lunes, 20 de febrero de 2017

7 breves consejos para dejar de lado la creatividad en tus clases

Por la red, y también en el mundo analógico, proliferan cursos, talleres, conferencias y demás tinglados formativos sobre creatividad y educación. En ellos se nos inculca que mediante la creatividad nuestras propuestas formativas seran más motivadoras y que, por tanto, nos permitirán acercarnos mejor a los intereses de nuestro alumnado. Creatividad mediante, podremos, además, generar experiencias de aprendizaje innovadoras y sugerentes, las cuales nos permitirán crecer profesional y personalmente. Si eres de los que piensa que la creatividad está sobrevalorada, aquí van unos consejillos prácticos para mantenerte firme en tu decisión de dejar de lado la creatividad en tus clases:
  1. No investigues. También está sobrevalorado, claro. De hecho, investigar y probar con otras metodologías solo puede llevarte a descubrir nuevas ideas, lo cual, como docente reacio a la creatividad, no te está permitido. Aun así, si te apetece leer, prueba con la prensa deportiva (escoge el diario que quieras). Por ahí, precisamente, no corres el riesgo de empacharte de creatividad.
  2. No compartas tu trabajo. Conocer otras propuestas de trabajo y dar visibilidad a las tuyas puede contribuir a abrir una pequeña grieta en tu pequeño búnquer profesional. Grieta por la que, a la larga, puede colarse a chorro la creatividad. Así pues, mejor evitarlo. Aíslate en tu cueva aula y no salgas hasta que acabe el chaparrón (tranquilo, la creatividad no tardará tampoco en quedar desfasada).
  3. No pienses en tu trabajo fuera de horas. Puede ser un error fatal. Nada de pensar en hacer una actividad relacionada con la peli que estás viendo o en aprovechar esa noticia de plena actualidad para montar un proyecto. Céntrate estrictamente en la planificación preestablecida. Además, ¿para qué están los libros de texto?
  4. Deshecha ideas. Esa idea que te ha asaltado mientras oías a tus compañeros comentar su trabajo con los de primer curso no tiene más recorrido. Olvídala, No vale la pena perder el tiempo con tonterías. ¡A ver si no vas a tener tiempo de acabar el temario!
  5. No juegues. Todos sabemos que el verdadero aprendizaje se adquiere mediante el sudor y el esfuerzo (del aprendiz, por supuesto). ¿Qué es eso de jugar en el aula para conseguir medallitas e insignias? Así pues, dale caña al temario y plantifica un examen como dios manda. ¿Se te ocurre, acaso, alguna manera menos creativa de evaluar?
  6. Mantén la rigidez. Para eso planificas, claro. Secuencia bien tus propuestas y no te muevas ni un ápice de ellas. Aplícate de nuevo los consejos del punto dos y evita cualquier contacto, por ligero que sea, con agentes creativos.
  7. Y, por último, niega sin pestañear el poder transformador de la creatividad. Mantente firme y si es necesario no dudes en recuperar mantras del pasado. Recomiendo "la letra con sangre entra". Un clásico que no deja indiferente a nadie. 
Pues nada, seguro que se te ocurre algún consejo más. O, por contra, lo mismo eres un docente muy creativo. ¿Por qué no te pasas por comentarios y me cuentas?

4 comentarios :

  1. Simplemente genial!!! Enhorabuena por el artículo!!

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  2. La "creatividad", la "originalidad" en sí mismas están sobrevaloradas. Dependen del resultado que salga de ellas. Si el resultado es bueno, pues muy bien. Si el resultado es malo, mejor hubiese sido quedarse quietos, el mundo sería mejor sin eso. Ser el primero en hacer una cosa no hace que esa cosa valga la pena. Por otro lado, en cierto modo, todo o casi todo de lo que hacemos tiene como poco un mínimo de "originalidad".

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