Acabado el curso, que no el trabajo, es el momento de hacer balance de los desafíos que uno adquirió hace nueve meses (ver 7 desafíos para el nuevo curso). Así pues, con mis propias notas y apuntes y con la información que me han proporcionado mis alumnos (ver Valoració final! Ara us toca a vosaltres! gracias a @MMonguillot por la inspiración), me reúno conmigo mismo en mi propia junta de autoevaluación y me pongo a ello.
El año pasado con Descubriendo el Penedés iniciamos un proceso de socialización del trabajo en el aula que generó dinámicas de trabajo muy interesantes. Perseverar en esta idea era, pues, uno de los objetivos para este curso y creo que, en líneas generales, lo hemos cumplido sobradamente. Hemos trabajado colaborativamente, hemos aprovechado los recursos del entorno para generar y/o reforzar el aprendizaje en el aula, hemos invitado a profesionales de varios sectores a venir a explicarnos sus trabajo y, poco a poco, hemos ido reforzando los lazos entre el trabajo en el aula y el "mundo real". No obstante, todavía tenemos trabajo y posibilidades de mejora en este sentido, así que el año que viene continuaremos en esta línea.
Otro de mis objetivos para este curso era intentar y contribuir en la medida de los posible a que nadie se quede atrás. De hecho, uno considera que esa debe ser una de nuestras obsesiones: el progreso de todo el alumnado. ¿Cómo hemos trabajado este aspecto? Pues como hemos podido: dinámicas de trabajo adaptadas a las necesidades del alumnado, mucho trabajo colaborativo, planteamientos metodológicos dinámicos y novedosos, mucha comunicación en los equipos docentes y, sobre todo, mucho trabajo de tutoría individualizada. No ha sido fácil pero los resultados demuestran que, en líneas generales, hemos contribuido a ello. ¿Punto negativo? Los niveles de absentismo, aun reduciéndose, siguen siendo más elevados de lo que quisieramos. Tenemos trabajo, pues.
Otro de mis objetivos para este curso era intentar y contribuir en la medida de los posible a que nadie se quede atrás. De hecho, uno considera que esa debe ser una de nuestras obsesiones: el progreso de todo el alumnado. ¿Cómo hemos trabajado este aspecto? Pues como hemos podido: dinámicas de trabajo adaptadas a las necesidades del alumnado, mucho trabajo colaborativo, planteamientos metodológicos dinámicos y novedosos, mucha comunicación en los equipos docentes y, sobre todo, mucho trabajo de tutoría individualizada. No ha sido fácil pero los resultados demuestran que, en líneas generales, hemos contribuido a ello. ¿Punto negativo? Los niveles de absentismo, aun reduciéndose, siguen siendo más elevados de lo que quisieramos. Tenemos trabajo, pues.
Por otro lado, hablaba también de desburocratizarme el máximo posible. Misión cumplida. El objetivo era generar documentos y planes de trabajo desde el sentido práctico y alejados de la burocracia absurda que lo único que hace es propiciar el sentimiento de pérdida de tiempo y agobio.
Otra línea de trabajo pasaba por perseverar en modelos de evaluación alternativa. Pues bien, en este sentido, hemos ensayado nuevas propuestas de evaluación y, en general, la cosa ha funcionado bastante bien. Hemos puesto en práctica la coevaluación, la generación colectiva de nuestras propias rúbricas, hemos llevado a cabo pruebas colaborativas y modelos de evaluación tutorizada y pactada con el alumnado, todo ello combinado con pruebas de validación (grupales e individuales) más tradicionales e incluso con pruebas orales. La idea era, pues, ofrecer modelos más trabajados, eficaces y adaptados a las necesidades del alumnado y, en este sentido, hemos avanzado considerablemente. No obstante, en algunos módulos y formaciones todavía existen enormes posibilidades de mejora tanto a nivel metodológico como evaluativo, así que todavía nos queda mucho trabajo por delante.
Generar espacios de trabajo y encuentro colectivos era otro de los objetivos para este curso. Si bien es cierto que, por primera vez, hemos desarrollado propuestas de trabajo transversales (véase Colaborando sabe mejor...) todavía debemos avanzar mucho en este sentido. No obstante, durante este año hemos sentado las bases de un plan estratégico para los próximos años que contempla el desarrollo de propuestas de trabajo colaborativo entre los equipos docentes, con lo cual el año que viene debería ser muy provechoso en términos de cooperación entre el profesorado.
En relación a atender mejor el aspecto emocional del alumnado, aún nos queda mucho trabajo por hacer. Aunque, en general, la evaluación del alumnado sobre este aspecto es muy positiva, uno tiene la sensación de poder atender mucho mejor la parte emocional del trabajo en el aula. Seguimos, pues.
Y, por último, hablábamos de apuntar alto y ser exigente. Éste, quizá, sea una de las claves de los buenos resultados del curso: el hecho de ser exigente con el propio trabajo y con el alumnado ha generado proyectos y productos muy interesantes de los que hemos aprendido un montón.
En fin, un año lleno de aprendizaje que nos permitirá afrontar el siguiente curso con nuevos retos y objetivos. Si quieres ver al detalle el trabajo que hemos desarrollado en el ámbito de Ciencias Sociales de mi escuela puedes visitar nuestro blog de aula. (Casi) todo lo que hemos hecho está allí colgado. ¡Se agradecen comentarios!
Y, por último, hablábamos de apuntar alto y ser exigente. Éste, quizá, sea una de las claves de los buenos resultados del curso: el hecho de ser exigente con el propio trabajo y con el alumnado ha generado proyectos y productos muy interesantes de los que hemos aprendido un montón.
En fin, un año lleno de aprendizaje que nos permitirá afrontar el siguiente curso con nuevos retos y objetivos. Si quieres ver al detalle el trabajo que hemos desarrollado en el ámbito de Ciencias Sociales de mi escuela puedes visitar nuestro blog de aula. (Casi) todo lo que hemos hecho está allí colgado. ¡Se agradecen comentarios!