jueves, 17 de diciembre de 2015

Hay plan en Ibiza

El pasado martes tuve ocasión de presentar nuestro modelo de escuela a los compañeros del CEPA Pitiüses de Ibiza. La jornada se enmarcó dentro de un plan de formación establecido por el propio centro y el CEP de Ibiza para definir su proyecto educativo y los objetivos que deben guiar su práctica y gestión durante los próximos años. No hace falta decir que fue todo un honor que pensaran en el CFA Dolors Paul como experiencia de interés para abordar este trabajazo que tienen por delante. De hecho, nosotros este año estamos aplicando el plan estratégico que elaboramos a lo largo del curso pasado, así que nuestra experiencia -a pesar de nuestros muchos errores de principiantes- podía resultar, en este sentido, muy interesante para el CEPA Pitiüses.

Así pues, presentamos por un lado los aspectos más destacables de nuestro centro y, sobre todo, incidimos en el proceso de definición de nuestros objetivos estratégicos y de las estrategias y principales actividades planificadas para el presente curso escolar. No obstante, como siempre, lo más interesante de este tipo de encuentros surge del diálogo con el resto de compañeros, de las discrepancias y de los acuerdos que se producen, del contraste entre diferentes puntos de vista. En mi opinión, algunos de los aspectos e ideas más destacados de la jornada serían los siguientes (perdón por el desorden y los descuidos):
  • Es importante, en primer lugar, definir claramente nuestro planteamiento institucional. Es decir, responder a toda una serie de preguntas relacionadas con nuestra actividad como centro educativo: para quién trabajamos, en qué nos diferenciamos, cómo queremos ser en el futuro... Se trata de poner en común las visiones del centro y del entorno que tienen todos los miembros del equipo. En este sentido, puede llegar a sorprendernos lo variados y distintos que pueden ser los puntos de vista de un mismo equipo. Conocerlos y valorarlos por igual sólo puede contribuir a enriquecer el proyecto.
  • Hay que analizar bien nuestro contexto para detectar nuestras prioridades y necesidades, así como los recursos de los que disponemos. A partir de aquí podremos definir nuestros objetivos estratégicos.
  • Cabe hacer un esfuerzo por implicar al conjunto del equipo, cada uno en la medida de sus posibilidades. Cuanta más gente se implique en la elaboración del plan estratégico mejores, sin duda, van a ser los resultados. Un proyecto elaborado desde dirección sin el apoyo del equipo docente tiene muy pocas posibilidades de tirar hacia delante. De igual modo, un proyecto surgido del claustro sin el apoyo del equipo directivo no lo tiene demasiado mejor.
  • Hay que huir de la burocracia. Si la elaboración de un proyecto educativo cae en brazos del "burocratismo administrativo" estamos perdidos. A lo máximo que podremos aspirar es a que el documento final calce cualquier mesa coja que haya por el centro. Se trata, en mi opinión, de elaborar documentos prácticos, útiles, que sean fuentes de consulta a lo largo del curso. Mi teoría es que un documento de centro que no se consulta con frecuencia no sirve absolutamente para nada.
  • Deberíamos hacer un esfuerzo por concretar la teoría (las palabras bonitas) en actuaciones prácticas. Decir que somos un centro progresista y vinculado al entorno está muy bien, pero lo que hay que hacer es explicitar qué vamos a hacer para demostrarlo en nuestro día a día.
  • Hay que establecer indicadores que nos permitan medir nuestro trabajo y responsables de su ejecución. Durante la jornada comentábamos casos de proyectos y/o actividades bien planificados e interesantes que habían desaparecido (sic) por no tener asignados personas responsables que los ejecutaran.
  • Es igual de importante ser ambicioso que realista, quizá mejor lo segundo. Saber exactamente dónde estamos y qué podemos afrontar nos da un punto de realidad que nos va a ser muy útil en nuestra planificación.
  • Debemos hacer un esfuerzo por trabajar con el entorno. Los centros educativos somos parte importante de la comunidad y es clave que estemos abiertos a sus demandas y a los recursos que ésta nos ofrece. 
  • Hay que ser flexible en el proceso de trabajo. Nuestro día a día está lleno de imprevistos que pueden hacer saltar por los aires nuestros planes. Planificar con flexibilidad nos permitirá adaptarnos a los imprevistos y no frustrarnos cuando se produzcan retrasos que, sí o sí, van a terminar apareciendo. 
  • Y, quizá lo más importante, hay que ponerle mucha ilusión y ganas. En los centros de adultos (y en cualquier otra etapa educativa) tenemos un fantástico y motivador trabajo por delante. Pongámosle ilusión y ganas y los resultados van a ser, sin duda, mucho mejores.
De ilusión y ganas, precisamente, van sobrados muchos compañeros del CEPA Pitiüses. Ilusión, ganas y una amplia experiencia y profesionalidad que seguro que van  a permitir que superen el contexto complicado que tienen delante y que acaben desarrollando y aplicando las muchísimas ideas y propuestas que tienen en mente. ¡Y entonces les invitaremos a que vengan a contárnoslo!

PD: Muchas gracias a Anna Tur por pensar en el CFA Dolors Paul para esta jornada de trabajo, a Iñaki Monge por la confianza y a Max Alcañiz por ejercer de perfectísimo y pacientísimo anfitrión y por cometer el error de invitarnos de vuelta a la isla. ¡Somos muy gorrones, así que te tomaremos la palabra! ¡Besos y abrazos por triplicado!


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