viernes, 30 de diciembre de 2016

Crónica de un año que acaba (versión deberes pendientes)

Hace unos días nos pusimos estupendos y publicamos por aquí la Crónica de un año que acaba (versión happy) donde explicamos los distintos proyectos, personales y colectivos, emprendidos durante el año que está a punto de finalizar y que llegaron a buen puerto. La verdad es que ha sido, en general, un año enormemente positivo tanto a nivel personal como colectivo. No obstante, no es oro todo lo que reluce así que toca arremangarse y ponerse el mono de la autocrítica para valorar los "deberes pendientes" del 2016. Ya es una tradición esto de señalar las cosas que no funcionan en mi aula y en mi actividad profesional. ¡Lo mismo hasta nos sirve para mejorar alguna cosa! Así pues, vamos al lío.

A nivel de centro, es cierto que llevamos tiempo implementando propuestas de trabajo de manera transversal entre los distintos ámbitos curriculares. Hemos potenciado la comunicación entre los miembros del claustro y reforzado la figura de los equipos docentes donde intercambiamos información importante sobre nuestro alumnado. Además, desarrollamos propuestas de formación interna de manera periódica. No obstante, el ritmo es lento y todavía nos cuesta crear de manera colaborativa proyectos transversales que impliquen cooperar entre todas las áreas de trabajo. Es cierto que el tiempo apremia pero debemos intentar ser más ágiles en este sentido. Además, todavía debemos superar algunos posicionamientos tópicos en nuestra visión de la relación profesorado-alumnado. En ello estamos. Por otro lado, quizá abordamos más proyectos de los que un claustro pequeño puede hacer frente con garantías de éxito. Así pues, seguramente debemos reorganizar nuestro calendario de actividades y propuestas desde una óptica más realista que nos permita trabajar más desahogados y cómodos. 

En el ámbito del aula, la verdad es que uno siempre tiene dudas sobre distintos temas, especialmente en relación a la evaluación de los proyectos realizados. Unas veces por exceso, otras por defecto, servidor tiene siempre la sensación de no acabar de afinar en este sentido. Es verdad que estamos trabajando nuevas dinámicas evaluativas en consonancia con estas nuevas formas de trabajo más activas. Esto se traduce en el uso de herramientas de evaluación alternativas a las más tradicionales que nos permiten realizar, a mi juicio, una evaluación más completa y rica en la cual el alumnado es sujeto activo de la misma. No obstante, tengo mis dudas sobre su verdadero impacto sobre el aprendizaje del alumnado. Así pues, deberemos ajustar su uso para conseguir una evaluación más dinámica, menos atropellada y, sobre todo, más útil para nuestros estudiantes.

Otro aspecto a mejorar es el de ligar la realidad, el día a día, con los contenidos curriculares. A pesar de tratar de hacer un notable esfuerzo en este sentido los resultados no son siempre los deseados. A veces por escasez de tiempo, otras por dificultad para diseñar planteamientos más creativos e innovadores, no siempre se consiguen propuestas motivadoras que consigan dar respuesta a preguntas que se realizan nuestros estudiantes. Aunque en nuestra descarga debemos señalar que el modelo social que genera los referentes y define los intereses de gran parte de nuestro alumnado tampoco es que resulte de gran ayuda en este sentido. A pesar de todo, no hay excusa, así que habrá que seguir intentándolo.

Por último, seguimos tratando de abrir el centro con diferentes propuestas aunque nos sigue costando "sacar" el aprendizaje y los trabajos realizados al exterior. Muchas propuestas siguen quedándose en el ámbito interno del aula (o como mucho, del centro) y esto, en mi opinión, resta mucho potencial a los proyectos implementados. Enlazar el trabajo en el aula con la comunidad debe ser, pues, otra de las líneas de trabajo a desarrollar en los próximos meses. En este aspecto, tenemos ideas y propuestas que se irán materializando a lo largo del curso.

En definitiva, muchos deberes pendientes y mucho trabajo por delante. Aunque lo verdaderamente importante es tener la fuerza de afrontarlos con ilusión y ganas. Con esta actitud y trabajando en equipo seguro que los resultados más tarde o más temprano llegarán. ¡Seguimos, pues! 



jueves, 29 de diciembre de 2016

Crónica de un año que acaba (versión happy)

Ahora que acaba el año uno no puede evitar echar la vista atrás para hacer balance del trabajo realizado durante este 2016. La verdad es que, como siempre, tengo la sensación de haber dejado muchas actividades y propuestas en el tintero, pero, por otra parte, han sido muchos los proyectos llevados a cabo a nivel personal y, sobre todo, en nuestra escuela. Aquí van algunos de los que considero más relevantes y de interés. Es decir, aquí va la versión guay del 2016. En pocos días espero publicar otra versión menos autocomplaciente, así que perdón por el autobombo (personal y colectivo) que se te viene encima si sigues leyendo.

El año empezó con el Projecte Ocupa't. Preocupados por las altas cifras de paro entre nuestro alumnado y en consonancia con el plan estratégico elaborado por el equipo de centro hace dos años, en enero de 2016 iniciamos el Projecte Ocupa't, un conjunto de iniciativas destinadas a mejorar la ocupabilidad de nuestros estudiantes. Charlas profesionales, visitas a empresas, formaciones y talleres específicos, gestión de una bolsa de trabajo y presentación de recursos formativos y preofesionales de la zona han sido algunas de las líneas de trabajo implementadas. Además, tenemos todo a punto para el desarrollo del plato fuerte del proyecto: un programa de prácticas profesionales insertado dentro del marco curricular del curso de graduado en educación secundaria. Muy buenas sensaciones y muy contentos de acercar nuestro centro de adultos al tejido productivo y empresarial de la zona.

Por otra parte, hemos seguido trabajando en red y aprendiendo de otros centros educativos. En este sentido, participamos de la actividad colaborativa de lectura conjunta de fragmentos de El Quijote promocionada por la Comunidad de docentes de centros de personas adultas, de la cual, además, servidor tiene el orgullo de ser uno de los miembros fundadores. Se trata de un espacio que trata de poner en contacto a profesionales de la educación permanente y la verdad es que en poco más de medio año se han generado dinámicas de trabajo muy interesantes que seguro que tendrán continuidad en el futuro. Además, continuamos con nuestras visitas a centros educativos para aprender de nuevas experiencias de trabajo. Este año visitamos el CFA Can Serra de l'Hospitalet, donde nos presentaron varias propuestas de Aprendizaje Servicio muy interesantes.

Además, a nivel docente, hemos llevado a cabo proyectos muy interesantes en el ámbito de las ciencias sociales. O bueno, al menos a mí me lo parecen. Es un placer ver cómo chicos y chicas deshauciados por el sistema años (o meses) atrás pueden darle un vuelco a la situación y ofrecer dinámicas de trabajo y resultados tan interesantes. Han sido muchos los proyectos realizados así que es difícil destacar alguno. Quizá, por lo que tiene de de denuncia social hacia una situación desconcertante e inadmisible como es el drama de las migraciones en el Mediterranéo destacaría el Projecte Mediterràniament, a partir del cual el alumnado ha creado un mapa colaborativo de las tragedias vividas en el Mediterráneo a lo largo de los últimos meses y años. También ha sido muy interesante el proyecto "Esto lo hago yo", donde un alumnado normalmente muy alejado del pensamiento artístico entra en contacto con los procesos de creación y de análisis crítico del arte. Ensayamos también algunas propuestas de gamificación en el aula con el alumnado como creadores de juegos de mesa sobre el Antiguo Régimen y la Cultura Clásica. En fin, hay más proyectos y propuestas que puedes consultar en nuestro blog de aula.

Y, por último, a nivel personal han sido también numerosas (a veces demasiadas), las actividades desarrolladas: tutorización de cursos de formación en línea; cocreación y dinamización de la Comunidad de docentes de centros de personas adultas, la cual seguirá dando guerra (sin duda) durante el 2017; coredacción de una comunicación con varios compañeros de etapa para el IV Congreso Internacional de Aprendizaje a lo largo de la vida sobre la necesidad de modificar el currículum del graduado en educación secundaria para personas adultas; algunos cursos y propuestas de formación en centros y a compañeros; y todo ello manteniendo con vida el blog con aproximadamente una publicación semanal y todas las interacciones derivadas de ello, además de publicaciones puntuales en otros medios y revistas como INED 21 o El Diari de l'Educació. En definitiva, un montón de actividades en un año, además, de importantes vaivenes familiares con ausencias y novedades igualmente inolvidables.

En fin, lo dicho, esta es la versión happy del 2016. En breve llegará otra algo menos autocomplaciente aunque, siendo sinceros un servidor está más que contento del trabajo realizado y, sobre todo, de los mimbres afianzados para los nuevos proyectos que están por llegar. Así pues, nos preparamos para el análisis crítico de antes de fin de año pero, eso sí, poniendo el valor todo el trabajo realizado durante los últimos doce meses en una etapa educativa, la educación de personas adultas, la cual uno tiene la sensación que poco a poco empieza a recuperar el espacio que merece. Seguiremos, pues, trabajando para ello en la medida de nuestras humildes posibilidades. 


jueves, 22 de diciembre de 2016

Out of the office

Pues nada, desconectamos unas semanas. ¡Nos vemos a partir del 9 enero! Disfrutad mucho estos días de vacaciones. ¡En breve estamos DE VUELTA!

sábado, 17 de diciembre de 2016

Apología de los Centros de Educación Permanente

"Imagínese un centro educativo dónde se permita que aquellas personas que no pudieron estudiar en su momento consigan hacerlo; donde aquellas personas que abandonaron sus estudios consigan culminarlos; donde aquellas personas que no han tenido acceso a las TIC consigan competencia digital; donde aquellas personas que no tuvieron educación lingüística aprendan lenguas extranjeras; donde aquellas personas que son marcados socialmente como "inmigrantes" sean recibidos simplemente como "estudiantes"; donde las mujeres que han tenido menos oportunidades que sus parejas puedan encontrar un espacio de desarrollo y formación; donde aquellas personas que están fuera del sistema económico vean incentivado su espíritu emprendedor.

¿Sabe usted dónde ocurre todo eso? Estas son las funciones de los Centros de Educación Permanente.

Y ahora le hago otra pregunta: ¿cree usted que estas funciones son importantes? Sí. Pues esa es la importancia de los Centros de Educación Permanente.

Sin embargo, tengo la impresión de que no se les da la importancia que tienen; tengo la impresión de que no tienen los recursos que necesitan; tengo la impresión de que no reciben la atención que merecen. Creo que eso dice mucho de nuestro país, no solo desde una perspectiva ética, sino también económica.

Conclusión [tercera]: si queremos cambiar el modelo productivo y mejorar nuestra competitividad y productividad, si queremos fomentar la cohesión social, si queremos mejorar los resultados académicos de nuestros adolescentes, una de las claves es la Educación Permanente. Una sociedad que desatiende la Educación Permanente está olvidando la raíz de su propio bienestar".

NOTA: Fragmento del fantástico libro Propuestas para una escuela del siglo XXI (Catarata, 2012) del maestro Fernando Trujillo. ¡Gracias por poner en valor la Educación Permanente!



martes, 13 de diciembre de 2016

Formación de Km 0

Hace unos días volvimos a hacerlo. Con premeditación y toda la alevosía de la que fuimos capaces, reservamos una aula del centro -estas cosas mejor hacerlas en clase-  y allí que nos fuimos el claustro al completo, decididos a repetir una vez más. Y fue muy bien, la verdad. Fue una horita intensa que pasó volando y de la cual salimos todos la mar de satisfechos. Para los despistados, estamos hablando de formación del profesorado. ¿Qué os pensábais?

Pero no se trata de una formación cualquiera. Como ya comentamos en Formación interna: ¡sí, se puede!, en nuestro centro llevamos un par de años haciendo sesiones periódicas de formación interna y, además, visitando centros de nuestro entorno para descubrir nuevas formas de hacer ante necesidades similares (o distintas, ¡qué mas da!) Al final se trata de hacer trabajo en red, tanto en el propio centro como en la etapa educativa, más si cabe en formación de adultos, donde el olvido administrativo es notorio y palpable. (Véase Profes en red, centros en red: ¿por qué colaborar con otros centros?)

Así que un servidor y una compañera explicamos durante una hora algunos aspectos de nuestro trabajo durante este trimestre: un par de herramientas, algún proyecto y una dinámica sobre la que estuvimos hablando, reflexionando y proponiendo ideas en un excelente ambiente de trabajo. Lo dicho, una hora que se hizo cortísima y que no pudimos prolongar por las cosas de la burocracia...

Y es que cada vez valoro más las experiencias de la gente de mi entorno y de mi etapa. Y especialmente de mi centro, por supuesto. Eso no quiere decir que no me interesen proyectos de fuera, en absoluto, pero conocer cómo trabajan mis compañeras con nuestro alumnado y poder sumar ideas a sus proyectos y actividades (y ellas a los míos, por descontado) me parece una idea de lo más inteligente. Además, este diálogo e intercambio entre el profesorado genera un ambiente que favorece la creación de espacios comunes y el desarrollo de proyectos colaborativos entre áreas, cosa que poco a poco y, afortunamente, se está convirtiendo en una constante en nuestro centro. 

Así pues, desde aquí quisiera destacar las ventajas de la formación de Km 0, la formación entre iguales, la formación con los propios compañeros de centro. En esta época de adoración a los gurús educativos de turno, ¿qué tal si preguntas a tu compañero/a qué hace con su/tu alumnado en el aula? ¡Lo mismo te llevas alguna sorpresa!



jueves, 8 de diciembre de 2016

Este no es otro post sobre PISA

Como intuyo que si estas leyendo estas líneas es que a estas alturas estás harto de la cantinela PISA y de analizar qué cojones narices ha supuesto el último informe para nuestro sistema educativo, aquí te dejo con un poquito de música de la buena. Se trata de la banda sonora del film Into the wild, una de mis películas preferidas, compuesta por el gran Eddie Vedder

Pues eso, que te invito a que te relajes un poco y te olvides aunque sea por un rato de excels, gráficos y triunfalismos y decepciones educativas patrias. Lo dicho, ¡que lo disfrutes!





lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Por qué es importante la educación permanente?

Vivimos en un mundo cambiante y extremadamente competitivo. Por un lado, tenemos un mercado laboral cada vez más precarizado y complejo, a pesar de que algunos quieran tratar de confundirnos con la fuerza y el peso de los datos macroeconómicos. Los contratos por horas se disparan, mientras que el incremento de los salarios ni está ni se le espera. Trabajadores de todo tipo y condición, más o menos cualificados, nacionales y extranjeros, viven pendientes de una posible llamada que les permitirá echar unas horas para ganarse un jornal que a duras penas les permitirá cerrar el mes de manera digna. Por otro, tenemos un panorama político de lo más desolador. Uno atisba un exceso de intereses partidistas en todo el arco parlamentario (autonómico y estatal, aquí no hay distinciones) y una ausencia prácticamente total de eso que todos llaman "sentido de estado". Y esto parece particularmente evidente en la actitud de unos y otros en relación al (no) pacto por la educación.

Ante este panorama dramático complejo, la educación y la formación se presentan como potentes herramientas de mejora de las perspectivas de futuro del conjunto de la ciudadanía. No solo desde una óptica profesional y laboral, también desde una perspectiva ciudadana y cívica. De hecho, me temo que los tiempos en los que tener una formación superior era garantía de ocupar trabajos dignos pasaron a mejor vida. Así pues, ¿cómo puede contribuir la educación permanente a la mejora de esta situación?, ¿por qué deberíamos potenciar y reforzar el papel de la educación de personas adultas en el futuro?

En primer lugar, porque la educación de personas adultas presenta una enorme fuerza como espacio de segundas oportunidades. Son múltiples los motivos que han impedido que muchas personas desarrollen sus itinerarios académicos personales de manera exitosa. Dificultades familiares, personales, económicas o problemas de salud pueden ser algunos de los motivos que hayan truncado la formación de gran parte de nuestro alumnado. Incluso muchas veces ha sido el propio sistema educativo el que no ha podido adaptarse a las necesidades específicas de estas personas para ofrecerles espacios formativos adecuados a su situación. Así pues, los centros de personas adultas ofrecen una nueva posibilidad de finalizar esos estudios inacabados o, incluso, de ofrecer un giro a la formación realizada. En un contexto donde el 20% de las personas entre 18 y 24 años (2015) han abandonado el sistema educativo de manera prematura, no parece una cuestión baladí.

En segundo lugar, porque está demostrado que a niveles de formación más elevados las tasas de paro se reducen de manera considerable. Un claro ejemplo son los últimos datos de desocupación publicados por el Instituto Nacional de Estadística. El tercer trimestre de 2016 recoge unas cifras de paro de 24,90% para personas con niveles formativos inferiores a la ESO, mientras que esta cifra se reduce al 11,55% para personas con estudios superiores. Además, relacionado con el punto anterior, parece demostrado también que a niveles de formación superiores en padres y madres se reducen las tasas de abandono escolar prematuro. En este sentido, datos del Ministerio de Educación para el 2015 muestran que solo el 3,7% del alumnado con madres con estudios superiores abandona el sistema educativo de manera prematura, por un 41% del alumnado con madres con estudios inferiores a la ESO.

Y por último, porque necesitamos ciudadanos formados y preparados para poder ejercer su ciudadanía desde una posición crítica y constructiva. En un contexto socioeconómico tan complejo y crítico, donde el poder de las grandes corporaciones y del capital se expande a pasos agigantados y parece engullirse cualquier atisbo de resistencia ciudadana, se torna imprescindible ser conscientes de nuestros derechos y empoderar a los ciudadanos para promover su reivindicación y salvaguarda. Y parece evidente que, en este ámbito también, la educación de personas adultas puede jugar un papel significativo y relevante.

En definitiva, tres grandes motivos para animar a las distintas administraciones educativas a potenciar la educación permanente y a promover la educación y formación desde los centros de personas adultas. Seguro que se te ocurren otros motivos, ¿los compartes aquí con nosotros?

Para leer más colaboraciones con INED 21 haz clic aquí.



lunes, 21 de noviembre de 2016

De sorpresas y supervivientes educativos

El otro día tuvimos una nueva incursión de Salvados en el tema de la educación. Por un lado, como han dicho muchos, se agradece que se hable de la cuestión educativa un domingo por la noche en prime time. Mal no nos va a hacer, la verdad. Todo lo que sea abrir el debate sobre el sistema y los roles y papeles de unos y otros me parece que no está de más. No obstante, son programas que me dejan un poco frío. Me pasó lo mismo con la excursión finlandesa de temporadas anteriores. Todo me parece demasiado superficial, simple, sesgado... No sé, quizá sea un tema personal, pero creo que la cuestión es mucho más compleja y que, claro está, seguramente un programa comercial de poco menos de una hora de duración no sería el espacio más adecuado para dirimir estas cuestiones en profundidad. Y que conste que soy un gran fan de Salvados.

Eso sí, me sorprendió ver en las redes sociales determinadas reacciones, sobre todo por parte de docentes de secundaria, ante los comentarios y reacciones del alumnado entrevistado. La mayoría de chicos planteaban su deseo de conseguir un trabajo estable, formar una familia y tener hijos, incluso pasando por encima de sus deseos y motivaciones personales. Así pues, según pude entender, la mayoría planteaba sus estudios desde una perspectiva utilitarista y pragmática: ¿qué opciones me pueden ofrecer un futuro lo más estable posible?, ¿qué estudios pueden garantizarme un trabajo con unos ingresos más o menos fijos? La idea parecía clara: "estudiamos para sobrevivir", "sabemos que con estudios nuestro futuro puede ser algo mejor, así que a por ello". Todo esto, parece, sorprendió a muchos espectadores.

No diré que me parezca la situación ideal, en absoluto. La idea de una juventud soñadora y luchadora que persigue con ahínco y perseverancia sus sueños me parece fantástica, por supuesto, pero creo que, en líneas generales, se encuentra bastante lejos de la realidad (al menos de la de los jóvenes con los que trabajo a diario). Y no les culpo por ello, que conste. De hecho, me parece injusto exigir a esta generación de jóvenes toda una serie de valores y responsabilidades que muchos de nosotros no hemos afrontado, especialmente en los últimos tiempos. Como adultos hemos aceptado pasar por el aro ante toda una serie de injusticias sociales impensables décadas atrás.  La lista de derechos que han sido pisoteados por las administraciones de turno en las últimas legislaturas es tan amplia y evidente que no voy a enumerar ni uno solo. Me temo que nuestra actitud ante ello, en general, ha sido la de la mera supervivencia. Así pues, no entiendo como alguien se puede sorprender de que nuestros adolescente opten por esa misma actitud. Objetivo, sobrevivir. 

Lo dicho, me cuesta entender este doble rasero para con esta generación de adolescentes. Solo puedo comprenderlo desde dos supuestos. Primero, desde la ausencia total de empatía para con ellos, lo cual me parece especialmente triste cuando esta viene por parte del colectivo docente. Y segundo, quizá más grave, desde el habitual complejo de superioridad que tiene toda generación adulta para con sus jóvenes. Y, no sé por qué, pero me temo que los tiros van por aquí...

jueves, 17 de noviembre de 2016

Los 7 retos de futuro de la educación de personas adultas

Iniciamos una serie de colaboraciones con El Diari de l'Educació donde un equipo de profesionales de la etapa reflexionaremos sobre distintos aspectos relacionados con la educación de personas adultas. La serie empieza con un artículo sobre los que considero que serán los principales retos de futuro que deberá afrontar la educación permanente. ¡Te invito a leerlo aquí y me cuentas!


lunes, 14 de noviembre de 2016

Resquebrajando el graduado en ESO: un ejemplo de trabajo en red

En las últimas semanas he tenido la suerte de compartir con un puñado de compañeros la elaboración de una comunicación para el IV Congreso Internacional de Aprendizaje a lo Largo de la Vida. El objeto de estudio ha sido una de las enseñanzas troncales de la educación permanente: el graduado en educación secundaria. Se trata, sin duda, de la formación estrella de los planes de estudio de los centros de adultos. Si bien es cierto que cada centro tiene su propia realidad socioeconómica, me atrevo a decir que una gran parte de nuestros estudiantes acuden a los centros de personas adultas para obtener el graduado en educación secundaria, salvoconducto indispensable (o casi) para prolongar su itinerario formativo y/o para acceder al mercado laboral.

No obstante, siendo una enseñanza como digo troncal, existe una sensación generalizada entre el profesorado de los centros de adultos de que, en muchos aspectos, presenta un notable margen de mejora. Y es precisamente aquí donde entra nuestra reflexión. Después de un proceso de análisis y de trabajo colaborativo, proponemos un decálogo para transformar el graduado en educación secundaria en una formación adaptada a los nuevos tiempos y necesidades de nuestro alumnado. Hemos titulado la comunicación "Resquebrajando el Graduado en Educación Secundaria para personas adultas: propuestas para un nuevo GES". Como puedes ver, las sutilezas no van con nosotros. Si eres profesor/a de adultos te pediría que lo leyeras con calma y que aportes tus ideas (o que critiques las nuestras, faltaría más). Y si eres de secundaria, lo mismo te digo. Creo que muchas de las propuestas son aplicables también en tu etapa.

Aunque más allá de las propuestas e ideas de cambio reflejadas en el documento, su verdadero valor radica, en mi opinión, en cómo han sido elaboradas. Docentes de distintos territorios (Madrid, Cataluña, Baleares) y de centros muy diversos en cuanto a composición y estructura organizativa hemos buscado la manera (¡y el tiempo!) de compartir nuestras inquietudes y reflexiones sobre alternativas a los modelos establecidos, en este caso el del GES para personas adultas. Una propuesta elaborada desde nuestra experiencia que seguro que (re)abre la veda para nuevas colaboraciones y trabajos. Y es que no es la primera vez que hablamos aquí de la importancia y de los beneficios del trabajo en red. En SOMOS Escuela de personas adultas, Colaborando sabe mejor... o en Profesores en red, centros en red, ¿por qué colaborar con otros centros? ya hemos reflexionado ampliamente sobre ello. Así pues, ¿te animas a dar el salto?

NOTA: Como es obvio, el enriquecimiento personal y profesional en estas últimas semanas ha sido enorme, así que solo me queda agradecer a los compañeros Josep Miquel Arroyo, Max Alcañiz, Javier Iñiguez, Quim Balaguer y Diego Redondo y a la compañera Anna Tur por dejarme aprender con vosotros. ¡Seguimos!


miércoles, 2 de noviembre de 2016

"Yo me pongo y me lo saco" y otras historias

Informamos de nuevas entradas en la página Diccioadultos.

B

Blogs de formación de personas adultas: No te pierdas el compendio de blogs recopilados por el compañero Josep Miquel Arroyo. Mucha calidad y material muy interesante sobre la formación de personas adultas.

S

Sustituciones: Si en el resto de etapas educativas cubrir bajas es un drama, en la educación permanente, como te puedes imaginar, no lo es menos. Además, es muy probable que quien llegue no tenga experiencia en la formación de adultos. Así que, nada, ármate de paciencia y Welcome to the jungle!

O

Orientación: Aspecto fundamental en los centros de personas adultas. Lo habitual es que nuestro alumnado venga bastante perdido, así que debemos sacar tiempo de donde sea para realizar un buen servicio de orientación. No iría mal un refuerzo de este servicio, la verdad, especialmente en la red de centros de titularidad municipal, aunque me consta que son muchos otros los que no disponen de perfiles específicos de orientación.

Y

"Yo me pongo y me lo saco": Expresión habitual en las entrevistas de matriculación al nuevo alumnado. Se agradece enormemente el optimismo y la motivación, por supuesto, aunque si le añadimos un poco de constancia y de trabajo ya va a ser un escándalo...

Ya sabes que puedes hacer llegar tus aportaciones por distintas vías: twitter, comentarios, mail y tal. Para leer el resto del glosario ves a Diccioadultos.

martes, 25 de octubre de 2016

¿Los niños pequeños son cosa de mujeres?

Aproximadamente un año después de mi debut, la semana pasada tuve mi segunda reunión de madres y padres en el jardín de infancia (que no guardería) donde acude mi pequeño. Adjunto balance del público asistente en términos de género:
  • Profesionales de la educación presentes: 9 mujeres; 0 hombres.
  • Padres, madres y/o representantes legales de la chavalería (del grupo de mi crío): 16 mujeres, 3 hombres.
Teniendo en cuenta que el año pasado la proporción fue de 14 a 1, parece que la cosa se va animando. Es broma, claro. Recupero, pues, el artículo de Pere Solà en El diari de l'educació compartido por aquí el año pasado "¿Los niños pequeños son cosa de mujeres? La inacabable pugna por la educación", al cual añado "L'educació per a la igualtat: procés en construcció" de Ángela Mussat, también en El Diari.

No sé cómo lo verás tú, pero a mí sigue sin parecerme normal este evidente desequilibrio. Ni en lo que se refiere a la ausencia prácticamente absoluta de hombres trabajando en las etapas educativas iniciales, ni en el poco, aunque seguramente creciente, compromiso de muchos hombres para con las actividades educativas y formativas de nuestros hijos. No me parece extraño, pues, que sigamos reproduciendo según qué roles y comportamientos cuando desde el inicio del sistema enviamos el mensaje de que el cuidado de la infancia es una cosa de mujeres (casi) exclusivamente. 

Pues nada, que espero con ansias la reunión del año que viene. ¿Os imagináis que los hombres llegáramos a ser un cuarto de los asistentes?


miércoles, 19 de octubre de 2016

Decálogo molón para motivar a tu alumnado

Los que trabajamos en formación profesional, ya sea de adultos o específica, solemos coincidir con un tipo de alumno muy heterogéneo. En nuestras aulas concurren alumnos más o menos jóvenes, con una formación u objetivos vitales muy diferentes, con experiencias educativas de distinto tipo; ya sea porque aparcaron en su día los estudios, porque en estos momentos desean un cambio de rumbo profesional o buscan iniciar una nueva etapa vital con mayor o menor voluntad propia.

Ahora bien, ¿están motivados estos alumnos con los que trabajamos diariamente en el aula? ¿requieren prácticas docentes específicas y extraordinarias? ¿podemos aplicar alguna receta prodigiosa que sirva igualmente para otras etapas educativas? ¿cuál es la fórmula para mantenerlos conectados en clase e ilusionados en su futuro laboral o académico próximo?

Nuestros años de experiencia, trabajando con alumnos inclasificables -ni mejores ni peores, sino únicos- nos permiten sugeriros estos diez consejos para mantener esa motivación y espíritu de trabajo perpetuo en el aula. Consejos que no pretenden ser innovadores, tan sólo requieren un entrenamiento agotador, un tacto especial o, en su defecto, un personal coach las veinticuatro horas del día.
  1. Persevera y no te lo creas demasiado. Si un día fluyen las respuestas, a alguno se le cae la baba escuchándote o te felicitan por esa clase excepcional o por ser un monologuista digno del club de la comedia: ha sido todo un sueño. Cada día es diferente y puedes meter la pata o matar de aburrimiento en la clase menos esperada. Esa es la realidad...
  2. Paciencia. Muy relacionada con el punto anterior. Es fundamental armarse de paciencia en cada clase porque siempre algún alumno que te vacilará, te sacará los colores por tu ignorancia sobrevenida o te obligará a morderte la lengua para no responder algo indebido. El mejor remedio: una píldora de pacientin 500 después de desayunar.
  3. Ingenio. Capacidad de cambiar de rumbo en cualquier clase donde el agotamiento sea generalizado, los medio técnicos no acompañen por alguna rara caída del internet o porque te toca dar clase a última hora del viernes previo a un puente festivo. No es válido poner la película del momento en V.O.S.E. y justificarlo con que están aprendiendo inglés.
  4. Empatiza. ¿aguantarías seis horas seguidas sentadas con libros de texto o escuchando a un profesor tras otro? Si a ello le añadimos diferencias de edad, situaciones familiares diversas o la mera búsqueda de una titulación oficial, se nos complica la situación. Si te atreves, disfrázate de chaval y pasa un par de días sentado en cualquier aula de un instituto o colegio durante toda la jornada escolar.
  5. Relata. A casi todos nos gusta escuchar historietas, más aún a los alumnos, ávidos de conocer tu edad, situación civil, domicilio paterno o última salida estival y concierto remember al que acudiste. Siempre funciona contar experiencias en clase que podemos relacionar con nuestra materia a través de anécdotas, discos que escuchamos, películas o series que estamos viendo, algún cómic o novela. No es preciso ser un titiritero o trovador moderno, pero sí va bien soltar algún que otro rollo más o menos íntimo o inventado que nos acerque a su terreno y que demuestre que tenemos vida más allá de la enseñanza.
  6. Cede el poder. No hace falta que impongas tu voluntad constantemente cual monarca absoluto de turno. Tu alumnado tiene una experiencia y un bagaje que merece ser escuchado y tenido en cuenta. No te va a hacer daño abrir espacios para la toma de decisiones colectivas. Tranquilo, siempre te queda decidir cuándo poner el siguiente examen.
  7. Haz cosas. Como diría Rajoy (creador de la famosa sentencia “las mujeres -o los catalanes- hacen cosas”) hacer cosas es positivo ya que traslada el aprendizaje a un plano más real y, por tanto, mucho más motivador para el alumnado. Tampoco se trata de hacer macramé porque sí, pero con un poco de ingenio (ver punto 3) seguro que podemos llevar nuestros contenidos a un plano más práctico y llevadero.
  8. Date una vuelta. Pasarse nueve meses encerrado entre cuatro paredes puede ser, salvo que padezcas de agorafobia, un pelín agobiante. Seguro que en tu centro existen espacios por descubrir y utilizar: un laboratorio, el aula de informática, el gimnasio, etc. Da igual qué enseñes, un gimnasio puede ser un lugar excelente para romper una dinámica rutinaria. Además, también puedes salir del centro y visitar cientos de sitios de interés. Así que, fuera pereza y miedos y sal del aula.
  9. Mira tu agenda. Seguro que tienes contactos que pueden resultar de enorme interés para tus alumnos. Un amigo que no deja de viajar a lugares exóticos, otra que colabora en una ONG, otro que trabaja en una profesión relacionada con una parte del temario… Qué sé yo. Tira de agenda, pues, y abre tus clases a compañeros y/o amigos. Tus alumnos te lo agradecerán por partida doble: por un lado, aprenderán cosas nuevas y, por otro, dejarán de verte el careto durante unos días.
  10. Socializa vuestro trabajo. Implícate con la comunidad, presenta vuestros resultados, intenta resolver un problema del barrio, del pueblo, etc. Intenta que tu alumnado vea que lo que hace en el aula (y fuera, recuerda el punto 8) tiene algún tipo de sentido más allá del maldito aprobado final.
Visto lo visto, podríamos afirmar que el docente que no motiva a su alumnado es porque no quiere. Con este decálogo molón que ponemos a tu alcance lograrás que tus clases se conviertan en ese oscuro objeto de deseo del alumnado de tu centro. Así que tómatelo con calma y no apliques todos los puntos de golpe o tus chicos y chicas te van a perseguir por los pasillos cual estrella del rock. Y al loro, ya has visto lo que ha pasado con Dylan: ¡morir de éxito no es una alternativa!
 
PD: Este es otro de esos posts perpetrados con el amigo Óscar Boluda. Te recomiendo que te des una vuelta por su EFEPEANDO. ¡Será tiempo bien invertido!
 
 

martes, 18 de octubre de 2016

Carta al padre

Recuerdo que hace muchos años compré y leí en Praga Carta al padre, la tremenda misiva que Kafka escribió a su progenitor criticando abiertamente su comportamiento con él a lo largo de su infancia y juventud. La verdad es que, a pesar de los motivos y razones que tuviera el escritor checo para lanzar semejante diatriba contra su padre, el libro me pareció una pasada de frenada absoluta, y eso que por aquel entonces andaba yo un tanto mosqueado con el mío.

El caso es que recuerdo leer la carta de marras y pensar mucho en mi padre. Y no precisamente porque lo descrito en ella se asemejara a nuestra relación, de ningún modo. Su lectura me dejó la sensación, seguramente equivocada, de que Kafka estaba siendo injusto y excesivamente duro para con su padre y recuerdo reflexionar sobre si no habría cometido yo alguno de esos excesos en muchas de mis críticas más o menos abiertas al mío. Me temo que a menudo no hay jueces más severos e intransigentes que los propios hijos, aunque creo que cuando pasamos a la categoría de padres conseguimos relativizarlo todo un poco y ver un poco más allá del ombligo reluciente de nuestra propia infancia.

Y me doy cuenta de que mucho de lo escrito en estas páginas sobre educación está claramente influenciado por mi padre y su manera de ver y de afrontar la vida. No era persona de muchas palabras, la verdad. No obstante, pienso en conceptos que necesito a menudo en mi profesión y que incluso intento transmitir a mi alumnado como autonomía, iniciativa, compromiso, profesionalidad  o capacidad de resolver situaciones diversas y me doy cuenta de que todo ello lo aprendí yo rodeado de pinceles y brochas subido en un andamio, con mi padre apretando a nuestro lado, sin darnos demasiada tregua, todo sea dicho. Porque también se equivocó mucho, claro, igual que todos lo hacemos.

Hace ya tiempo que uno saldó las cuentas pendientes y ahora que mi padre se ha ido lo único que quiero es poner en valor todo lo aprendido con su ejemplo. Especialmente en lo relativo a la confianza y autonomía recibidas para tomar nuestras propias decisiones sabiendo que, pasara lo que pasara, ahí iban a estar ellos para recogernos en la victoria o en la derrota. Y cuando todo se encara así, cuando el apoyo es tal, normalmente hay muchas más de las primeras. 

Así que solo espero estar a su altura y que, dentro de mucho tiempo, cuando un servidor falte, el terrible desasosiego provocado por la ausencia del padre se vea en lo posible mitigado por la calidez de su recuerdo. Será señal de que nos hemos acercado siquiera a su ejemplo y quizá así nos libremos de una carta como la escrita por Kafka a su padre. Yo, por mi parte, puedo asegurar que la que escribiré al mío será muy pero que muy distinta.

Te quiero mucho, padre.


viernes, 7 de octubre de 2016

¿Cuántos libros de texto comprarías con 100.000 euros?

Pongamos el caso que a un Ayuntamiento de un municipio cualquiera le tocan 100.000 euros y decide invertirlos en proyectos de diversa índole para su comunidad educativa. Para decidir el objeto de la inversión se realiza una consulta popular donde intervienen desde los niños y niñas de los distintos centros educativos hasta sus padres y madres, pasando por AMPAS, profesores, directores, bedeles y demás personal de administración y servicios. ¿Cuál sería el resultado de este particular referéndum?

Desde hace 4 años, además de mi labor como profesor de ciencias sociales y director del centro donde trabajo, desempeño las funciones de técnico de educación en el ámbito municipal. Desventajas de ser trabajador municipal en un ayuntamiento en crisis. Digo desventajas no porque no me interese el trabajo. Al contrario, es  muy enriquecedor ya que me permite salir del aislamiento de nuestro día a día y conocer la realidad educativa del municipio. Pero claro, los días tienen 24 horas y siempre está bien pasar, como mucho, ocho en el trabajo...  Pero bueno, no estoy aquí para llorar mis penas.

Desde hace cuatro años, digo, una (gran) compañera y yo gestionamos desde nuestro centro (o lo intentamos, lo prometo) el departamento de educación municipal. Son mucho los programas que llevamos entre manos pero hay uno que por diversos motivos me tiene auténticamente obsesionado. Sí, te lo estás imaginando, se trata de la subvención de los libros de texto. En los últimos cuatro años, nuestro consistorio ha invertido más de 100.000 euros en subvencionar los libros de texto de familias en situación económica desfavorecida. Este es el importe neto de subvención, el que se va directamente a las editoriales. Se incrementaría en mucho si tuviéramos en cuenta las horas que invertimos todos los trabajadores implicados en el proyecto. Un proyecto, por otra parte, muy difícil de gestionar por su complejidad y tamaño.

No cabe duda de que el ayuntamiento lo hace con toda la buena intención, claro. No hay ironía alguna aquí. El objetivo es que todo el alumnado pueda tener los materiales necesarios para trabajar en el aula y, mejor o peor, se organizan los recursos a tal efecto. Las AMPAS, por su parte, se implican también gestionando los pedidos de las familias subvencionadas. Y los trabajadores de la casa pues sacamos tiempo de donde podemos para intentar llegar a todo, aunque muchas veces sea tarde y mal. 

No obstante, después de cuatro años y más de 100.000 euros invertidos, me vienen a la mente algunas reflexiones que quizá deberíamos hacernos como comunidad educativa local, aunque me temo que podría ser extensible al resto del país. Perdóneseme la posible demagogia y/o simplismo, pero así es como lo veo.
  • Me da la sensación de que en muchas ocasiones no existe una verdadera reflexión didáctica y metodológica sobre los materiales con los que se trabaja. Claro, esto dependerá del centro y del profesorado en cuestión. No obstante, este hecho me parece innegable cuando los lotes son elaborados por profesores que no van a ejercer con el grupo el año siguiente. Se me objetará que la selección la realizan los departamentos o que si no sería imposible planificarse, pero no me vale la respuesta. No iba a cambiar mi enfoque pedagógico por llegar a un centro con un determinado libro. Y la familia ya habría hecho el gasto. Además, no han sido pocas las ocasiones en las cuales hemos recibido con sorpresa el retorno de libros (requisito para participar en la subvención) que habían sido comprados pero no utilizados.
  • Hablando de dinero, diré una tontada: hay lotes carísimos. Más de 250 euros puede ser una barrera insalvable para familias con hasta tres y cuatro críos en edad escolar. Hay familias a las que una factura de estas características les revienta el presupuesto anual. Me parece que la cuestión económica debería ser un factor a tener en cuenta en la creación de los lotes.
  • No sé hasta qué punto los centros analizan el impacto de los materiales utilizados. Y no me refiero a una reunión en el tercer trimestre para verse con la editorial de turno. Hablo de trabajo de análisis de contenidos, comparativas entre propuestas, revisión de resultados, etc. Tengo la sensación que este es un aspecto sobre el que los centros no reflexionan demasiado. Pero seguro que me equivoco.
  • Me parecería lógico tener un repositorio de libros por aula como material de consulta, por supuesto. Tendría todo el sentido del mundo desde un punto de vista metodológico pero, sobre todo, desde un punto de vista de sostenibilidad, económica de las familias y de todo tipo. 
  • Creo que las familias reflexionan poco también sobre el uso de los libros de texto. Aunque quizá cada vez más, cierto. Me parece que pueden ser una voz muy fuerte que podría condicionar según qué decisiones al respecto de los materiales con los cuales trabajan sus niños y niñas. 
  • Y el papel de la administración también me resulta cuestionable. Las buenas intenciones no pueden ocultar los errores implícitos de tal o cual decisión. ¿Cuántos millones (¡!) de euros destinamos a la compra de materiales escolares? Seguro que por la red corre el dato.
En fin, unas reflexiones tontas sobre el asunto. Creo que si le preguntaramos a la comunidad educativa de cualquier municipio en qué querrían gastarse 100.000 euros los próximos 4 años una de las últimas respuestas sería en libros de texto. Aunque, ahora que lo pienso, seguro que habría alguien que acabaría realizando la propuesta. Y eso, quizá, sea lo más preocupante del asunto.

¿En serio no tenemos nada mejor en que gastarnos 100.000 euros que en los malditos libros de texto?

domingo, 2 de octubre de 2016

(También) soy machista

Leo y recomiendo el artículo "Carta als homes: som masclistes però canviem-ho ja!" y, lamentablemente, me veo  reflejado en muchos de los casos descritos, los cuales se incrustan dentro de una (desagradable a)normalidad absolutamente machista y patriarcal. A menudo se usa el concepto de micromachismo para referirse a muchas de estas situaciones, aparentemente de bajo impacto, que contribuyen a ampliar la brecha de la desigualdad. Me parece que se trata de un concepto que hace más mal que bien a la lucha por la igualdad ya que, en mi opinión, reduce la importancia de gestos tan presentes en nuestro día a día. Un chiste machista entre cervezas, un exceso de efusividad "testoterónica" en una discoteca o un olvido de las implicaciones profesionales de un embarazo (supuestamente en pareja) no me parecen situaciones que puedan describirse mediante un término que empieza por el prefijo micro. No obstante, seguro que habrá especialistas en la cuestión que puedan opinar sobre esto con mucho más fundamento que un servidor.

En cualquier caso, rodeado de mujeres a las que quiero, admiro, aprecio y respeto, especialmente a Pilar, y esperando la llegada de una pequeña que va a crecer en este mundo dominado por el sexo contrario, (el de su padre y su hermano mayor, por cierto), me atrevo a preguntarme qué hacemos los hombres para derrumbar este muro de desigualdad. La respuesta es tan evidente que me la callo. Y da vergüenza escribir sobre esto porque no quisiera caer en el buenismo ni en el postureo masculino que (auto)detecto en muchos ambientes. Así que, mejor callar y ponerse manos a la obra.

Solo unas preguntas más, no me olvido que esto es un blog sobre educación: ¿Qué hacemos en los centros educativos para trabajar esta situación de desigualdad?, ¿cómo contribuimos desde el mundo de la educación, especialmente desde el lado masculino, a romper esta cadena que nos beneficia?, ¿no estaremos atacando la cuestión desde planteamientos superficiales -léase jornadas y/o proyectos puntuales, "días de la mujer" y otras actividades organizadas, nadie lo pone en duda, con toda la buena voluntad del mundo- y olvidando la importancia del gesto y de la práctica diaria?, ¿no contribuimos a olvidar y a silenciar toda una parte del currículo de nuestras especialidades, esa parte que ocupan tantas y tantas mujeres?, ¿y qué hay de los espacios de poder en los centros educativos?, ¿quién y cómo se ocupan y gestionan? No tengo respuestas. Lo que sí tengo es mucho trabajo por delante. Así que, lo dicho, a callar y a espabilar de una maldita vez.

¿Por qué no te sumas, HOMBRE?

PD: Hago mía la PD de Sergi Picazo en el artículo Carta als homes: som masclistes però canviem-ho ja!: "Sóc masclista, sí, i porto patint tot el dia per si aquest article també ho és, o per si he dit alguna cosa masclista sense adonar-me’n, o per si l’article és pur mansplaining".



miércoles, 28 de septiembre de 2016

"Aquí no venimos a aprender, venimos a aprobar"

La semana pasada iniciamos el curso de preparación para la prueba de acceso a grado medio, formación en la cual imparto la asignatura de competencia social y ciudadana. En la primera sesión, además de presentar el temario y los contenidos del módulo, siempre intento programar alguna dinámica que me permita conocer al alumnado desde un punto de vista más personal, así como su visión sobre las ciencias sociales, en particular, y sobre el aprendizaje, en general.

Con este objetivo, desde el año pasado e inspirado en la propuesta del compañero Sergi del Moral, (quien dice inspirado dice copiando vilmente su actividad), organizamos una especie de diálogo socrático sobre una serie de frases proyectadas en la pizarra. Algunas se refieren estrictamente a la materia de ciencias sociales mientras que otras, como digo, están relacionadas con aspectos más generales del ámbito académico o de la vida, incluso. Ellos tienen que escoger una, la que más les llame la atención, con la que estén de acuerdo o en desacuerdo, y comentarla con resto del grupo. De esta manera se forma un diálogo abierto en el que si uno escucha atentamente puede recopilar información muy interesante y valiosa sobre su alumnado.

Bueno, pues en estas estábamos cuando un alumno pronunció la frase de marras: "Profe, aquí no venimos a aprender, venimos a aprobar", con la cual estuvieron de acuerdo no pocos de sus compañeros. En un primer momento yo no abrí la boca, claro. La idea es que sean ellos quienes desarrollen el diálogo. No obstante, el chico, supongo que al verme palidecer, se vio en la necesidad de explicarse. Tampoco es que a estas alturas me pille de nuevo este punto de vista, todo hay que decirlo. Uno ya sabe por donde van los tiros en estos cursos (véase El preparador). El caso es que su enfoque, en cierto modo, tiene mucho sentido. En mayo deberán pasar una prueba de acceso y ese es su verdadero objetivo, obtener una buena nota final para poder acceder al ciclo formativo seleccionado. Claro, el chico desligaba una cosa de la otra, así a lo bruto, cosa que me temo que hacemos a menudo también desde nuestro bando docentes de distintas etapas educativas. Y no solo nosotros. También, sobre todo, las administraciones educativas de turno con un enfoque centrado en la acreditación de conocimientos basado en reválidas constantes.

Porque ¿cuántos alumnos han aprobado nuestras asignaturas sin haber aprendido demasiado?, ¿cuántos alumnos acreditan títulos y superan reválidas con importantes lagunas de conocimientos e incluso competenciales?, ¿no acabamos convirtiendo todo el tinglado educativo en una maquinaria de aprobar y suspender personas (¡!) en lugar de en un espacio de aprendizaje real y significativo? Porque que un alumno plantee esta pregunta con tanta naturalidad debería resultarnos inquietante, pero que docentes de distintas etapas y ámbitos sigamos esta misma lógica sí que me parece un problema de difícil solución.

¿Cómo romper esta tendencia? Se dice pronto, claro. No obstante, me parece que el primer paso está en nosotros, en hacernos las preguntas adecuadas y en iniciar todo un proceso de reflexión para generar nuevos espacios de aprendizaje. Luego (o antes, seguramente) está el cambio legislativo, cierto. Pero eso, me temo, pertenece a otra dimensión... 

En fin, que si tienes propuestas concretas te agradecería que me echaras un cable y las dejaras en comentarios, anda. Yo, por mi parte, me pongo a ello. ¡Que faena tenemos!

PD: Puedes ver la dinámica de presentación descrita en el post aquí.


sábado, 24 de septiembre de 2016

Lo siento, pero no eres un docente innovador

Resulta que tenemos un panorama educativo cada vez más público y mediatizado y tú te quedas al margen del tinglado. En un contexto donde el debate educativo se ha vuelto más popular que nunca, donde no hay periódico, radio, televisión o cuenta de twitter que se precie que no hable de las bondades (o maldades) de tal o cual propuesta didáctica, de las ventajas (o desventajas) de tal o cual método educativo, resulta que tú te has quedado fuera de las corrientes más innovadoras. Pues que sepas que estás fuera porque no cumples uno, varios o todos de los supuestos siguientes.

No das clase en inglés. No hay nada más innovador que dar clase en la lengua de Joyce. En un futuro ya se pondrá de moda dar clase en chino, o en ruso, pero ahora lo innovador es hacerlo en inglés. Si a estas alturas de la película, con tu B2 o C1 bajo el brazo, no estás explicando la revolución francesa o las ecuaciones de segundo grado en inglés estás tan lejos de la innovación como un concursante de Gran Hermano de disfrutar de la intensidad literaria de Mishima. Simplemente inimaginable.

Pones deberes. Aunque sea una pequeña lectura, un breve cuestionario o un repaso de la lección trabajada en el aula. No hay nada menos innovador que poner deberes. Eso está pasado de moda, es de otra época. Ahora lo que se lleva es la cenología, menos deberes y más cenas. Además, ándate con ojo. Se rumorea que se están organizando comandos de padres y madres destinados a perseguir a los docentes que persistan en tales prácticas. Que conste que yo te he avisado.

No usas las redes sociales. Si no publicas fotos de tu alumnado trabajando con fervor religioso, si no compartes tus flamantes proyectos implementados en el aula, si no iluminas a tus seguidores con brillantes reflexiones sobre las claves de la educación, no eres un docente innovador. Aplícate el cuento aquel de la mujer del César: el docente innovador no solo tiene que serlo, sobre todo tiene que parecerlo. Pues eso, a darle a twitter y facebook como un poseso.

No te decantas por un planteamiento metodológico innovador. ¿Y tú de qué eres?, ¿de ABP o de Flipped?, ¿m-learning o e-learning?, ¿comunidades de aprendizaje o (pon la propuesta de turno que prefieras)? Si no te defines por una metodología en concreto quedarás al margen del panorama de la innovación docente. No vale eso de “es que yo me adapto a mi alumnado...” Nada, no hay excusas que valgan, ¡un buen método innovador se adapta a todo tipo de alumnado!

No usas las TIC, ni enseñas robótica. Repito: no usas las TIC, ni enseñas robótica. No hace falta decir nada más.

Todavía haces exámenes. Junto con el tema de los deberes, no hay nada menos innovador que los exámenes, con sus preguntas tipo test y sus habituales “justifica tu respuesta”. No hay nada más rancio y alejado de la innovación educativa que esas filas de alumnos en silencio relacionando conceptos con flechas sobre un papel o rellenando espacios con palabras extraídas de un listado. Los docentes innovadores, en cambio, elaboran geniales y versátiles rúbricas y fomentan la coevaluación y la evaluación entre pares. Además, sus alumnos organizan espectaculares presentaciones donde muestran el fruto de su trabajo colaborativo (nunca con powerpoint, por supuesto, que eso es de rancios).

No has incorporado el coaching a tu vida. Ya sea en modo alumno (profe asiste a curso de coaching), en modo autoformativo (profe lee un libro y se convierte en coach), o en modo protagonista (profe ejerce de coach con su alumnado), todavía no has descubierto los beneficios y el crecimiento personal que se desprenden del coaching en su aplicación al trabajo en las aulas. Recuerda, el poder está en ti.

Así que, visto lo visto, siento decírtelo pero no eres un docente innovador. No pasa nada, no te preocupes. En la red vas a encontrar mil y una propuestas para formarte en los más diversos temas. Desde libros de gurús educativos on the road hasta moocs varios, pasando por másters y postgrados de la más variada índole (innnovadora, por supuesto) y precio. Pues nada, espabila y apúntate al primero que encuentres. Ya sabes lo que dicen, ¡nunca es tarde si la innovación es buena! 




lunes, 19 de septiembre de 2016

Carta abierta a los docentes de educación de adultos

Estimado compañero/a:

Se inicia mañana un nuevo curso y seguro que estarás algo nervioso/a por conocer a tus nuevos alumnos. Es posible incluso que hayas preparado las primeras clases o que tengas a punto los libros de texto y las actividades que vas a desarrollar. O tal vez no hayas hecho nada de esto. Sea como sea, aprovecha este curso para superarte como docente. ¡Venga, lánzate a probar cosas diferentes! Prueba a innovar tus clases. Y no me refiero a usar tal o cual aplicación informática, ni a emplear la última metodología difundida por el gurú de turno. No, no va de eso la cosa. Se trata de buscar nuevas respuestas a las (nuevas o viejas) preguntas que nos está lanzando nuestro alumnado en esta nueva sociedad del conocimiento.

Y es que de un tiempo a esta parte, la innovación educativa se ha convertido en el tema de moda en todas las etapas del sistema educativo. Para muchos, es la última pieza del rompecabezas, el eslabón perdido de la educación, aquello que completa y entierra modelos viejunos, los que remiten a necesidades formativas y sociales ya obsoletas. ¡Si hasta tiene su propio reality!

Exageraciones aparte, cierto es que la innovación educativa da para hablar muy mucho. Hay encendidos debates en las redes sociales, en los claustros se producen tensiones entre partidarios y detractores. Pero no estoy aquí para echar más leña al fuego, sino para reivindicar la innovación en el contexto de la educación de adultos. Porque es en este ámbito dónde la palabra innovación cobra mayor significado Y sí, os voy a explicar por qué... ahora mismo.

¿Qué pasa? ¿Que en los centros de personas adultas vivimos al margen de la educación? Según en qué aspectos, debería contestar que sí. Pero en innovación educativa, la formación de adultos ha demostrado valentía y creatividad (al menos) en la misma cuantía que cualquier otra etapa educativa. Así pues, los centros de adultos han demostrado mediante innumerables buenas prácticas que pueden convertirse en espacios de aprendizaje creativos y sugerentes. Centros educativos al servicio de su alumnado donde el conocimiento, la orientación y el acompañamiento van de la mano de propuestas de aprendizaje ricas y originales. Por todo esto, te animo a que este curso contribuyas en la medida de lo posible a que tu escuela sea uno de esos espacios.

Además, los centros de adultos cuentan con un aspecto diferencial respecto a otras etapas educativas: un alumnado con amplia experiencia y, en muchas ocasiones, con conocimientos vastísimos sobre múltiples ámbitos de la vida. En este sentido, uno de los grandes retos de nuestro programa de innovación particular puede centrarse en cómo aprovechar esas increibles y diversas mochilas de experiencia para integrarlas en nuestras clases y proyectos.

Así, debemos convertir esta experiencia y disparidad en reconocimiento, apostando por una innovación educativa con el alumno. Si aceptamos la idiosincrasia de todos y cada uno de nuestros alumnos, si trabajamos con metodologías coherentes que tengan en cuenta su realidad, crearemos un espacio cercano y respetuoso con la singularidad. Otro reto, pues, de los profesores como tú es convivir con las diferencias y tratar de harmonizarlas con proyectos muy vinculados con el entorno de la escuela y de sus estudiantes. Sin duda, con un poco de creatividad los resultados van a ser espectaculares y ayudarán a que la educación de adultos reivindique dos valores imprescindibles para llevar a cabo la innovación educativa: la humanidad y la sencillez.

Por último, haz todo lo que esté en tu mano para impregnar de educación tu lugar de trabajo. Crea espacios dónde se hable de educación, los claustros pueden pasar de ser el muro de las lamentaciones a convertirse en ágoras de aprendizaje y de creación de proyectos. Te sorprendrerás de lo que puede hacer en tu entorno el aprendizaje entre iguales.

En definitiva, iniciamos un nuevo curso lleno de retos y oportunidades donde seguro que vamos a encontrarnos también con muchos problemas y dificultades, cierto. No obstante, recuerda que no estás solo. Toma las riendas y sé consciente de que tu aportación en tu lugar de trabajo será determinante para todos. Implícate y actúa con cabeza y con corazón. No dudes en buscar “socios” entre tu claustro y, ¿por qué no?, a través de las redes sociales. Y si lo de innovar suena a algo costoso, recuerda que el motor de la innovación educativa es el alumnado. Tu alumnado. Si lo tienes siempre en cuenta, el resto vendrá solo. Desde aquí te animamos a compartirlos con nosotros y a perserverar para hacer de la educación de adultos un espacio de aprendizaje significativo y de calidad.

¡Feliz curso 2016-17!
PD: Carta cooperativa fruto de las reflexiones conjuntas con los compañeros Josep Miquel Arroyo y Diego Redondo. La vas a encontrar también en Didaktic. Sin duda, te recomiendo que te des una vuelta por allí.


viernes, 16 de septiembre de 2016

Ahora que empezamos...

Ahora que empezamos (los centros de adultos, al menos en Cataluña, inician las clases una semana más tarde que el resto de etapas) un servidor se propone los siguientes objetivos o líneas de trabajo para este curso:
  • "Hacer cosas" en el aula y fuera de ella. Es decir, llevar el currículo al mundo real.
  • Trabajar de manera colaborativa con mi alumnado y, sobre todo, con mis compañeras. Con "las que se dejan" es facilísimo, claro. Con las otras, seguir intentandolo.
  • Aprovechar espacios de aprendizaje fuera del aula (analógica y virtualmente)
  • Recordar que no solo enseño sino que también aprendo.
  • Seguir trabajando el concepto de evaluación para centrarnos en los procesos y no tanto los resultados (idea acorde a mi concepción del tinglado educativo, por supuesto).
  • Priorizar el aprendizaje por encima de la metodología. Es decir, ajustar la una a lo otro, no a la inversa.
  • Perseverar en la visibilización de la educación de personas adultas y potenciar todavía más el trabajo en red con otros centros educativos.
  • Atender debidamente las distintas capacidades y habilidades presentes en el aula.
  • Potenciar la reflexión por encima de la memorización.
  • Meternos a menudo en problemas para tratar de buscar soluciones.
  • Investigar y seguir practicando con el juego en el aula.
  • Ser accesible y tratar de ponerme en el lugar de todo el mundo. Poco a poco vamos mejorando...
  • Reforzar la presencia de elementos de reflexión crítica y social en los proyectos implementados.
  • Y, por último (y sobre todo), tratar de conocer lo máximo posible a mi alumnado para intentar ayudarles en aquello que necesiten
Pues eso, que ya empezamos. ¿Compartes por aquí tus objetivos para el nuevo curso? ¡Que vaya bien!


 

lunes, 5 de septiembre de 2016

El shock educativo

Leo "La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre" de Naomi Klein y alucino. Y no porque lo explicado allí le pille a uno de nuevo. Quien más quien menos conoce los excesos del sistema, especialmente en las últimas décadas. No se trata de caernos del guindo y descubrir a estas alturas el empleo sistemático de la violencia económica, política y militar por parte de un capitalismo (cada vez más) salvaje a lo largo y ancho del planeta. No, no es eso lo que llama mi atención. Sí, en cambio, las enormes tragaderas que continuamos teniendo, especialmente las sociedades occidentales, para someternos a la voluntad del sistema (léase los mercados) y dejar en sus manos la toma de decisiones de auténtica importancia. Y esto también en lo educativo. Me explico.

La tesis de Klein es sencilla: la historia reciente está plagada de ejemplos que demuestran que el capitalismo ha aprovechado -y aprovecha- cualquier crisis para introducir impopulares medidas de choque económico, político y militar. Desde las dictaduras del cono sur en los setenta hasta el actual Irak, pasando por Rusia, Europa del Este o el sudeste asiático, contextos de crisis diversos han sido aprovechados por el neoliberalismo para imponer una visión única del modelo económico. Visión, por otra parte, sencilla de resumir: reducción a la mínima expresión del gasto social y libertad absoluta para los mercados. A río revuelto, ganancia de pescadores, vamos.

Creo que esta historia nos suena. Llevamos dos legislaturas con la misma cantinela. Gobiernos de uno y otro signo, socialistas y populares -pero también nacionalistas, aquí no se salva nadie-, han usado el comodín de la crisis para justificar recortes injustificables en todos los ámbitos, especialmente en educación. Reflexionaba Vicenç Navarro el otro día en "El ataque a la educación pública española", artículo publicado en Nueva Tribuna, sobre los recortes en la educación pública aplicados en los últimos años. Planteaba (y comparto su opinión) que si estos recortes los hubiera impuesto un ejército invasor quizá hubieran topado con mayor resistencia que la que se han encontrado unos gobernantes los cuales los han aplicado como "la única alternativa posible". Y es que nos hemos cansado de oir el maldito latiguillo en los últimos años.

Se pregunta Navarro cómo es posible que a pesar de la intensidad de los recortes y de su carácter impositivo (en ningún caso venían recogidos en los respectivos programas electorales) la resistencia social no haya tenido la fuerza suficiente para frenarlos. Y quizá la respuesta se encuentre en la polarización existente en nuestro sistema educativo, un sistema que no destaca precisamente por ser un modelo ejemplar de cohesión social. Entiendo que esta última afirmación da para plantear un debate en profundidad, cierto. No obstante, si os parece fuerte podemos rebajarla diciendo que, como mínimo, existe una clara diferenciación entre las escuelas de "élite" donde ahora mismo están formándose los futuros dirigentes de este país -sean del territorio y del signo político que sean- y el resto de los mortales. Y es que parece evidente que estos recortes no han afectado en la misma medida al sector público -ya mermado por tasas de inversión muy por debajo de la media europea- que a un sector privado que continúa beneficiado por subsidios públicos.

En definitiva, llegó la crisis a nuestro país y con ella la toma de decisiones "ineludibles", entre ellas la de reducir el gasto educativo. No sé qué pensaría Naomi Klein al respecto, pero a mí me parece que vivimos un shock educativo en toda regla. Quizá (parte de) nuestro trabajo sea proponer alternativas a todos esos oscuros portavoces del mercado y luchar y resistir con la tribu para fortalecer lo público. Uno tiene la sensación de que nos va mucho en juego.



lunes, 29 de agosto de 2016

"Para todo lo demás, betacamp"

Existen cursos y formaciones de todo tipo y condición. Congresos, conferencias, seminarios, charlas y talleres. Cursos presenciales, semipresenciales y a distancia donde aprender desde infinidad de lenguas extranjeras hasta el manejo de herramientas TIC, pasando por el coaching, el marketing docente, la creatividad o la programación. Cursos caros, baratos e incluso gratuitos de e-learning, m-learning, b-learning y (pon la letra que quieras)-learning. En definitiva, mil y una opciones y posibilidades de formarte como docente. Y luego está el betacamp

Seguro que os acordáis de aquella campaña de publicidad de Mastercard. "Hay cosas que no tienen precio -venían a decir desde la entidad financiera-, para todo lo demás puedes usarnos". Uno tiene la sensación de que con el betacamp pasa un poco lo mismo. Podríamos decir que hay cosas que no se pueden encontrar fácilmente en otras propuestas formativas, para las cuales el betacamp resulta una excelente opción. ¿Ejemplos?  

Para convivir durante días con tu tribu docente.

Para sentirte... ¡Qué coño! Para ser un high teacher (aunque sea por unos días).

Para aprender jugando y jugar sin dejar de aprender.

Para autoproclamarte un "docente salvaje" y huir como de la peste de la rigidez organizativa.

Para estudiar (y divagar) sobre el sentido de la educación en un camarote atestado de gente.

Para reflexionar (y divagar también) sobre la evaluación y sus entresijos.

Para descubrir la relación entre sandías, huevos, preservativos y gravedad.

Para alcanzar la motivación extrema a finales de agosto.

Para descubrir dónde se orina y (sobre todo) dónde no debe hacerse.

Para disfrutar solo, con amigos, en pareja o en familia. En litera, furgoneta o acampando.

Para escuchar historias de hamsters asesinos y cohetes valientes.

Para ver/hacer música en/de todas partes.

Para alucinar con narraciones (infantiles o no).

Para equivocarse, aprender, dudar, sentir nervios y, sobre todo, ponerse en el lado del alumnado.

Para sermonear y ser sermoneados (cómo nos gusta dar la chapa, malditos).

Para ver Saturno (sí, ver Saturno) y volver a la consulta de tu astrónomo de cabecera.

Para disolver los problemas en humor y jugar con la literatura.

Para soñar con robots arqueólogos y tesoros escondidos.

Para encerrar a noventa personas en una carpa llena de puertas y ventanas.

Para aprender sobre proactividad y autonomía. 

Para llevar a la iglesia a muchos ateos y sacar de fiesta a otros tantos muermos.

Para obligarnos a escuchar al otro y dejar de mirarnos el ombligo.

Para "hacer cosas", que diría aquél.

Para ilusionarte y emocionarte.

Para sufrir el lumbago en silencio (o casi).

Para cantar recetas (o casi) una vez más.

Para sólo  ver horizonte y olvidarte del vértigo de las jerarquías.

Para compartir recursos, inquietudes, dudas y aprendizajes mil.

Para descubrir a excelentes profesionales que hacen cosas excepcionales en sus centros.

Así pues, recuerda: para todo esto y, sobre todo, para TODO LO QUE TÚ QUIERAS Y ESTÉS DISPUESTO A HACER, betacamp.


PD: Como siempre, mil gracias al grupo impulsor por vuestro trabajo. Algún día daremos el paso de agradeceros todo el esfuerzo a echaros un cable. I promise! ;)
PD2: Y, sobre todo, gracias también a ti, Sonia!