jueves, 27 de marzo de 2014

Ovejas negras, el lado oscuro del alumnado

Hay alumnos y alumnos, claro. Los hay que te ganan desde el primer día. Atentos, trabajadores, capaces y responsables, muestran además un increible interés por tu asignatura. Entregan los trabajos impecablemente y en el plazo establecido. Levantan la mano para pedir la palabra y llegan puntuales. Respetan a sus compañeros y siempre están dispuestos a echar una mano. Son prudentes, educados y, por supuesto, el móvil que te interrumpe en mitad de tu brillante explicación nunca es el suyo. Puedes charlar con ellos de cine y literatura y percibes su complicidad y regocijo con tus críticas a la telebasura. En fin, un lujazo. 

Luego están los otros, las ovejas negras.

Los otros te sacan de quicio. Se mueven. Hablan e interrumpen constantemente. Con suerte tienen talento para el dibujo (o al menos creen tenerlo)  y se pasan la clase entera haciendo grafitis en el cuaderno o dibujando mandalas. Viven enganchados a sus teléfonos móviles y, por supuesto, no te entregan ninguna tarea. No muestran interés por nada. Visten desaliñados y su lenguaje es soez y faltón. Sus conversaciones se limitan al fútbol y al reality de turno que esté copando las audiencias del momento. No respetan a sus compañeros y viven instalados en la queja perpetua del "¿y esto para qué sirve?". En fin, un drama.

En líneas generales (y exageraciones al margen), creo que muchos profesores podríamos ubicar a gran parte de nuestro alumnado en cualquiera de los arquetipos descritos más arriba. Trabajar con los primeros es una bendición, hacerlo con los segundos puede convertirse en un infierno. Todos hemos tenido uno o varios alumnos, cuando no grupos, que nos han superado y dificultado enormemente nuestra labor docente. En estos casos es fácil caer en el prejuicio y la etiqueta. Responsabilizar al alumnado de aquello que no funciona siempre es más sencillo que preguntarse qué parte de responsabilidad tiene uno, qué estrategias y recursos se están aplicando, qué esfuerzos se han realizado por conocer y comprender al otro. Una autoevaluación rigurosa y objetiva puede proporcionarnos respuestas sorprendentes (y desagradables, por supuesto).

Aceptemos el reto, pues, y adentrémonos en el lado oscuro. Los "otros" nos ponen a prueba, pero el contacto con ellos puede mejorar nuestra labor docente. De hecho, quizá nuestra verdadera medida como profesores se corresponda con la capacidad que tengamos para comprender y empatizar con ese alumnado tan alejado de nosotros. Adaptarnos a perfiles diversos y evitar la uniformización, la rigidez y el aburrimento deben ser, entre otros, objetivos fundamentales para realizar este acercamiento al que, por otra parte, estamos obligados como docentes. Además, después de todo, Mordor tenía su punto, ¿o no?



14 comentarios :

  1. Muy de acuerdo. Buscar el acercamiento es muy factible y puede dar buenos resultados. Cuando los da, la satisfacción es enorme.

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  2. Al menos hay que "lucharlo"... ¡Gracias por comentar Unai! Un saludo!

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  3. Por supuesto!! Es fácil ser un buen profesor con el grupo de alumnos "estupendos". Es fácil segregar a los "molestos". Ahora, es díficil conseguir que los "tontos", o los "malos" aprendan, pero esa es la medida y la mayor satisfacción de un buen profesor.
    Enghorabuena por el post! :)

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    1. Gracias Beatriz! Es cierto, ¡ahí está el reto!
      ¡Un saludo!

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  4. Me gustó mucho la entrada, ramón. Sin duda, estamos obligados y "los otros", además de un reto, son una oportunidad para seguir aprendiendo.

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  5. ¡Totalmente de acuerdo Alberto! Es difícil pero necesario y, además, podemos aprender muchísimo...
    Saludos

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  6. Totalmente de acuerdo contigo, con las ovejas negras es donde verdaderamente está nuestra labor! Muy buena entrada, gracias por compartirla :)

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    1. ¡Gracias a ti por pasarte por aquí y comentar! ¡Un saludo Claudia! ¡Hablamos!

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  7. la tarea difícil es la mejor y trabajar con alumnos con conductas disruptivas nos fortalece como docentes porque aprendemos el lado débil de ellos y enseñamos el lado bueno que todos ellos tienen,así que es un reto yo te invito a que lo hagas enfrenta y vive esta realidad.
    Saludos desde Venezuela
    tierra Libre.

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    1. ¡En eso estamos Miguel!
      Un saludo y gracias por comentar

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  8. Lo que en un presente nos parece hacer un trabajo inútil, con ciertos alumnos más díscolos de lo que nos gustaría, en un futuro no muy lejano, va a aflorar, y aunque no sea con resultados espectaculares, puede que sea con un reconocimiento hacia quienes se ocuparon de ellos.

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  9. Muy de acuerdo Rosario! Debemos ser capaces de mirar mas allá de los resultados académicos... Gracias por pasarte por aquí y comentar! Hablamos!

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    1. Es fácil compenetrarse con ese tipo de "estudiantes", basta acercarse afectivamente a ellos y comprender sus afinidades, luego responsabilizarlos de un grupo de estudiantes como si fueran de confianza y complacerse observando cómo cambian mediante el trabajo.

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    2. Cierto Bety! Es muy gratificante y creo que hay que hacer el esfuerzo y trabajarlo duro. Un saludo! ;-)

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