Ni para graduados superiores. Al menos eso parece
una vez leídas las conclusiones del informe Panorama
de la educación 2014 elaborado por la OCDE. Comparadas
las cifras de desempleo de España con las del resto de los países miembros,
puede apreciarse que en los niveles superiores de formación el desempleo español
es casi tres veces superior a la media de la OCDE. Este hecho
demuestra que en España la formación protege menos frente al desempleo que en
los países de nuestro entorno. Tampoco es que hubiera que ser un lince para
llegar a esta conclusión. La sangría de exiliados universitarios que ha
abandonado el país desde el inicio de la crisis ya ofrecía pistas en este
sentido. Es cierto que, también en España, los titulados superiores presentan
tasas de paro más reducidas que la población menos formada. No obstante, la
falta de oportunidades, un mercado laboral raquítico y una sensación de
abandono por parte de las instituciones públicas han llevado a decenas de miles
de jóvenes a hacer las maletas y poner su talento al servicio de mercados
laborales (y sociedades, quizá) más maduros y preparados.
Por si todo esto fuera poco, el incremento de las
tasas universitarias y la reducción de becas no ofrecen un panorama demasiado
prometedor para el mundo universitario. De hecho, en los dos últimos cursos el
número de matriculados en las universidades españolas ha descendido en 45.000
alumnos. Paralelamente, la formación profesional, generalmente más identificada
y vinculada al mercado laboral, ha absorbido una creciente demanda de plazas a
lo largo de los últimos años. No obstante, unos y otros, universitarios y
técnicos superiores, deben hacer frente a una realidad socioeconómica muy
complicada definida por la destrucción de puestos de trabajo de los
últimos años y por la precarización generalizada de las condiciones laborales.
¿Cómo hacer frente a la actual situación desde la
universidad y, en general, desde las instituciones educativas? Creo que puede
ser muy peligroso plegarse a los planteamientos economicistas dictados
desde determinadas instituciones. Es cierto que hay que acercar el mundo de la
formación al mercado laboral para generar experiencias profesionalizadoras que
faciliten el tránsito de los estudiantes al mundo del trabajo. Existen, de
hecho, numerosas experiencias en este sentido tanto en el ámbito de la formación
profesional como en el mundo universitario. Es cierto, también, que hay que
reformular determinados planteamientos y metodologías, en muchos casos
anacrónicas, todavía presentes en todas las etapas educativas. Hay mucho
trabajo por hacer en la esfera educativa. Pero todo ello quedará en nada si no
se afronta el que quizá sea verdadero reto de este país: crear un mercado de
trabajo versátil y diversificado que absorba en condiciones de justicia social
al conjunto de los trabajadores.
En definitiva, hay que destacar la necesidad de
situar la educación en el centro del Estado del bienestar, no por sus
implicaciones económicas, sino por su capacidad para generar ciudadanos
críticos, bien preparados e implicados con las problemáticas de su entorno. Más
allá de los resultados publicados por la OCDE, la prioridad es evitar la
consolidación de una generación perdida que se verá abocada a huir y a permanecer en el
extranjero o a asumir puestos de trabajo muy por debajo de los conocimientos
adquiridos durante su itinerario formativo. Sin duda que el esfuerzo
merecerá la pena.
Para leer más colaboraciones con INED21 haz clic aquí.
Para leer más colaboraciones con INED21 haz clic aquí.
Son muchos los factores que hay que tener en cuenta, pero el más llamativo para mí es la extendida sensación, probablemente infundada, de que estudiar no vale para nada. El divertido artículo de David Torres "Oculten el currículum" es prueba de ello. Un saludo.
ResponderEliminarEs cierto, Toni. ¿Cuántos amigos tenemos que para acceder a un puesto de trabajo de poca cualificación recortan su currículum para tener más probabilidades de éxito? Yo tengo unos cuantos con un currículum A con toda su formación y otro B con "recortes". Debe ser una sensación de lo más frustrante... En fin... Genial el artículo de Torres, me lo guardo! Muchas gracias por pasarte por aquí y todavía más por comentar! Saludos!
Eliminar