El otro día caía en mis manos (entiéndase mi lista de Twitter) una noticia de aquellas que usamos en los centros de adultos para tratar de motivar a nuestro alumnado. La noticia en cuestión, recogida en distintos medios de comunicación -entre ellos El País-, describe el crecimiento de la brecha salarial existente entre los colectivos más y menos formados de nuestro país desde el estallido de la crisis económica.
El estudio Impacto de la formación en las retribuciones, elaborado por La Salle y la consultora Grupo ICSA, muestra la creciente diferencia de sueldo entre los trabajadores con estudios universitarios y los que no los tienen. Mientras que en 2007 esta diferencia era del 49% (de 20.013 euros anuales a 25.678), en 2013 se sitúa en torno al 86% (de 29.773 a 43.761). Otro hecho destacable es la diferente tasa de ocupación de ambos colectivos. La tasa de paro entre los trabajadores sin formación alcanzaba en el último trimestre del año 2013 el 54%, frente a la media global del país, situada en el 26%. En cambio, la desocupación afecta al 4,2% de los doctorados y al 16% de los universitarios. Eso sí, mejor no preguntemos por las condiciones de trabajo de muchos de estos últimos...
Por otro lado, el Anuario 2013 publicado por la Fundació Jaume Bofill, L'estat de l'educació a Catalunya, muestra también mejores tasas de ocupación para los colectivos con mayor formación. No sólo eso, sino que parece que crece la conciencia entre la población joven de que abandonar los estudios para incorporarse a un trabajo es una mala idea. En 2012 un 21% de los jóvenes entre 16 y 29 años habían vuelto al sistema educativo después de haberlo abandonado durante el periodo 2008-2012. Quizá esta sea una de las tendencias más positivas del momento actual: el retorno (aunque "obligado" y parcial) a las aulas de muchos jóvenes que abandonaron sus estudios atraidos por trabajos de poca cualificación generados por el boom de la construcción.
Lamentablemente, hoy en día formarse no garantiza el acceso al mercado laboral. No obstante, en entornos de selección de personal cada vez más competitivos y esquivos parece evidente que a mayor formación no solo existen mayores probabilidades de tener un empleo sino también de que éste sea mejor remunerado. ¡Más motivos para animarse!
Lamentablemente, hoy en día formarse no garantiza el acceso al mercado laboral. No obstante, en entornos de selección de personal cada vez más competitivos y esquivos parece evidente que a mayor formación no solo existen mayores probabilidades de tener un empleo sino también de que éste sea mejor remunerado. ¡Más motivos para animarse!
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