el Centro Europeo para el desarrollo de la formación profesional (CEDEFOP), Europa tendrá en el año 2020 235 millones de puestos de trabajo, cuyas necesidades de cualificación corresponderán en un 50% a niveles medios, un 35% a niveles altos y sólo el 15% a niveles bajos. Si tenemos en cuenta que en España predominan las calificaciones bajas (44% en el cuarto trimestre de 2012, según el INE) parece evidente la importancia que la formación permanente va a tener en varias generaciones de españoles.

Así pues, urge potenciar la formación permanente y, en este sentido, el Plan de Acción para el Aprendizaje Permanente establecía ocho ejes estratégicos y un total de 25 actuaciones concretas para afrontar el reto. Las grandes líneas de actuacion establecidas eran:
  1. Facilitar la reincorporación de la población adulta al sistema educativo para obtener el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
  2. Generalizar el reconocimiento de competencias profesionales, como mecanismo para aumentar la cualificación de la población activa
  3. Establecer nuevas vías de acceso a la Formación Profesional, y hacer compatible el trabajo y el estudio para los jóvenes que lo abandonan prematuramente.
  4. Reforzar la actualización y la adquisición de nuevas competencias profesionales para afrontar con éxito el cambiante mercado laboral.
  5. Promover el acceso de las personas adultas al Bachillerato, a la Formación Profesional y a la Universidad.
  6. Ofrecer educación y formación, formal y no formal, a personas en riesgo de exclusión social como estrategia de apoyo a la superación de situaciones de pobreza y marginación.
  7. Difundir entre la ciudadanía las posibilidades de la formación permanente.
  8. Establecer mecanismos para la evaluación periódica de las políticas relacionadas con el aprendizaje a lo largo de la vida, con participación de todos los agentes implicados.
Por otro lado, El País Vasco concretó hace unos meses muchos de estos aspectos dándoles fuerza de ley con el apoyo de la mayoría de la cámara vasca. Todos los partidos (salvo la abstención de Bildu) aprobaron la Ley de Aprendizaje a lo largo de la vida con el objetivo de favorecer las posibilidades de acceso al trabajo del conjunto de la población. Se trata de una ley que crea estructuras de formación a distancia, que pretende ligar las necesidades del sistema productivo con las necesidades formativas de la población y, en general, que promueve la orientación y la formación de personas adultas.

Que una ley educativa (¡en este país!), se apruebe con un amplio consenso entre gobierno y oposición  es un sorpresón que hay que destacar. Seguramente, la ciudadanía vasca recogerá los frutos de este acuerdo en los próximos años. Mientras tanto, veremos cómo evolucionan las políticas de acción para la formación permante a nivel nacional, aunque vista la actividad desarrollada por el ministerio durante los últimos tiempos no parece que vayamos a tener grandes resultados en los próximos años. Veremos...

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