sábado, 30 de septiembre de 2017

La escuela y las "piedras"

A los que somos de historia, o de cualquier otra disciplina vinculada a las humanidades, de vez en cuando, especialmente en el ámbito familiar y en las temporadas de viaje, nos recriminan nuestro desmesurado amor por las piedras. Con un poco de suerte, uno encontrará cierta comprensión en el entorno doméstico (compartir la pasión ya sería una cosa tremenda, aunque a veces sucede) pero la reacción habitual, me temo, suele ir por otro lado. "Tú a tus piedras" y tal. No hace falta decir que por "piedras" se entiende cualquier elemento relacionado con el pasado, el arte, la cultura o el patrimonio histórico-artístico. Por suerte, no es mi caso, claro. Al menos no siempre. Y es que un servidor es afortunado... ;)

En el aula y en los entornos educativos y museísticos creo que sucede más o menos lo mismo. Cuántas manadas de adolescentes os habéis encontrado visitando con total indiferencia, con suerte, espacios patrimoniales y museos alucinantes o, esa es otra opción, con frenético estrépito hormonal para mayor de las desgracias del resto de visitantes. Desde el Coliseo romano a los Museos Vaticanos, pasando por las grandes pinacotecas mundiales o por centros de cultura de todo tipo y condición, no resulta extraño ver riadas de visitantes "obligados" a estar allí. Unos, la mayor de las veces jóvenes y adolescentes, por causas evidentes. Otros, porque se supone que "deben" poner el cartel de visto y a otra cosa mariposa.

Es cierto que cada vez hay más centros educativos que se están poniendo las pilas con el tema patrimonial. Y también lo es que existe un número creciente de equipamientos culturales que ofrecen propuestas interesantísimas, dinámicas y adaptadas a las necesidades de las distintas etapas y currículos académicos. No obstante, uno tiene la sensación de que se trata de dos mundos todavía bastante separados. Y es que parece que la relación entre patrimonio y escuela tiene, todavía, mucho camino por delante.

A pesar de todo, como digo, existen iniciativas que muestran que se ha hecho y se está haciendo un enorme trabajo para potenciar el disfrute y el uso del patrimonio para generar conocimiento, para descubrir el pasado y para formar a ciudadanos ricos culturalmente y con espíritu crítico. Prueba de ello son las terceras jornadas Patrimoni i Educació celebradas a finales de septiembre en un marco brutal, el mNACTEC de Terrassa. Más de un centenar de profesionales de ambos ámbitos se han juntado a lo largo de dos días para poner de manifiesto que existen prácticas muy interesantes de colaboración entre las "piedras" y la escuela y, sobre todo, que existe una creciente voluntad de abrirse al otro y adaptarse a sus necesidades, propuestas e intereses.

De todo lo oído, y por la parte que me toca como docente, me quedo con el (apasionado) consejo de Joan Carles Mèlich, profesor de Filosofía de la UAB,  quien nos incitaba a buscar el contagio emocional para tratar de seducir al alumnado con la pasión por el conocimiento, en este caso por las mal llamadas "piedras". Ya, claro, se dice pronto. ¿Y eso cómo se hace? Pues no lo sé, pero quizá sea tema para futuros posts: pensar estrategias para tratar de ponerle pasión al asunto e intentar conseguir otro posicionamiento por parte de nuestros estudiantes ante el universo de la cultura y el conocimiento. Y es que intuyo que, abriendo esa puerta, tendremos mucho ganado.



lunes, 18 de septiembre de 2017

Cosas de inicio de curso

A mi ahijado ya le han castigado en el cole. El chico acaba de empezar primaria y todavía no se ha dado cuenta de que ya es "mayor". Se ve que estuvo hablando con un compañero y, claro, la profe se vio obligada a castigarle de pie ante la clase "un buen rato". A la siguiente parece que tendrá que volver a la clase de P5, se ve que allí, espíritus de parvulario mediante, aprenderá a comportarse mejor. Y es que los docentes sabemos mejor que nadie que a inicio de curso hay que ponerse duro y marcar el territorio...

El otro día vino a verme el inspector. Después de los saludos de rigor estuvimos charlando un rato. No demasiado porque teníamos lío de matrículas. El hombre estaba un pelín agobiado. Para este curso le han agenciado siete (¡!) centros más a supervisar y no acababa de verlo claro. Quedamos en vernos en unas semanas aunque me temo que este curso no vamos a hablar todo lo que deberíamos. En fin, parece que no somos los únicos que vamos al límite.

Seguimos liadísimos con las inscripciones. Lo de (la mayoría de) los centros de adultos con las matrículas es un sinvivir. La sensación es que nunca sabes qué te encontrarás. Hicimos referencia a ello en En busca del alumnado perdido. De ahí la importancia de planificar con antelación y de contar con la opinión de los distintos agentes del territorio para detectar necesidades y programar una oferta adaptada a ellas. Siguiendo con esta filosofía, parece que este curso el cambio de oferta va a funcionar. Eso sí, empezamos mañana y seguiremos matriculando (seguro) mínimo hasta noviembre. 

Por Twitter y redes sociales, nada nuevo. Un poco de postureo por aquí, unas trifulcas sobre innovación educativa por allá, unos mensajillos buenrolleros de inicio de curso y, eso sí, un montón de profes dispuestos a darlo todo y a compartir su trabajo de manera desinteresada, lo cual se agradece enormemente. Seguiremos en esa línea y aprovechamos para volver a difundir nuestras propuestas para "desbandalizar" el sistema educativo (modestia aparte).

Seguimos en contacto con los institutos de la zona. Cada vez nos derivan un mayor número de alumnos, así que la coordinación con ellos parece que será clave en los siguientes años.  Gran parte del alumnado procede del fracaso escolar en ESO y otro tanto, aquellos que no consiguen acabar bachillerato,  opta por preparar el acceso a ciclos formativos. Con los datos definitivos de matrícula sobre la mesa será el momento de analizar causas y posibles consecuencias y evolución de esta deriva. Ahora se impone recabar información y asegurar que el proceso de transición de los instituos al centro sea lo más cómodo posible para todos.

Y luego están los horarios, claro. Los laborales y los familiares; las adaptaciones de los críos de unos y otros. Los nuevos proyectos, los que se abandonan y los que se quieren mantener. Los problemas del día a día, unos menores y otros mayores. ¡Ojalá no hubiera de estos últimos! Las frustraciones y las ilusiones. En definitiva, las cosas de inicios de curso. Pues nada, que os vaya genial y, si queréis, nos lo seguimos contando por aquí al menos durante un año más. ¡Un abrazo!


miércoles, 13 de septiembre de 2017

Innovación en los centros de adultos: breve catálogo de experiencias

NOTA: Traducción al castellano del artículo Innovació als centres d'educació de persones adultes: un breu catàleg d'experiències publicado en la revista Quaderns d'educació contínua (núm. 36, págs. 78-84, Xàtiva, 2017). Puedes encontrar la revista aquí.

La cuestión de la innovación es, sin lugar a dudas, uno de los temas recurrentes en el panorama educativo actual. De hecho, de un tiempo a esta parte, proliferan los congresos y las jornadas con programas de actividades y experiencias donde la innovación educativa se convierte en el eje vertebrador. Cada vez más a menudo se habla de metodologías innovadoras que están transformando las formas de enseñar y aprender en el entorno de los centros educativos. Así pues, desde el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), pasando por la Flipped Classroom, la gamificación o el Design thinking, docentes y centros educativos de todo el país están poniendo en marcha nuevas estrategias y metodologías educativas dirigidas a dar respuesta a las nuevas necesidades del alumnadodel siglo XXI.

Además, los medios de comunicación han contribuido a amplificar las demandas, pero también las respuestas, dadas desde los centros educativos ante este nuevo paradigma educativo. No resulta extraño, pues, que la cuestión educativa aparezca en los mass media con una intensidad bastante notable, aunque a veces con un análisis quizás demasiado superficial. Se hace difícil recordar una semana sin un reportaje, noticia, documental o artículo sobre la cuestión en los principales diarios, revistas y canales de televisión nacionales y estatales en los últimos meses. Parece evidente que esta "carrera" por la innovación educativa puede generar cambios enormemente positivos para el sistema en su conjunto. Sin embargo, en nuestra opinión, una falta de visión estratégica en la gestión de la cuestión de la innovación en los centros educativos también puede contribuir a reforzar ciertas desigualdades ya existentes entre centros, claustros y, sobre todo, entre el alumnado.
En cualquier caso, no es el tema central de este artículo reflexionar sobre las posibilidades y los peligros que se derivan del ejercicio de la innovación educativa en los centros educativos. El principal objetivo de estas líneas es poner de manifiesto que la innovación educativa también se encuentra presente en los centros de educación de personas adultas, y no precisamente de una manera residual. Desgraciadamente, la escasa visibilidad de las actividades llevadas a cabo en los centros de adultos puede dar la sensación de que estos viven de espaldas a esta nueva realidad. De ninguna manera. De hecho, cada vez son más los centros de formación continua que apuestan por planteamientos innovadores que contribuyen a enriquecer el aprendizaje de su alumnado. Encontramos, pues, experiencias de aula cada vez más ricas e interesantes, pero también propuestas que se abren a planteamientos más transversales entre ámbitos curriculares y que promueven la creación de redes de trabajo entre varios centros educativos. Encontramos también novedades en las formas de gestión y de organización de los centros e, incluso, en la manera de encarar el desarrollo de los currículos académicos. Todo esto nos permite afirmar que, a pesar de su escasa visibilización, la innovación educativa goza también de buena salud en la educación permanente.
Hay que aclarar, antes de hablar de todas estas experiencias, que las "innovaciones" aquí recogidas no se sustentan (o, al menos, no siempre) en la aplicación de herramientas y metodologías didácticas de nueva creación. En este sentido, entendemos por innovación, la búsqueda o la creación de nuevos caminos, a veces recuperando ideas ya implementadas tiempo atrás, para dar respuesta a las necesidades presentes en el entorno de los centros educativos. Puede intuirse, pues, que no hablaremos de una innovación de fuegos artificiales, sino de propuestas centradas en hacer de las escuelas de personas adultas espacios más versátiles, dinámicos y, sobre todo, más cercanos a las personas que conviven a diario. Así pues, hablamos de una innovación de kilómetro cero, una innovación pragmática y, sobre todo, útil y ligada a las necesidades del momento, la cual pretende superar el desgaste al que ha sido sometida por un (ab) uso quizás excesivo por parte de unos y otros. Una innovación que, en nuestra opinión, puede tener un largo recorrido en los centros de educación de personas adultas.

Para facilitar su exposición, las experiencias seleccionadas han quedado agrupadas en cuatro grandes bloques. Un primero, en el que se analizan experiencias colaborativas entre diferentes centros. En este ámbito, se explicará con cierto detalle el proyecto mapaTIC llevado a cabo entre el CFA Palau de Mar (Barcelona), el CEPA Sierra Norte (Sierra Norte, Madrid) y el CFA Dolors Paul (Cunit, Tarragona), además de otras experiencias de trabajo cooperativo entre centros de adultos de toda la península. Un segundo bloque recoge diferentes experiencias de Aprendizaje y Servicio llevadas a cabo en los centros de adultos. El trabajo conjunto con la comunidad ha sido a lo largo de su historia y, de hecho, continúa siendo, una línea estratégica para muchos centros de educación de personas adultas. En el tercer bloque se muestran algunas experiencias de nuevas formas de gestión y de organización que están adoptando las escuelas de adultos para afrontar los cambios vividos en esta etapa educativa en los últimos años. Por último, se habla también de algunas experiencias significativas relacionadas con la innovación desde el punto más científico y tecnológico. Perdonará el lector la excesiva presencia de prácticas llevadas a cabo en el CFA Dolors Paul. El acceso a información de primera mano y, sobre todo, la voluntad de hablar de experiencias de las que se conocen las necesidades iniciales y, fundamentalmente, el impacto generado nos ha llevado, no sin muchas dudas, a decidirnos a hablar de muchas de las propuestas diseñadas e implementadas en el centro de adultos cunitense. Esperamos se nos disculpe el exceso de protagonismo.

mapaTIC, un caso paradigmático de experiencia educativa innovadora y cooperativa.

El año 2014 tres escuelas de formación de personas adultas ponían en marcha el Proyecto mapaTIC un proyecto de aprendizaje conjunto en el marco del programa de ayudas PROMECE convocado por el Ministerio de Educación y Cultura. Esta convocatoria buscaba la creación de agrupaciones de aprendizaje con implicación de centros de diferentes comunidades autónomas con el objetivo de favorecer la creación de redes de trabajo conjunto entre centros en toda España. Así pues, bajo la coordinación del CEPA Sierra Norte y con la participación del CFA Palau de Mar y del CFA Dolors Paul, surgió mapaTIC, un proyecto que combinaba el análisis y la promoción del uso de las nuevas tecnologías en el aula como mecanismos motivadores en el aprendizaje con el establecimiento de canales de comunicación entre los tres centros para compartir estrategias de trabajo con el alumnado adulto. En este sentido, mapaTIC se convirtió en un excelente mecanismo para abrir las aulas y los claustros a nuevas maneras de hacer, también en el ámbito de gestión y organización de los centros. Además, el hecho de agruparse centros con dinámicas internas y territoriales tan diferentes se convirtió en un aspecto enormemente enriquecedor para todos los agentes implicados durante el proceso de trabajo.

El eje central de MapaTIC era la creación de unas audioguías y unas rutas geolocalizadas mediante la aplicación de realidad aumentada Geoaumentaty. Acordado este objetivo conjunto, cada centro diseñó su propio proyecto y estableció un calendario adaptado a la propia dinámica de trabajo y a las competencias y habilidades del alumnado protagonista. Así, por ejemplo, desde el CFA Palau de Mar y desde el CEPA Sierra Norte el eje temático se centró en la historia y el patrimonio histórico-artístico del territorio, mientras que el CFA Dolors Paul aprovechó la presencia en el callejero de Cunit de diferentes autores de la literatura catalana para diseñar una ruta literaria por el municipio. En cualquier caso, la verdadera riqueza del proyecto, además de la creación de los materiales, las rutas y el uso de numerosas herramientas y aplicaciones tecnológicas, radicaba en la posibilidad de presentar el propio trabajo al alumnado del resto de centros y, en último término, a la propia comunidad. De hecho, las audioguías del CFA Dolors Paul fueron compiladas en un folleto el cual se puso a disposición del público local en la Oficina de turismo municipal, mientras que desde el CEPA Sierra Norte se generaron una serie de paneles con información recogida con códigos QR distribuidos por los diferentes municipios objetos de estudio.

Además, se llevaron a cabo encuentros conjuntos en Madrid y Cataluña con el alumnado de las tres escuelas donde se pudieron compartir los productos creados por todos los equipos de trabajo. Estos encuentros permitieron, por un lado, poner en valor el propio trabajo mostrando a los compañeros del resto de centros y a la propia comunidad educativa. Por otra parte, el hecho de tener que difundir los resultados del trabajo realizado aportó un punto de "realidad" en el día a día de la elaboración de las guías que generó una gran motivación entre el alumnado. En definitiva, mapaTIC se convirtió en un elemento de dinamización y de aprendizaje de alto valor añadido para las comunidades educativas de los tres centros participantes. No sólo permitió explorar nuevas maneras de enfocar el trabajo en el aula, sino que también favoreció la creación de canales de comunicación más sólidos en los propios claustros y el establecimiento de una red de trabajo cooperativa entre centros de la misma etapa educativa. Todo ello, además, consiguiendo una visibilización y una presencia más que notable en los medios de comunicación, hecho nada despreciable en una etapa acostumbrada al olvido mediático.

MapaTIC fue un proyecto muy concreto, el cual se desarrolló a lo largo de todo un año y donde sólo participaron tres centros educativos. Sin embargo, cada vez existen más iniciativas conjuntas basadas en la colaboración entre las escuelas de personas adultas. Un buen ejemplo es la lectura conjunta del Quijote coordinada por la Comunidad de docentes de educación de personas adultas y realizada para conmemorar el IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Desde la agrupación de docentes se lanzó la propuesta en las redes sociales y un total de cuarenta y seis centros decidieron participar. Una idea muy sencilla pero que generó mucho entusiasmo en una gran cantidad de centros de toda España y que ha permitido ampliar la red de trabajo anteriormente mencionada. En fin, no parece una mala decisión ponerse a trabajar en red con otros centros educativos. Podemos conseguir buenas ideas, soluciones a problemas compartidos y, por qué no decirlo, una visión más objetiva y, por tanto, más enriquecedora de nuestro propio centro educativo.

Aprendizajes al servicio de la comunidad, también en educación permanente.

ElAprendizaje-Servicio (APS) es una propuesta educativa basada en la combinación de procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un proyecto en el que los participantes se forman mientras trabajan sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo. Evidentemente, hay una diversidad enorme de experiencias de aprendizaje y servicio, con objetivos y propuestas bien diferenciadas. No obstante, puede acordarse que el APS se convierte en una actividad compleja que integra el servicio a la comunidad con el trabajo y el aprendizaje de contenidos, competencias, habilidades o valores. Es decir, el APS combina la intención de enseñar con la intención de ayudar o, como mínimo, de generar sensibilización respecto determinadas cuestiones. Hablamos, pues, de proyectos educativos con una clara utilidad social.

Cada vez más centros educativos ponen en práctica experiencias basadas en el APS y, en este sentido, los centro de adultos no son ninguna excepción. De hecho, tradicionalmente, las escuelas de personas adultas han sido espacios educativos abiertos a las necesidades y a las demandas sociales de sus comunidades. Quizás el "proceso de oficialización" de las enseñanzas impartidas en los centros de adultos en los últimos años, con una pérdida importante de espacio de propuestas formativas que no terminan con la obtención de un título oficial, ha desdibujado esta estrecha relación entre los centros y sus comunidades. Es en este contexto de programas formativos estrictamente académicos y oficiales donde el APS puede permitir recuperar el talante solidario y transformador tradicionalmente asociado a los centros de adultos.

Hay centros que tienen el APS bien instalado en su ADN. Este es el caso del CFA Can Serra de Hospitalet. De hecho, Can Serra es la única escuela de adultos que forma parte de la Red de Centros Educativos de Aprendizaje Servicio de Cataluña. Actualmente tienen en marcha tres proyectos de aprendizaje servicio muy diferentes: "El barrio camina", "Conozcamos el parque de les Planes" y "Arte en los muros". En el proyecto "El barrio camina" el alumnado de la escuela se forma para realizar tareas de voluntariado en el centro cívico Can Serra y en la residencia de ancianos Francisco Padilla. Puede participar cualquier alumno de la escuela independientemente de los estudios en los que esté matriculado. El alumnado asiste a diferentes jornadas de formación donde aprende lo que representa el voluntariado y mejora sus habilidades sociales y comunicativas. Una vez formado, desarrolla diferentes actividades en las citadas asociaciones. La fuerza del proyecto radica en la creación de lazos entre los estudiantes de la escuela y las entidades del barrio, además de las relaciones personales que se establecen en el desarrollo del proyecto. Por otra parte, el proyecto "Conocer el parque de les Planes" combina el aprendizaje basado en proyectos con el APS. El objetivo básico es ofrecer el servicio de visita guiada al parque municipal para las escuelas de primaria. La visita la dirige al alumnado de graduado en educación secundaria, el cual trabaja durante los primeros meses del curso los contenidos necesarios para llevar a cabo la visita. Además, los futuros guías reciben una formación específica por parte de profesionales del ámbito con el objetivo de mejorar sus habilidades comunicativas y de gestionar adecuadamente la visita. Por último, "Arte en los muros" se convierte en un interesante proyecto de sensibilización artística en colaboración con la Fundación Arranz-Bravo a partir del cual el alumnado del centro ha decorado los muros exteriores del centro.

Otra experiencia de APS de interés llevada a cabo por un centro de adultos ha sido el Proyecto "Hazte donante", diseñado y ejecutado por el CFA Dolors Paul de Cunit durante el curso 2016-2017. Se trata de un proyecto que nace de la necesidad de reactivar el volumen de donantes de sangre del municipio, el cual iba reduciéndose de manera progresiva a lo largo de los últimos años. Con el objetivo de revertir esta situación, el centro de adultos cunitense, en colaboración con el Instituto Ernest Lluch y la Biblioteca Municipal Marta Mata, dirigió la campaña de donación de la primavera de 2017. Así pues, el alumnado de ambos centros educativos, con el apoyo del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, diseñó e implementó la campaña de difusión, además de hacerse cargo de la recepción y coordinación de los diferentes servicios en torno a la jornada de donación (atención al público, refrigerio, espacio infantil, comunicación, etc.) La jornada se convirtió en todo un éxito: se consiguieron 158 donaciones, de las cuales 77 fueron de nuevos donantes, lo que ha permitido renovar el banco de donaciones local. Además, se hizo campaña para recoger también donantes de médula ósea, llegando a un total de 44 donantes más. En definitiva, una propuesta solidaria impulsada desde la escuela de adultos que, gracias a la participación del conjunto de la comunidad educativa, ha hecho frente de manera exitosa a las necesidades del territorio.

Innovar para dar respuesta a las necesidades de las personas.

A veces, la innovación supera el ámbito puramente académico para centrarse en la atención a las necesidades de las personas. Quizás, de hecho, la verdadera innovación sea eso: contribuir a generar situaciones que, aparte del aprendizaje logrado, den respuesta o contribuyan a la mejora de la situación del alumnado en el aspecto académico pero también personal, social, cultural, etc. Y esta es, sin duda, la finalidad del proyecto "Unidad 0" iniciado por el CFA El Roure de Polinyà ya hace unos años. En resumen, la Unidad 0 pretende establecer un tiempo de conocimiento (dos semanas, aproximadamente) entre alumnado y profesorado antes de iniciar el trabajo con los contenidos curriculares específicos del curso de preparación para la prueba de acceso a ciclos formativos de grado medio. Esta idea, que parece de sentido común, es a menudo olvidada por la prisa y la urgencia con la que se afronta este tipo de formaciones. Y es que la presión para afrontar con garantías de éxito la prueba final hace que, desde el inicio del curso, la sombra del examen oficial anule cualquier propuesta metodológica (digamos) alternativa. En este sentido, la "Unidad 0" parece una estrategia excelente para poner un punto de pausa y conocer con detalle las características generales del alumnado. De este modo, puede organizarse mejor la secuenciación de los contenidos y, además, se establece un clima de trabajo y de cohesión de grupo muy positivo para el desarrollo general del curso. Esta cuestión resulta especialmente significativa teniendo en cuenta el perfil general de este tipo de alumnado en muchos centros de adultos: baja autoestima, conocimientos previos muy reducidos, escasos hábitos de estudio, bloqueo emocional ante una situación de prueba, desconfianza en la figura del docente, necesidades educativas especiales y patologías mentales, falta de motivación, falta de autocontrol, etc. En definitiva, un punto de pausa a partir del cual construir dinámicas de aprendizaje muy enriquecedoras.

Hablemos ahora de la relación entre los centros de formación de adultos y el mundo del trabajo y el empleo. Sin duda, una de las grandes preocupaciones del estudiante adulto es el acceso al mercado laboral. Son muchas las personas que se dirigen a los centros de adultos para mejorar su formación académica y, de este modo, conseguir un trabajo o, en caso de que lo tengan, mejorar su situación laboral. Conscientes de esta preocupación, desde el CFA Dolors Paul se puso en marcha el Proyecto Ocupa't el año 2016. Este proyecto combina una serie de acciones dirigidas a mejorar las opciones de empleabilidad del alumnado de la escuela. Las propuestas van desde el desarrollo de talleres de formación específicos sobre cómo crear un currículum atractivo, preparar una entrevista de trabajo o utilizar las redes sociales para buscar trabajo, hasta la gestión de una bolsa de trabajo en el centro, pasando por la realización de charlas profesionales o la visita a centros formativos y empresas de los sectores profesionales en los que el alumnado se encuentra interesado. Todas estas actuaciones se complementan con la creación de un módulo opcional específico de prácticas para el alumnado del curso de graduado en educación secundaria obligatoria. Así pues, el módulo "Catas de oficios" permite hacer una aproximación al mundo laboral a personas que aún no tienen ninguna experiencia profesional o que, desgraciadamente, están viviendo una situación de desempleo de larga duración. En definitiva, se trata de ofrecer herramientas no sólo para alcanzar objetivos académicos, sino para contribuir a la mejora social y personal del alumnado.

Innovación, ciencia y tecnología en los centros de adultos.

Vivimos un tiempo de revolución científica y tecnológica sin precedentes. La ciencia y la tecnología avanzan a un ritmo frenético ante el que la escuela parece no poder dar respuesta inmediata. Es cierto que el ritmo y la organización escolar (también los recursos, por supuesto) no siempre favorecen el aprovechamiento de estos avances. Sin embargo, son muchos los centros, también de adultos, que están trabajando para adaptarse y sacar provecho de las últimas tendencias tecnológicas. Un claro ejemplo de ello es la I Jornada de programación y robótica en los centros de adultos organizada por CEPA Sierra Norte el pasado mes de abril de 2017. El objetivo principal era evidenciar que los centros de adultos también pueden convertirse en centros de innovación tecnológica y que el alumnado adulto puede hacer uso y aprovechar los nuevos avances científicos y tecnológicos. La jornada fue un éxito de participación. Más de doscientas personas procedentes de centros de adultos de la comunidad de Madrid, pero también profesorado de otras etapas educativas y de otras comunidades autónomas se acercaron a disfrutar de un programa muy abierto y variado. Conferencias, talleres, exhibiciones de robots y las presentaciones de los trabajos realizados por el alumnado fueron algunas de las actividades desarrolladas. Una clara muestra de que, cuando un centro tiene un claustro y una comunidad educativa que camina en la misma dirección, se pueden generar espacios de aprendizaje de enorme valor.

Equipos de trabajo: agrupaciones de docentes trabajando por la innovación en los centros de adultos

En definitiva, puede afirmarse que, hablando de innovación, los centros de adultos se mueven. Clara muestra de ello es la aparición de diferentes equipos de trabajo formados por docentes de educación permanente con el objetivo de visibilizar el trabajo de los centros de adultos pero también de investigar y promover nuevas maneras de hacer dentro y fuera de las aulas de la educación de adultos. Fruto de esta voluntad tiene lugar la creación de la Comunidad de docentes de educación de personas adultas. Creada en 2016, esta agrupación de docentes mantiene una intensa actividad en las redes y ha sido generadora de numerosas actividades colaborativas entre los centros de adultos de toda España. Por otra parte, el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona cuenta con un grupo de trabajo formado por una veintena de docentes de la etapa, los cuales se encuentran investigando y reflexionando sobre metodologías innovadoras y buscando vías para potenciar la visibilización de todo el trabajo llevada a cabo en los centros de educación permanente de Cataluña. Por último, el éxito de iniciativas como el Congreso de Aprendizaje a lo largo de la vida organizado por la Universidad Jaume I de Castellón convierten magníficos ejemplos de que la educación permanente está más viva que nunca y que continúa trabajando para ofrecer una oferta formativa de calidad, innovadora y, sobre todo, adaptada a las necesidades de su alumnado. 


jueves, 7 de septiembre de 2017

Analfabetismo 0, un reto pendiente

Desde 1966, la UNESCO celebra el 8 de septiembre el Día Internacional de la Alfabetización. Y más de 50 años después, la alfabetización sigue siendo aún una cuestión importante. Sí, posiblemente a la clase política mundial no le interese el tema, pero las cifras no engañan. Según fuentes de la UNESCO*, en 2015 había en el mundo 745 millones de adultos analfabetos. Esta cifra es más alta incluso que en 1950, ya que se calcularon 700 millones. El dato es aún más inquietante si se tiene en cuenta que desde 1950 hasta ahora se han llevado a cabo campañas educativas, los gobiernos han desarrollado planes de alfabetización, y se han facilitado el acceso a materiales impresos y a las tecnologías de la información. Esto significa que en 75 años las cifras de alfabetización se han mantenido más o menos constantes.

En España, y según datos del Instituto Nacional de Estadística publicados en 2016**, hay 669.400 personas analfabetas funcionales de más de 16 años. Eso en porcentaje es un 1,7%, de los cuales –y esto es lo más grave– sólo 12.800 realizan alguna formación. Puede que casi 700.000 personas no signifiquen nada, pero es una cifra que debería llegar a cero. Nadie debe quedar excluido por no estar alfabetizado, ya que hablamos de personas vulnerables frente al mundo al no poder comprender, analizar y reflexionar críticamente el entorno que las rodea. Así que, por ellas y por los casi 750 millones de adultos, es imperativo acabar con el analfabetismo.

Además, la globalización, las migraciones y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están generando mayores desigualdades, sociedades cada vez más multiculturales y unas oportunidades sin precedentes para acceder de manera rápida y ubicua a la información. Por ello, los requerimientos a los que debe hacer frente la ciudadanía son cada vez más diversos y desbordan los límites de la alfabetización tal y como se entendía hace sólo unas décadas. En definitiva, hoy nos encontramos ante un concepto de alfabetización más dinámico y plural. En consecuencia, no cabe entender la alfabetización únicamente como el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura sino que existen diferentes tipos de alfabetización.

Uno de ellos es la llamada alfabetización funcional. Tiene como objetivo, una vez conseguido un nivel mínimo de alfabetización, que los alumnos aprendan conocimientos para acceder a puestos de trabajo o facilitar el salto a otros estudios superiores. Esta tipología se torna más compleja cuando llega Paulo Freire y su idea de la alfabetización como primer paso a la libertad, al empoderamiento del alumno. En esencia, la concepción de la alfabetización de Freire aporta conciencia al hecho del aprendizaje y cuestiona su finalidad domesticadora. Sus ideas son aún vigentes, más cuando han continuado apareciendo otros tipos de alfabetización para adaptarse al signo de los tiempos. Aún así, si los motivos de la alfabetización son aprender a leer y escribir, perfeccionar conocimientos, obtener un trabajo o tener espíritu crítico, debemos dar respuesta a todos ellos.

Y es que no hay otra salida. La alfabetización es la llave que puede posibilitar el aprendizaje a lo largo de la vida. En este sentido, la alfabetización no supone un punto y final sino más bien un punto y seguido hacia la formación básica. De ello sabemos mucho en los centros de formación de personas adultas. Son, sin duda, espacios clave donde librar la batalla, instituciones que además de contar con profesionales formados, capacitados y con amplia experiencia en las tareas de alfabetización, también ofrecen un amplio programa de propuestas formativas que van mucho más allá de la lectoescritura y que pueden tener un impacto considerablemente positivo en el desarrollo tanto profesional como personal de las personas. Arte, historia, ciencias, cultura y gastronomía locales o cursos de introducción a las nuevas tecnologías son sólo algunas de las formaciones que pueden contribuir a enriquecer el bagaje cultural de los estudiantes, ofreciendo, además, espacios para la interacción social y en muchas ocasiones intercultural.

Por tanto, la tarea central de un centro de educación de personas adultas consiste en dotar a sus participantes de las herramientas necesarias para leer y escribir su propia historia (construyendo sus propios proyectos de vida), la sociedad (ejerciendo sus derechos y obligaciones como ciudadanos/as) y el mundo (descubriéndolo e interpretándolo). Aunque si bien es cierto que en algunas comunidades las formaciones en alfabetización se están viendo relegadas a un segundo plano por parte de la administración, no lo es menos que muchos centros que sí que cuentan con cursos de alfabetización viven con desesperación el declive en el número de inscritos. Y todo ello, sabiendo a ciencia cierta que existe una clara necesidad social en su entorno inmediato. ¿Qué hacer?, ¿cómo llegar a este alumnado que no se acerca a los centros?

Un elemento a tener en cuenta es el perfil de los alumnos sin alfabetizar. En el estado español ha cambiado mucho en las últimas décadas. Junto a mujeres mayores –participantes habituales de los programas de alfabetización–, las recientes migraciones esconden, en algunos casos, un buen número de jóvenes sin alfabetizar. Los centros de educación de personas adultas –con la colaboración de las entidades sociales y otras administraciones– deberían estar atentas a estas nuevas realidades y ofrecer respuestas integrales (que incluyan itinerarios formativos completos), atractivas (contextualizadas y útiles) y flexibles (permitiendo la conciliación laboral y familiar).

Pero, ¿y los centros?, ¿qué podemos hacer desde los centros para afrontar este enorme reto? En primer lugar, y no es poca cosa, estar atentos a las necesidades del entorno. ¿Qué formaciones necesita nuestra comunidad? Encuestas de intereses y necesidades formativas, diálogo con las asociaciones locales y con los departamentos municipales que corresponda o con otros centros educativos de la zona pueden ser algunas de las vías para conocer cuáles son las necesidades de nuestro entorno inmediato. A partir de aquí, y en la medida de lo posible, se trata de ofrecer (consensuar, incluso) propuestas adaptadas a estas necesidades. En este sentido, algunos centros tendrán margen de actuación, otros no. En el primer caso, se trata de adaptar las formaciones a las necesidades de los colectivos implicados, tratando de que sean efectivas y, por supuesto, estableciendo un compromiso inexcusable de exigencia de resultados. En caso contrario, se trata de establecer un diálogo con la administración educativa competente para definir de manera coordinada los programas formativos necesarios para el desarrollo local.

Entendiendo la administración que el objetivo debe ser el “analfabetismo cero”, existen, sin lugar a dudas, líneas de trabajo que pueden llevarnos a erradicar este peso que cargamos como sociedad. Y para ello, parece evidente que son las administraciones educativas las que deben dar un paso adelante para situar el “analfabetismo cero” como uno de los objetivos clave del sistema educativo. Para ello, cabe dotar de recursos humanos, económicos y organizativos a los centros para que puedan desarrollar programas de alfabetización eficaces, flexibles y adaptados a las necesidades del entorno. Por otro lado, debe promoverse la formación del profesorado y la investigación en nuevas metodologías que aporten nuevos modelos formativos que contribuyan a reducir las tasas de analfabetismo. Otra línea de actuación importante por parte de las administraciones, en nuestra opinión, implicaría eliminar programas de alfabetización duplicados y evitar “lanzar” esta formación desde distintos departamentos y/o esferas administrativas. El trabajo transversal es necesario, sin duda, pero consideramos que el hecho de promover y duplicar múltiples ofertas desde distintas áreas contribuye a generar incomprensión y a desorientar al alumnado. Por último, la administración educativa debe velar por prestigiar, visibilizar, potenciar y comunicar esta oferta formativa. En este sentido, no estaría de más una campaña de comunicación autonómica y/o estatal junto con el desarrollo de políticas de sensibilización sobre la cuestión, además del diálogo permanente con los centros de formación de personas adultas.

En conclusión, la alfabetización sigue siendo a día de hoy una asignatura pendiente. Y el 8 de septiembre debemos reivindicar a administraciones, agentes, educadores y profesores que la cifra de analfabetismo sea cero. Pero, además, debe ser el día para reivindicar el valor de la palabra escrita, de la palabra oral, de la palabra digital. El 8 de septiembre es el día de reivindicar una actitud crítica ante el mundo que nos rodea y que se va (re)descubriendo con cada aprendizaje. Es el día de reivindicar que aprender es construir algo más que un futuro. Vamos entonces a superar el reto que tenemos pendiente con esos millones de personas. Hagamos todo lo que esté en nuestras manos para poner el contador a cero y que empiecen su camino hacia el empoderamiento real.

*Fuentes: UNESCO. Base de datos del UIS (UNESCO Institute for Statistics).
**Fuentes: INE Encuesta de Población Activa, Sexo, Nacional, Analfabetos, 2016 del INE (Instituto Nacional de Estadística).
 
PD: Post escrito con los compañeros Max Alcañiz y Josep Miquel Arroyo. Encontrarás este artículo y muchos otros de interés en sus blogs Vislumbramos y Didactik.  


domingo, 3 de septiembre de 2017

25 Propuestas para "desbandalizar" la educación (modestia aparte)

No sé si en el sistema educativo hay mucho vándalo, me temo que alguno que otro. Lo mismo me pasa con los "bandidos" educativos, desconozco si proliferan o no, aunque seguro que alguno que otro habrá. De lo que sí que estoy seguro es de que hay muchos BANDOS, en algunos casos con posturas irreconciliables: innovadores, tradicionalistas, religiosos, laicos, progresistas, conservadores, defensores del sistema público, del privado y del concertado, gurús y soldados rasos, maestros ausentes o omnipresentes, etc. Además, estas diferencias no sólo están presentes en los centros, también aparecen en las familias, en las administraciones educativas y en la sociedad, en general.

Ante tal diversidad de filosofías y planteamientos educativos, resulta lógico que puedan producirse tensiones que, visto el nivel de beligerancia que toman a menudo, me parece que no contribuyen demasiado a crear un ambiente propicio para el desarrollo de la ingente tarea que tenemos por delante. ¿Cómo tratar de eliminar o, al menos, limitar esta "bandalización" del sistema educativo?, ¿cómo reducir el ruido constante en el que se mueve la educación en este país?

Aquí van, modestia aparte,  algunas propuestas para conseguirlo. Para simplicar el asunto, se agrupan en tres grandes ejes: profesorado, familias, y administraciones educativas. Lógicamente, algunas pueden aplicarse en los tres ámbitos, así que he intentado no repetirlas tal cual para abrir un mayor abanico de ideas. Además, muchas de ellas, todo sea dicho, son ya comúnmente aceptadas por gran parte de los miembros de la comunidad educativa. No obstante, lo mismo cabe insistir un pelín en el asunto. Acepto la crítica por la ingenuidad de todo el enfoque, pero oigan, como no pongamos un poco de nuestra parte no sé cómo vamos a acabar...

Así pues, en relación con el profesorado, aquí van algunas ideas para "desbandalizarnos":
  • Abrir nuestras aulas al trabajo de otros compañeros y a la vista de las familias. Aprenderemos mucho de lo primero y generaremos enorme confianza con lo segundo.
  • Mostrar una actitud abierta y tolerante hacia otras maneras de hacer distintas de la nuestra. Son muchos los caminos que llevan al aprendizaje, no tenemos la exclusividad del buen hacer.
  • Confiar en las familias y favorecer y potenciar el trabajo conjunto con ellas. A menudo puede no ser fácil, pero una predisposición positiva por nuestra parte seguro que genera mejores resultados.
  • Exigir de manera activa y constante a las administraciones educativas de turno programas de formación acordes a nuestras necesidades y a las de nuestros centros.
  • No prejuzgar ni etiquetar, en general, y especialmente a nuestro alumnado, ni participar de la rumorología que, a veces, circula por los pasillos y los claustros de los centros educativos (¡y menos aún por las redes sociales!).
  • Participar de manera activa en los debates educativos que se producen en los centros (y si no se producen, promoverlos), pero también fuera de ellos. Por suerte, cada vez existen más foros donde expresar las propias opiniones. Y, eso sí, hacerlo de manera sosegada, respetuosa más allá de nuestras opiniones e ideas preconcebidas.
  • Ponernos, de vez en cuando, en el lugar del otro, ya sea alumnado, padres, madres, inspectores y/o representantes políticos. Somos una pieza clave del sistema, pero no la única.
  • Confiar en nuestros compañeros y darles nuestro apoyo. Salvo algún "psicópata educativo", la infinita mayoría de ellos siempre quiere lo mejor para los alumnos y para el centro.
  • Aplacar el ruido. No contribuir a generar más conflicto. Ante los posibles ataques a nuestra práctica educativa o a nuestros planteamientos metodológicos, reflexionar y responder con propuestas e ideas, no con más ruido.
  • Mantener una actitud de crecimiento profesional y de apertura de miras hacia el futuro y las nuevas oportunidades que pueden aparecer.
Otras propuestas, ahora en relación con el papel de las familias:
  • Apoyar a nuestros familiares durante su escolarización. Y no hablo sólo de niños, que también. También son muchos los adultos que estudian y que necesitan el apoyo de sus familias para sacar tiempo de donde no lo hay y cumplir con sus obligaciones académicas.
  • Interesarnos por los programas educativos de los centros de nuestros familiares (filosofía, objetivos, maneras de hacer, servicios, etc).
  • Confiar y respetar la labor del profesorado y reforzar su consideración social.
  • Plantear las dudas y/o consultas que pudieran surgir durante el curso a los interlocutores adecuados. Establecer un diálogo abierto y transparente con el centro y no dar cuerda a grupos de whatsapp "desencadenados".
  • Participar de manera activa en la vida del centro. Existen muchas maneras para hacerlo (AMPA, asociaciones de alumnos, apoyo en actos, fiestas y fechas puntuales, etc.)
  • No percibir a los centros como simples guarderías, parques infantiles o lugares de tránsito (en el caso del alumnado adulto), sino como espacios con identidad propia donde se genera aprendizaje y que cabe cuidar y reforzar con nuestra participación activa.
  • Transmitir a nuestros familiares, ahora sí especialmente a los jóvenes, que el respeto hacia los otros es fundamental para ir por la vida. Y en el caso de las escuelas, claro, promover el respeto hacia los propios compañeros y hacia el profesorado y el resto de trabajadores de los centros.
Y en tercer lugar, algunas medidas para las administraciones educativas (locales, autonómicas y estatales).
  • Definir las políticas presupuestarias necesarias para afrontar con garantías las necesidades de nuestro sistema educativo. Cabe priorizar, sin duda, la educación en la planificación económica de municipios, comunidades autónomas y a nivel estatal.
  • Activar medidas para acabar con la desigualdad presente entre centros, barrios, ciudades y comunidades autónomas.
  • Establecer consensos para cerrar iniciativas legislativas aceptadas por mayorías que permitan el trabajo a largo plazo.
  • Reformular las políticas de formación del profesorado y contribuir a prestigiar la profesión y su rol social.
  • Contribuir a reducir la competencia entre marcas escolares por captar nuevos alumnos.
  • Clarificar las condiciones de competencia entre profesionales para acceder a puestos de trabajo públicos, asegurando los principios de libres concurrencia y erradicando cualquier posibilidad de abuso en este sentido .
  • Promover el diálogo con el profesorado y otorgarle un papel clave en la toma de decisiones respecto las iniciativas planteadas anteriormente.
Por último, dejamos para el alumnado la propuesta que debería ser clave en toda esta historia: aprender y crecer en un contexto propicio y favorable a ello. Seguro que me he dejado muchas ideas, que tú tienes las tuyas propias o que quieres matizar alguna cosa. ¿Qué tal si te pasas por comentarios y lo haces?  Eso sí, sin ruido, por favor. ;)