NOTA: Traducción al castellano del artículo
Innovació als centres d'educació de persones adultes: un breu catàleg d'experiències publicado en la revista
Quaderns d'educació contínua (núm. 36, págs. 78-84, Xàtiva, 2017). Puedes encontrar la revista
aquí.
La cuestión de la innovación es, sin lugar a dudas, uno de los temas recurrentes en el panorama educativo actual. De hecho, de un tiempo a esta parte, proliferan los congresos y las jornadas con programas de actividades y experiencias donde la innovación educativa se convierte en el eje vertebrador. Cada vez más a menudo se habla de metodologías innovadoras que están transformando las formas de enseñar y aprender en el entorno de los centros educativos. Así pues, desde el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), pasando por la Flipped Classroom, la gamificación o el Design thinking, docentes y centros educativos de todo el país están poniendo en marcha nuevas estrategias y metodologías educativas dirigidas a dar respuesta a las nuevas necesidades del alumnadodel siglo XXI.
Además, los medios de comunicación han contribuido a amplificar las demandas, pero también las respuestas, dadas desde los centros educativos ante este nuevo paradigma educativo. No resulta extraño, pues, que la cuestión educativa aparezca en los mass media con una intensidad bastante notable, aunque a veces con un análisis quizás demasiado superficial. Se hace difícil recordar una semana sin un reportaje, noticia, documental o artículo sobre la cuestión en los principales diarios, revistas y canales de televisión nacionales y estatales en los últimos meses. Parece evidente que
esta "carrera" por la innovación educativa puede generar cambios enormemente positivos para el sistema en su conjunto. Sin embargo, en nuestra opinión,
una falta de visión estratégica en la gestión de la cuestión de la innovación en los centros educativos también puede contribuir a reforzar ciertas desigualdades ya existentes entre centros, claustros y, sobre todo, entre el alumnado.
En cualquier caso, no es el tema central de este artículo reflexionar sobre las posibilidades y los peligros que se derivan del ejercicio de la innovación educativa en los centros educativos. El principal objetivo de estas líneas es poner de manifiesto que la innovación educativa también se encuentra presente en los centros de educación de personas adultas, y no precisamente de una manera residual. Desgraciadamente, la escasa visibilidad de las actividades llevadas a cabo en los centros de adultos puede dar la sensación de que estos viven de espaldas a esta nueva realidad. De ninguna manera. De hecho, cada vez son más los centros de formación continua que apuestan por planteamientos innovadores que contribuyen a enriquecer el aprendizaje de su alumnado. Encontramos, pues, experiencias de aula cada vez más ricas e interesantes, pero también propuestas que se abren a planteamientos más transversales entre ámbitos curriculares y que promueven la creación de redes de trabajo entre varios centros educativos. Encontramos también novedades en las formas de gestión y de organización de los centros e, incluso, en la manera de encarar el desarrollo de los currículos académicos. Todo esto nos permite afirmar que, a pesar de su escasa visibilización, la innovación educativa goza también de buena salud en la educación permanente.
Hay que aclarar, antes de hablar de todas estas experiencias, que las "innovaciones" aquí recogidas no se sustentan (o, al menos, no siempre) en la aplicación de herramientas y metodologías didácticas de nueva creación. En este sentido, entendemos por innovación, la búsqueda o la creación de nuevos caminos, a veces recuperando ideas ya implementadas tiempo atrás, para dar respuesta a las necesidades presentes en el entorno de los centros educativos. Puede intuirse, pues, que no hablaremos de una innovación de fuegos artificiales, sino de propuestas centradas en hacer de las escuelas de personas adultas espacios más versátiles, dinámicos y, sobre todo, más cercanos a las personas que conviven a diario. Así pues, hablamos de una innovación de kilómetro cero, una innovación pragmática y, sobre todo, útil y ligada a las necesidades del momento, la cual pretende superar el desgaste al que ha sido sometida por un (ab) uso quizás excesivo por parte de unos y otros. Una innovación que, en nuestra opinión, puede tener un largo recorrido en los centros de educación de personas adultas.
Para facilitar su exposición, las experiencias seleccionadas han quedado agrupadas en cuatro grandes bloques. Un primero, en el que
se analizan experiencias colaborativas entre diferentes centros. En este ámbito, se explicará con cierto detalle el proyecto mapaTIC llevado a cabo entre el CFA Palau de Mar (Barcelona), el CEPA Sierra Norte (Sierra Norte, Madrid) y el CFA Dolors Paul (Cunit, Tarragona), además de otras experiencias de trabajo cooperativo entre centros de adultos de toda la península. Un segundo bloque recoge diferentes
experiencias de Aprendizaje y Servicio llevadas a cabo en los centros de adultos. El trabajo conjunto con la comunidad ha sido a lo largo de su historia y, de hecho, continúa siendo, una línea estratégica para muchos centros de educación de personas adultas. En el tercer bloque se muestran algunas
experiencias de nuevas formas de gestión y de organización que están adoptando las escuelas de adultos para afrontar los cambios vividos en esta etapa educativa en los últimos años. Por último, se habla también de algunas
experiencias significativas relacionadas con la innovación desde el punto más científico y tecnológico. Perdonará el lector la excesiva presencia de prácticas llevadas a cabo en el
CFA Dolors Paul. El acceso a información de primera mano y, sobre todo, la voluntad de hablar de experiencias de las que se conocen las necesidades iniciales y, fundamentalmente, el impacto generado nos ha llevado, no sin muchas dudas, a decidirnos a hablar de muchas de las propuestas diseñadas e implementadas en el centro de adultos cunitense. Esperamos se nos disculpe el exceso de protagonismo.
mapaTIC, un caso paradigmático de experiencia educativa innovadora y cooperativa.
El año 2014 tres escuelas de formación de personas adultas ponían en marcha el
Proyecto mapaTIC un proyecto de aprendizaje conjunto en el marco del programa de ayudas
PROMECE convocado por el Ministerio de Educación y Cultura. Esta convocatoria buscaba la creación de agrupaciones de aprendizaje con implicación de centros de diferentes comunidades autónomas con el objetivo de favorecer la creación de redes de trabajo conjunto entre centros en toda España. Así pues, bajo la coordinación del CEPA Sierra Norte y con la participación del CFA Palau de Mar y del
CFA Dolors Paul, surgió mapaTIC, un proyecto que combinaba el análisis y la promoción del uso de las nuevas tecnologías en el aula como mecanismos motivadores en el aprendizaje con el establecimiento de canales de comunicación entre los tres centros para compartir estrategias de trabajo con el alumnado adulto. En este sentido,
mapaTIC se convirtió en un excelente mecanismo para abrir las aulas y los claustros a nuevas maneras de hacer, también en el ámbito de gestión y organización de los centros. Además, el hecho de agruparse centros con dinámicas internas y territoriales tan diferentes se convirtió en un aspecto enormemente enriquecedor para todos los agentes implicados durante el proceso de trabajo.
El eje central de MapaTIC era la
creación de unas audioguías y unas rutas geolocalizadas mediante la aplicación de realidad aumentada Geoaumentaty. Acordado este objetivo conjunto, cada centro diseñó su propio proyecto y estableció un calendario adaptado a la propia dinámica de trabajo y a las competencias y habilidades del alumnado protagonista. Así, por ejemplo, desde el CFA Palau de Mar y desde el CEPA Sierra Norte el eje temático se centró en la historia y el patrimonio histórico-artístico del territorio, mientras que el CFA Dolors Paul aprovechó la presencia en el callejero de Cunit de diferentes autores de la literatura catalana para diseñar una ruta literaria por el municipio. En cualquier caso,
la verdadera riqueza del proyecto, además de la creación de los materiales, las rutas y el uso de numerosas herramientas y aplicaciones tecnológicas, radicaba en la posibilidad de presentar el propio trabajo al alumnado del resto de centros y, en último término, a la propia comunidad. De hecho, las audioguías del CFA Dolors Paul fueron compiladas en un folleto el cual se puso a disposición del público local en la Oficina de turismo municipal, mientras que desde el CEPA Sierra Norte se generaron una serie de paneles con información recogida con códigos QR distribuidos por los diferentes municipios objetos de estudio.
Además, se llevaron a cabo encuentros conjuntos en Madrid y Cataluña con el alumnado de las tres escuelas donde se pudieron compartir los productos creados por todos los equipos de trabajo. Estos encuentros permitieron, por un lado, poner en valor el propio trabajo mostrando a los compañeros del resto de centros y a la propia comunidad educativa. Por otra parte, el hecho de tener que difundir los resultados del trabajo realizado aportó un punto de "realidad" en el día a día de la elaboración de las guías que generó una gran motivación entre el alumnado. En definitiva,
mapaTIC se convirtió en un elemento de dinamización y de aprendizaje de alto valor añadido para las comunidades educativas de los tres centros participantes. No sólo permitió explorar nuevas maneras de enfocar el trabajo en el aula, sino que también favoreció la creación de canales de comunicación más sólidos en los propios claustros y el establecimiento de una red de trabajo cooperativa entre centros de la misma etapa educativa. Todo ello, además, consiguiendo una visibilización y una presencia más que notable en los medios de comunicación, hecho nada despreciable en una etapa acostumbrada al olvido mediático.
MapaTIC fue un proyecto muy concreto, el cual se desarrolló a lo largo de todo un año y donde sólo participaron tres centros educativos. Sin embargo, cada vez existen más iniciativas conjuntas basadas en la colaboración entre las escuelas de personas adultas. Un buen ejemplo es la
lectura conjunta del Quijote coordinada por la Comunidad de docentes de educación de personas adultas y realizada para conmemorar el IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Desde la agrupación de docentes se lanzó la propuesta en las redes sociales y un total de cuarenta y seis centros decidieron participar. Una idea muy sencilla pero que generó mucho entusiasmo en una gran cantidad de centros de toda España y que ha permitido ampliar la red de trabajo anteriormente mencionada. En fin, no parece una mala decisión ponerse a trabajar en red con otros centros educativos. Podemos conseguir buenas ideas, soluciones a problemas compartidos y, por qué no decirlo, una visión más objetiva y, por tanto, más enriquecedora de nuestro propio centro educativo.
Aprendizajes al servicio de la comunidad, también en educación permanente.
El
Aprendizaje-Servicio (APS) es una propuesta educativa basada en la combinación de procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un proyecto en el que los participantes se forman mientras trabajan sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo. Evidentemente, hay una diversidad enorme de experiencias de aprendizaje y servicio, con objetivos y propuestas bien diferenciadas. No obstante, puede acordarse que
el APS se convierte en una actividad compleja que integra el servicio a la comunidad con el trabajo y el aprendizaje de contenidos, competencias, habilidades o valores. Es decir, el APS combina la intención de enseñar con la intención de ayudar o, como mínimo, de generar sensibilización respecto determinadas cuestiones. Hablamos, pues, de proyectos educativos con una clara utilidad social.
Cada vez más centros educativos ponen en práctica experiencias basadas en el APS y, en este sentido, los centro de adultos no son ninguna excepción. De hecho, tradicionalmente, las escuelas de personas adultas han sido espacios educativos abiertos a las necesidades y a las demandas sociales de sus comunidades. Quizás el "proceso de oficialización" de las enseñanzas impartidas en los centros de adultos en los últimos años, con una pérdida importante de espacio de propuestas formativas que no terminan con la obtención de un título oficial, ha desdibujado esta estrecha relación entre los centros y sus comunidades. Es
en este contexto de programas formativos estrictamente académicos y oficiales donde el APS puede permitir recuperar el talante solidario y transformador tradicionalmente asociado a los centros de adultos.
Hay centros que tienen el APS bien instalado en su ADN. Este es el caso del
CFA Can Serra de Hospitalet. De hecho,
Can Serra es la única escuela de adultos que forma parte de la Red de Centros Educativos de Aprendizaje Servicio de Cataluña. Actualmente tienen en marcha
tres proyectos de aprendizaje servicio muy diferentes: "El barrio camina", "Conozcamos el parque de les Planes" y "Arte en los muros". En el proyecto "El barrio camina" el alumnado de la escuela se forma para realizar tareas de voluntariado en el centro cívico Can Serra y en la residencia de ancianos Francisco Padilla. Puede participar cualquier alumno de la escuela independientemente de los estudios en los que esté matriculado. El alumnado asiste a diferentes jornadas de formación donde aprende lo que representa el voluntariado y mejora sus habilidades sociales y comunicativas. Una vez formado, desarrolla diferentes actividades en las citadas asociaciones. La fuerza del proyecto radica en la creación de lazos entre los estudiantes de la escuela y las entidades del barrio, además de las relaciones personales que se establecen en el desarrollo del proyecto. Por otra parte, el proyecto "Conocer el parque de les Planes" combina el aprendizaje basado en proyectos con el APS. El objetivo básico es ofrecer el servicio de visita guiada al parque municipal para las escuelas de primaria. La visita la dirige al alumnado de graduado en educación secundaria, el cual trabaja durante los primeros meses del curso los contenidos necesarios para llevar a cabo la visita. Además, los futuros guías reciben una formación específica por parte de profesionales del ámbito con el objetivo de mejorar sus habilidades comunicativas y de gestionar adecuadamente la visita. Por último, "Arte en los muros" se convierte en un interesante proyecto de sensibilización artística en colaboración con la Fundación Arranz-Bravo a partir del cual el alumnado del centro ha decorado los muros exteriores del centro.
Otra experiencia de APS de interés llevada a cabo por un centro de adultos ha sido el
Proyecto "Hazte donante", diseñado y ejecutado por el CFA Dolors Paul de Cunit durante el curso 2016-2017. Se trata de un proyecto que nace de la necesidad de reactivar el volumen de donantes de sangre del municipio, el cual iba reduciéndose de manera progresiva a lo largo de los últimos años. Con el objetivo de revertir esta situación, el centro de adultos cunitense, en colaboración con el Instituto Ernest Lluch y la Biblioteca Municipal Marta Mata, dirigió la campaña de donación de la primavera de 2017. Así pues, el alumnado de ambos centros educativos, con el apoyo del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, diseñó e implementó la campaña de difusión, además de hacerse cargo de la recepción y coordinación de los diferentes servicios en torno a la jornada de donación (atención al público, refrigerio, espacio infantil, comunicación, etc.) La jornada se convirtió en todo un éxito: se consiguieron 158 donaciones, de las cuales 77 fueron de nuevos donantes, lo que ha permitido renovar el banco de donaciones local. Además, se hizo campaña para recoger también donantes de médula ósea, llegando a un total de 44 donantes más. En definitiva, una propuesta solidaria impulsada desde la escuela de adultos que, gracias a la participación del conjunto de la comunidad educativa, ha hecho frente de manera exitosa a las necesidades del territorio.
Innovar para dar respuesta a las necesidades de las personas.
A veces, la innovación supera el ámbito puramente académico para centrarse en la atención a las necesidades de las personas. Quizás, de hecho, la verdadera innovación sea eso: contribuir a generar situaciones que, aparte del aprendizaje logrado, den respuesta o contribuyan a la mejora de la situación del alumnado en el aspecto académico pero también personal, social, cultural, etc. Y esta es, sin duda, la finalidad del
proyecto "Unidad 0" iniciado por el CFA El Roure de Polinyà ya hace unos años. En resumen, la Unidad 0 pretende establecer un tiempo de conocimiento (dos semanas, aproximadamente) entre alumnado y profesorado antes de iniciar el trabajo con los contenidos curriculares específicos del curso de preparación para la prueba de acceso a ciclos formativos de grado medio. Esta idea, que parece de sentido común, es a menudo olvidada por la prisa y la urgencia con la que se afronta este tipo de formaciones. Y es que la presión para afrontar con garantías de éxito la prueba final hace que, desde el inicio del curso, la sombra del examen oficial anule cualquier propuesta metodológica (digamos) alternativa. En este sentido, la "Unidad 0" parece una estrategia excelente para poner un punto de pausa y conocer con detalle las características generales del alumnado. De este modo, puede organizarse mejor la secuenciación de los contenidos y, además, se establece un clima de trabajo y de cohesión de grupo muy positivo para el desarrollo general del curso. Esta cuestión resulta especialmente significativa teniendo en cuenta el perfil general de este tipo de alumnado en muchos centros de adultos: baja autoestima, conocimientos previos muy reducidos, escasos hábitos de estudio, bloqueo emocional ante una situación de prueba, desconfianza en la figura del docente, necesidades educativas especiales y patologías mentales, falta de motivación, falta de autocontrol, etc. En definitiva, un punto de pausa a partir del cual construir dinámicas de aprendizaje muy enriquecedoras.
Hablemos ahora de la relación entre los centros de formación de adultos y el mundo del trabajo y el empleo. Sin duda, una de las grandes preocupaciones del estudiante adulto es el acceso al mercado laboral. Son muchas las personas que se dirigen a los centros de adultos para mejorar su formación académica y, de este modo, conseguir un trabajo o, en caso de que lo tengan, mejorar su situación laboral. Conscientes de esta preocupación,
desde el CFA Dolors Paul se puso en marcha el Proyecto Ocupa't el año 2016. Este proyecto combina una serie de acciones dirigidas a mejorar las opciones de empleabilidad del alumnado de la escuela. Las propuestas van desde el desarrollo de talleres de formación específicos sobre cómo crear un currículum atractivo, preparar una entrevista de trabajo o utilizar las redes sociales para buscar trabajo, hasta la gestión de una bolsa de trabajo en el centro, pasando por la realización de charlas profesionales o la visita a centros formativos y empresas de los sectores profesionales en los que el alumnado se encuentra interesado. Todas estas actuaciones se complementan con la creación de un módulo opcional específico de prácticas para el alumnado del curso de graduado en educación secundaria obligatoria. Así pues, el módulo "Catas de oficios" permite hacer una aproximación al mundo laboral a personas que aún no tienen ninguna experiencia profesional o que, desgraciadamente, están viviendo una situación de desempleo de larga duración. En definitiva,
se trata de ofrecer herramientas no sólo para alcanzar objetivos académicos, sino para contribuir a la mejora social y personal del alumnado.
Innovación, ciencia y tecnología en los centros de adultos.
Vivimos un tiempo de revolución científica y tecnológica sin precedentes. La ciencia y la tecnología avanzan a un ritmo frenético ante el que la escuela parece no poder dar respuesta inmediata. Es cierto que el ritmo y la organización escolar (también los recursos, por supuesto) no siempre favorecen el aprovechamiento de estos avances. Sin embargo, son muchos los centros, también de adultos, que están trabajando para adaptarse y sacar provecho de las últimas tendencias tecnológicas. Un claro ejemplo de ello es la
I Jornada de programación y robótica en los centros de adultos organizada por CEPA Sierra Norte el pasado mes de abril de 2017. El objetivo principal era evidenciar que los centros de adultos también pueden convertirse en centros de innovación tecnológica y que el alumnado adulto puede hacer uso y aprovechar los nuevos avances científicos y tecnológicos. La jornada fue un éxito de participación. Más de doscientas personas procedentes de centros de adultos de la comunidad de Madrid, pero también profesorado de otras etapas educativas y de otras comunidades autónomas se acercaron a disfrutar de un programa muy abierto y variado. Conferencias, talleres, exhibiciones de robots y las presentaciones de los trabajos realizados por el alumnado fueron algunas de las actividades desarrolladas. Una clara muestra de que, cuando un centro tiene un claustro y una comunidad educativa que camina en la misma dirección, se pueden generar espacios de aprendizaje de enorme valor.
Equipos de trabajo: agrupaciones de docentes trabajando por la innovación en los centros de adultos
En definitiva,
puede afirmarse que, hablando de innovación, los centros de adultos se mueven. Clara muestra de ello es la aparición de diferentes equipos de trabajo formados por docentes de educación permanente con el objetivo de visibilizar el trabajo de los centros de adultos pero también de investigar y promover nuevas maneras de hacer dentro y fuera de las aulas de la educación de adultos. Fruto de esta voluntad tiene lugar la
creación de la Comunidad de docentes de educación de personas adultas. Creada en 2016, esta agrupación de docentes mantiene una intensa actividad en las redes y ha sido generadora de numerosas actividades colaborativas entre los centros de adultos de toda España. Por otra parte,
el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona cuenta con un grupo de trabajo formado por una veintena de docentes de la etapa, los cuales se encuentran investigando y reflexionando sobre metodologías innovadoras y buscando vías para potenciar la visibilización de todo el trabajo llevada a cabo en los centros de educación permanente de Cataluña. Por último, el éxito de iniciativas como el
Congreso de Aprendizaje a lo largo de la vida organizado por la Universidad Jaume I de Castellón convierten magníficos ejemplos de que la educación permanente está más viva que nunca y que continúa trabajando para ofrecer una oferta formativa de calidad, innovadora y, sobre todo, adaptada a las necesidades de su alumnado.