martes, 18 de octubre de 2016

Carta al padre

Recuerdo que hace muchos años compré y leí en Praga Carta al padre, la tremenda misiva que Kafka escribió a su progenitor criticando abiertamente su comportamiento con él a lo largo de su infancia y juventud. La verdad es que, a pesar de los motivos y razones que tuviera el escritor checo para lanzar semejante diatriba contra su padre, el libro me pareció una pasada de frenada absoluta, y eso que por aquel entonces andaba yo un tanto mosqueado con el mío.

El caso es que recuerdo leer la carta de marras y pensar mucho en mi padre. Y no precisamente porque lo descrito en ella se asemejara a nuestra relación, de ningún modo. Su lectura me dejó la sensación, seguramente equivocada, de que Kafka estaba siendo injusto y excesivamente duro para con su padre y recuerdo reflexionar sobre si no habría cometido yo alguno de esos excesos en muchas de mis críticas más o menos abiertas al mío. Me temo que a menudo no hay jueces más severos e intransigentes que los propios hijos, aunque creo que cuando pasamos a la categoría de padres conseguimos relativizarlo todo un poco y ver un poco más allá del ombligo reluciente de nuestra propia infancia.

Y me doy cuenta de que mucho de lo escrito en estas páginas sobre educación está claramente influenciado por mi padre y su manera de ver y de afrontar la vida. No era persona de muchas palabras, la verdad. No obstante, pienso en conceptos que necesito a menudo en mi profesión y que incluso intento transmitir a mi alumnado como autonomía, iniciativa, compromiso, profesionalidad  o capacidad de resolver situaciones diversas y me doy cuenta de que todo ello lo aprendí yo rodeado de pinceles y brochas subido en un andamio, con mi padre apretando a nuestro lado, sin darnos demasiada tregua, todo sea dicho. Porque también se equivocó mucho, claro, igual que todos lo hacemos.

Hace ya tiempo que uno saldó las cuentas pendientes y ahora que mi padre se ha ido lo único que quiero es poner en valor todo lo aprendido con su ejemplo. Especialmente en lo relativo a la confianza y autonomía recibidas para tomar nuestras propias decisiones sabiendo que, pasara lo que pasara, ahí iban a estar ellos para recogernos en la victoria o en la derrota. Y cuando todo se encara así, cuando el apoyo es tal, normalmente hay muchas más de las primeras. 

Así que solo espero estar a su altura y que, dentro de mucho tiempo, cuando un servidor falte, el terrible desasosiego provocado por la ausencia del padre se vea en lo posible mitigado por la calidez de su recuerdo. Será señal de que nos hemos acercado siquiera a su ejemplo y quizá así nos libremos de una carta como la escrita por Kafka a su padre. Yo, por mi parte, puedo asegurar que la que escribiré al mío será muy pero que muy distinta.

Te quiero mucho, padre.


4 comentarios :

  1. Què tal?

    Vull felicitar-te pel post. Comparteixo amb tu el dolor de la pèrdua d'un puntal familiar tan important com és la del pare. Jo també el vaig perdre ara fa molts anys. No va conèixer la meva dona ni les meves filles, no vaig poder mai explicar-li que em dedico a allò que més m'agrada i no vaig poder compartir molts altres moments. Però sempre li estaré agraït per l'esforç que va fer per donar-me tot el que ara tinc.

    Com tu, la petjada del pare és present en el que faig. No sóc gaire espiritual, però el tinc ben present a cada decisió important. Suposo que, inconscientment, vull que estigui orgullós de mi. Potser no m'ho va dir mai així, perquè era home de poques paraules. Però el seu gest no enganyava...

    Diuen que els fills són còpies millorades dels seus progenitors. Jo no sé si serem una còpia millorada dels nostres pares, però estic segur que sense ells, no seriíem qui som ara.

    Novament, felicitats pel teu post i gràcies per compartir aquestes reflexions tan properes. Molta força!

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    1. Moltes gràcies, amic. No saps com s'agraeixen els ànims! Una abraçada ben forta. Parlem aviat.

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  2. Ostres Ramon, ho sento molt. Em sap greu no haver llegit el teu post fins avui. Ànims, endavant i seguim en contacte.
    Quim.-

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