Dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo. Pues será verdad. Lo que es innegable es que la experiencia es un grado. Enfrentarse por primera vez a una tarea a la que no estamos acostumbrados suele generar dudas, inseguridades y, en definitiva, dolores de cabeza varios. Por eso siempre me ha parecido muy inteligente ver, escuchar y preguntar a los "experimentados", a aquellos que han pasado por situaciones o caminos que debes (o decides) recorrer después de ellos. No soy de los que cree que todo está inventado, pero sí que muchas veces la experiencia de otras personas nos puede dar la clave para crear nuevas experiencias y soluciones o, simplemente, para tranquilizarnos y relativizar las cosas.
Todo este rollo viene a cuento de una actividad que desarrollamos en nuestro centro desde hace varios años. En los centros de adultos recibimos a mucha gente que retoma sus estudios después de un parón de varios años. Es habitual que este alumnado tenga dudas e inseguridades, especialmente aquellos que a final de curso deben presentarse a pruebas oficiales externas. Durante el año, pues, no se habla de otra cosa: la prueba, la prueba y, después, la prueba. ¿Cómo relativizar la presión del examen final y ofrecer un punto de vista más positivo y tranquilizador?
Hace unos años decidimos implicar a nuestro exalumnado en el proceso. La idea es bien sencilla. Se basa en organizar charlas periódicas con antiguos alumnos en las que estos explican a nuestro alumnado su experiencia no ya solo del examen final, sino también de su paso por nuestro centro o de los estudios que han realizado posteriormente. En definifiva, se trata de ofrecer testimonios y puntos de vista de alumnos para alumnos, apartando el foco por un rato de la figura del profesorado que les acompaña durante todo el curso. Para ello intentamos que los perfiles sean lo más variados posible y se ajusten a los presentes en la etapa educativa en cuestión.
Esta semana hemos empezado con las charlas en el grupo de grado medio y, como siempre, ha sido genial. Volver a encontrarnos y poder escuchar sus experiencias y facilitar su interacción con la actual promoción no beneficia solo a nuestros estudiantes, sino que también nos abre una ventana desde donde ver el progreso y el trabajazo de nuestros "exs" en otros centros. Y la verdad es que se agradece, máxime en estos tiempos de frenesí evaluador. Pues eso, que al loro con la voz de la experiencia...
PD: Loli, Miguel y Edu, ¡muchas gracias!
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Hola. me parece muy interesante e instructivo que sean los antiguos alumnos los que cuenten sus experiencias en primera persona...Seguimos en contacto
ResponderEliminarGracias, Marta! Seguimos! ;-)
EliminarHola,
ResponderEliminarTambién los profesores toman nota y aprenden de todo aquello que ahora sí nos cuentan estos alumnos y antes no nos explicaban. Nos narran de manera anecdótica nuestros defectos y nuestras virtudes y todo ello nos sirve para acabar mejorando nuestra práctica docente.
Nos vemos!!
Muy de acuerdo! No solo es enriquecedor para el alumnado, también para nosotros. Gracias por pasarte por aquí y comentar! Un saludo!
EliminarEn el centro en el que estoy también van a empezar a hacer lo que propones. Siempre he pensado que los alumnos hacen más caso a las experiencias que relatan otros alumnos, que a los profes y es lógico. Enhorabuena por la iniciativa que debería imitarse :)
ResponderEliminarGracias, María José! Lo cierto es que se trata de una actividad que funciona muy bien! Seguiremos con ella, seguro!
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