lunes, 31 de marzo de 2014

El profesor-plasma

A primera vista podría parecer que el profesor-plasma es una especie en peligro de extinción. En la era de la revolución tecnólogica, de la interactividad, se supone que perfiles de profesores resguardados detrás del currículum, partidarios de evaluaciones memorísticas clásicas y alérgicos a la Pregunta (así, en mayúscula) serían cosa del pasado. Nada más lejos de la realidad. Cobijado en su cueva, el profesor-plasma disfruta de buena salud y amenaza con perdurar en nuestras aulas por los siglos de los siglos. De hecho, el profesor-plasma tiene una edad indeterminada. A veces es muy mayor; otras muy, muy joven. Así pues, el "plasmatismo" nada tiene que ver con la edad. Hay profesores jóvenes tremendamente "plasmáticos" y otros mayores que no lo son en absoluto. Y a la inversa. Entonces, ¿cómo identificar al profesor-plasma?, ¿cuáles son sus rasgos principales?

El profesor-plasma, al más puro estilo del presidente del gobierno, esquiva la pregunta siempre que sea posible. Suele disponer de un guión al que se aferra con fiereza para defender su método y manera de trabajar. La pregunta y el debate pueden distorsionar la planificación, así que mejor evitarlos. Por otro lado, el profesor-plasma es un fervoroso defensor del libro de texto, al cual adapta sus programaciones con el rigor del fanático. ¿Qué es eso de trabajar por proyectos?, ¿Transversaliqué...?

No obstante, quizá la principal característica del profesor-plasma sea que opera en soledad. No gusta de codearse con sus iguales, ya que estos le pueden intoxicar con sus novedosos y revolucionarios planteamientos. Así pues, el profesor-plasma evita compartir métodos y recursos con el resto del profesorado. Cuando detecta un corrillo donde puede estar produciéndose un intercambio de información lo esquiva con agilidad felina y huye presto a su cálido y reconfortante plasma. Es, en definitiva, un lobo solitario que evita el contacto con el resto del claustro.

Por otra parte, el profesor-plasma hizo su última formación en una era geológica pasada. Como puede deducirse, claro, no muestra un excesivo interés por el reciclaje y la formación académica. No es su culpa. El profesor-plasma acostumbra a ser una persona ocupada y, además, todo el mundo sabe que la mayoría de cursillos y formaciones no sirven absolutamente para nada. Si a su apretada agenda le sumas que a estos cursos suelen ir otros profesores donde hablan de nuevas propuestas y metodologías, la conclusión parece evidente: no le verás el pelo en ninguna formación dirigida al colectivo docente.

Por último, el profesor-plasma no lo sabe, pero el futuro que le espera no es nada prometedor... Más tarde o más temprano se verá arrinconado en los claustros por nuevas especies docentes con innovadores planteamientos basados en el esfuerzo colaborativo y en la flexibilidad. Nuevas vías de trabajo que demandarán que el profesor-plasma se implique, recicle y adapte para no quedarse atrás. Porque incluso el plasma es cosa del pasado... ¿Os suena el LED?   


jueves, 27 de marzo de 2014

Ovejas negras, el lado oscuro del alumnado

Hay alumnos y alumnos, claro. Los hay que te ganan desde el primer día. Atentos, trabajadores, capaces y responsables, muestran además un increible interés por tu asignatura. Entregan los trabajos impecablemente y en el plazo establecido. Levantan la mano para pedir la palabra y llegan puntuales. Respetan a sus compañeros y siempre están dispuestos a echar una mano. Son prudentes, educados y, por supuesto, el móvil que te interrumpe en mitad de tu brillante explicación nunca es el suyo. Puedes charlar con ellos de cine y literatura y percibes su complicidad y regocijo con tus críticas a la telebasura. En fin, un lujazo. 

Luego están los otros, las ovejas negras.

Los otros te sacan de quicio. Se mueven. Hablan e interrumpen constantemente. Con suerte tienen talento para el dibujo (o al menos creen tenerlo)  y se pasan la clase entera haciendo grafitis en el cuaderno o dibujando mandalas. Viven enganchados a sus teléfonos móviles y, por supuesto, no te entregan ninguna tarea. No muestran interés por nada. Visten desaliñados y su lenguaje es soez y faltón. Sus conversaciones se limitan al fútbol y al reality de turno que esté copando las audiencias del momento. No respetan a sus compañeros y viven instalados en la queja perpetua del "¿y esto para qué sirve?". En fin, un drama.

En líneas generales (y exageraciones al margen), creo que muchos profesores podríamos ubicar a gran parte de nuestro alumnado en cualquiera de los arquetipos descritos más arriba. Trabajar con los primeros es una bendición, hacerlo con los segundos puede convertirse en un infierno. Todos hemos tenido uno o varios alumnos, cuando no grupos, que nos han superado y dificultado enormemente nuestra labor docente. En estos casos es fácil caer en el prejuicio y la etiqueta. Responsabilizar al alumnado de aquello que no funciona siempre es más sencillo que preguntarse qué parte de responsabilidad tiene uno, qué estrategias y recursos se están aplicando, qué esfuerzos se han realizado por conocer y comprender al otro. Una autoevaluación rigurosa y objetiva puede proporcionarnos respuestas sorprendentes (y desagradables, por supuesto).

Aceptemos el reto, pues, y adentrémonos en el lado oscuro. Los "otros" nos ponen a prueba, pero el contacto con ellos puede mejorar nuestra labor docente. De hecho, quizá nuestra verdadera medida como profesores se corresponda con la capacidad que tengamos para comprender y empatizar con ese alumnado tan alejado de nosotros. Adaptarnos a perfiles diversos y evitar la uniformización, la rigidez y el aburrimento deben ser, entre otros, objetivos fundamentales para realizar este acercamiento al que, por otra parte, estamos obligados como docentes. Además, después de todo, Mordor tenía su punto, ¿o no?



martes, 25 de marzo de 2014

Los tejados de los centros de adultos

Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Estar la pelota en el tejado. fr. coloquial. Ser todavía dudoso el éxito de un negocio cualquiera.

Pues eso. Sin pretender ser alarmista, uno tiene la sensación de que determinadas tendencias que estan desarrollándose en los centros de adultos tienen, siendo generosos, dudosas probabilidades de éxito. Es cierto que existen datos para el optimismo (el incremento del número de jóvenes matriculados sería, sin duda, uno de los principales), pero no lo es menos que también existen toda una serie de situaciones que habría que afrontar urgentemente para afrontar el futuro con ciertas garantías de éxito. Son "pelotas" que las administraciones y el sistema educativo chutan, cual tuercebotas balompédicos, a los tejados de los centros de adultos, eso sí, sin dotarlos de los recursos necesarios para devolverlas a la cancha en condiciones óptimas.

Quizá la "pelota" más evidente esté relacionada, paradójicamente, con el incremento del alumnado joven señalado anteriormente. Se ha hablado mucho sobre el elevado porcentaje de fracaso escolar en nuestro país. Este abandono prematuro, sumado a las dificultades para encontrar trabajo, provoca que muchos de estos alumnos decidan reemprender sus estudios en las escuelas de adultos. Hasta aquí perfecto. Genial, de hecho. Para eso estamos. No obstante, es muy habitual recibir en nuestros centros a alumnos con, cuando menos, expedientes académicos raros, raros (que diría aquel). Promociones in eternum hasta cumplir los 16 años (con la consecuente expulsión del sistema educativo), adaptaciones incomprensibles, ámbitos curriculares aprobados "por la gracia de dios" viendo las pruebas de evaluación inicial, alumnado procedente de PCPI con módulos pendientes del segundo nivel (¡!) de GES....

Teniendo en cuenta las elevadas tasas de paro juvenil (55% en el cuarto trimestre de 2013), parece evidente que uno de los perfiles estratégicos de los centros de adultos radica en estos chicos y chicas que pretenden obtener el graduado en educación secundaria o preparar las pruebas de acceso a ciclos formativos. Pues bien, ¿cómo detectar aquellos casos de necesidades educativas especiales sin los recursos profesionales adecuados?, ¿cómo atender a grupos heterogéneos de hasta 35 alumnos con profesionales sin formación específica para perfiles de adultos?, ¿cómo adaptar las exigencias de un currículum totalmente alejado de las necesidades e intereses de perfiles tan específicos y concretos?, ¿cómo enfrentarse a todos estos retos con plantillas menguantes y jornadas crecientes?

Sabiendo que estas y otras problemáticas son comunes en centros de todas las etapas educativas, la especificidad de los retos que deben afrontar los centros de adultos hace necesario precisamente eso: medidas específicas con las que hacer frente a estas nuevas exigencias. Crear plantillas "completas" con los perfiles profesionales precisos para atender adecuadamente la variedad de situaciones presentes en los centros de adultos, flexibilizar y revisar los currículums para adecuarlos a las necesidades e intereses del alumnado y establecer planes de formación específicos para el profesorado pueden ser algunos ejes sobre los que trabajar.

En definitiva, se acepta el reto. Pero quizá  sería conveniente una revisión de las condiciones de trabajo para tratar de no reproducir en nuestras aulas los patrones y entornos de trabajo que llevaron al abandono escolar a muchos de nuestros alumnos. Lo contrario solo nos llevará al "parchismo", a la improvisación y, en consecuencia, a la frustración constante. En fin, hay más "pelotas", pero ya si eso otro día...


viernes, 21 de marzo de 2014

Brechas, salarios y ocupación: motivos para volver a las aulas

El otro día caía en mis manos (entiéndase mi lista de Twitter) una noticia de aquellas que usamos en los centros de adultos para tratar de motivar a nuestro alumnado. La noticia en cuestión, recogida en distintos medios de comunicación -entre ellos El País-, describe el crecimiento de la brecha salarial existente entre los colectivos más y menos formados de nuestro país desde el estallido de la crisis económica.

El estudio Impacto de la formación en las retribuciones, elaborado por La Salle y la consultora Grupo ICSA, muestra la creciente diferencia de sueldo entre los trabajadores con estudios universitarios y los que no los tienen. Mientras que en 2007 esta diferencia era del 49% (de 20.013 euros anuales a 25.678), en 2013 se sitúa en torno al 86% (de 29.773 a 43.761). Otro hecho destacable es la diferente tasa de ocupación de ambos colectivos. La tasa de paro entre los trabajadores sin formación alcanzaba en el último trimestre del año 2013 el 54%, frente a la media global del país, situada en el 26%. En cambio, la desocupación afecta al 4,2% de los doctorados y al 16% de los universitarios. Eso sí, mejor no preguntemos por las condiciones de trabajo de muchos de estos últimos...

Por otro lado, el Anuario 2013 publicado por la Fundació Jaume BofillL'estat de l'educació a Catalunya, muestra también mejores tasas de ocupación para los colectivos con mayor formación. No sólo eso, sino que parece que crece la conciencia entre la población joven de que abandonar los estudios para incorporarse a un trabajo es una mala idea. En 2012 un 21% de los jóvenes entre 16 y 29 años habían vuelto al sistema educativo después de haberlo abandonado durante el periodo 2008-2012. Quizá esta sea una de las tendencias más positivas del momento actual: el retorno (aunque "obligado" y parcial) a las aulas de muchos jóvenes que abandonaron sus estudios atraidos por trabajos de poca cualificación generados por el boom de la construcción.

Lamentablemente, hoy en día formarse no garantiza el acceso al mercado laboral. No obstante, en entornos de selección de personal cada vez más competitivos y esquivos parece evidente que a mayor formación no solo existen mayores probabilidades de tener un empleo sino también de que éste sea mejor remunerado. ¡Más motivos para animarse!

lunes, 17 de marzo de 2014

Paraula de consellera

El passat 5 de març al lloc web del Departament d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya es publicava una nota informativa en la qual la Sra. Irene Rigau, consellera d'Ensenyament, destacava la importància que la formació al llarg de la vida haurà de jugar en un futur per tal d'eradicar la figura del "ni-ni". Les declaracions es realitzaven en el marc de la compareixença a la comissió de Joventut del Parlament de Catalunya.

Les bones intencions que es desprenen de les declaracions de la consellera són molt positives. En l'actual conjuntura social i educativa, esdevé molt interessant posar-se les ulleres de l'optimisme i mirar cap al futur amb positivitat per tal d'afrontar els reptes que se'ns presenten. Ara bé, potser els professionals de l'àmbit demanem més concreció sobre les actuacions que es duran a terme per tal de reduir l'elevat índex d'abandonament escolar i per potenciar la formació permanent. Potser m'equivoco, però no tinc la sensació que la resta de la comunitat educativa sigui tan optimista com la Sra. Rigau. Sigui com sigui, l'esmentada nota informativa em genera tres preguntes concretes.

Com s'avançarà en la lluita per reduir l'abandonament escolar? Quines mesures concretes es prendran per tal d'afavorir un major assoliment de la formació bàsica, concretament del graduat en educació secundària? Es parla d'avenços en els últims anys i de la necessitat de perseverar en aquest treball sense detallar quines són les vies d'actuació. Un cop d'ull als pressupostos de 2014, la plantilla de mestres i professors anunciada per la consellera de cara al curs 2014-2015 o la imminent aplicació de la LOMCE són fets que no contribueixen pas a l'optimisme.

D'altra banda, quines mesures s'estan prenent per reduir l'elevat percentatge de joves a l'atur? El sector de la construcció, motor de l'ocupació al país durant els darrers anys, s'ha volatilitzat completament. Què estan fent les administracions per tal de crear nous àmbits d'ocupació?  Quins sectors professionals seran capaços d'absorbir a tots aquells "nous" graduats i professionals tècnics? Com es podrà conjugar formació i treball en un context d'increment de taxes acadèmiques i de dràstica reducció dels salaris?

I per últim, com a professional d'un centre d'adults, em pregunto quin paper s'ha reservat als CFA en aquest procés de potenciació de la formació permanent. Avui dia, els centres d'adults estan jugant un paper fonamental en el reciclatge i en el retrobament amb el sistema educatiu de molts joves sense el graduat escolar (de vegades amb plantilles molt ajustades i sense els recursos disponibles per atendre adequadament el seu alumnat). S'han analitzat adequadament les necessitats de les escoles d'adults per tal de fer front als nous reptes educatius dels propers anys?

En definitiva, preguntes que potser topen amb una autocomplaença excessiva. Confiem que aquest optimisme vagi acompanyat de tota una sèrie de mesures destinades a corregir aquests desequilibris. En això estan... Paraula de consellera.

viernes, 14 de marzo de 2014

Profesores, alumnos y viceversa

A menudo, los profesores de adultos somos considerados unos privilegiados por el hecho de trabajar con colectivos que han decidido voluntariamente retomar o complementar su formación.  "Qué suerte", "Y van porque ellos quieren, ¿no?", "Claro, ya son adultos..." son algunas de la frases con las que se nos despacha cuando conversamos con profesionales de otras etapas educativas -especialmente de secundaria, por supuesto. 

Bien, es el momento de aclararlo: ¡no es exactamente así! Los perfiles del alumnado de los centros de adultos están cambiando radicalmente en los últimos años. Los elevados índices de fracaso escolar y abandono temprano del sistema educativo, sumados a la terrible situación laboral del país, han canalizado hacia los centros de adultos a perfiles que, desde una óptica tradicional, no identificaríamos con el prototipo clásico (e idílico, por cierto) de alumnado adulto concienciado de la importancia de su formación y comprometido con su plan de estudios.

Pero éste, seguro, será el tema de algún post futuro. Hoy la idea es reflexionar sobre las bases que deberían presidir la relación entre el profesorado y el alumno adulto. Desde mi punto de vista, existen tres principios clave que los formadores de adultos deben tener bien presente en la facilitación de los procesos de aprendizaje: participación, flexibilidad y horizontalidad.

Mal haríamos los docentes de adultos tomando al alumnado como mero receptor de contenidos e información. De hecho, creo que esto debería evitarse en todas las etapas educativas. Establecer modelos de aprendizaje participativos y dinámicos debería ser una prioridad, especialmente trabajando con personas adultas a las que se les supone experiencia en distintos ámbitos profesionales, vitales y personales. Aprovechar esta múltiple y variada experiencia para vehicular y facilitar el aprendizaje puede resultar muy interesante en la dinamización del trabajo en el aula.

Los estudiantes adultos tienen (tenemos) vida más allá de las aulas: trabajos o ausencia de ellos; padres e hijos a los que atender; enfermedades e imprevistos. Así pues, los enfoques metodológicos que implementemos deberían estar presididos por la flexibilidad. Esto permitirá ajustar el plan de estudios a situaciones cambiantes y adaptar los tiempos de aprendizaje, no sólo a la realidad inmediata del alumno y a los imprevistos que en ella puedan surgir, sino también a sus diversas habilidades y capacidades.

Otro aspecto clave radica en la posibilidad de establecer metodologías de trabajo horizontal que permitan que estudiantes y formadores trabajen colaborativamente en el desarrollo de proyectos. Bajar de la tarima, mezclarse con los estudiantes y aprovechar su experiencia e intereses no solo puede permitir mejorar la práctica docente, sino que nos puede enriquecer enormemente como profesionales de la educación. Además, seguramente en nuestras aulas encontramos auténticos profesionales de distintos ámbitos que, en determinados contextos, pueden ejercer un rol de liderazgo alejado del modelo anacrónico de estudiante pasivo. 

En mi opinión, por aquí deben ir los tiros: participación, flexibilidad y horizontalidad. Una "tríada educativa" que, bien pensado y con algunos matices, podría aplicarse en todos los niveles educativos. Qué bien suena la teoría, ¿cierto?

Seguimos...

domingo, 9 de marzo de 2014

¿(Hiper)documentados?

El proyecto educativo, el programa curricular y el proyecto lingüístico, todos ellos de centro. La programación general y la memoria, éstas anuales. Los informes de evaluación y las actas de asignatura, grupo y ámbitos. Los listados de asistencia y la agenda de tutoría, con sus correspondientes calendarios e informes de seguimiento, a los que se suma la memoria final. El reglamento de régimen interno (de evidentes connotaciones carcelarias), ahora transformado en normativa de funcionamiento. Los datos de inspección (del primer, segundo y tercer trimestres, por supuesto). Los boletines de calificaciones y los informes de incidencias. Más informes, esta vez de matrículas, también cada trimestre. Expedientes e historiales académicos del alumnado, con documentos nacionales de identidad, fotografías, libros de escolaridad y documentos varios. Formularios de solicitud de títulos y libros de registro de los mismos. Si eres director, pues eso, el programa de dirección. Documentación del personal: justificantes, instancias de solicitud de permisos e incidencias varias (infinitas, de hecho). Actas de claustro, comisiones y equipos de trabajo. Más justificantes, esta vez de alumnos (algunos inverosímiles). El plan de formación del profesorado. Unidades y guiones didácticos. Protocolos de seguridad y de prevención de riesgos. Procedimientos de evaluación interna y protocolos de revisión del proyecto educativo, del programa curricular y, cómo no, también de proyecto lingüístico. El plan de entorno y el de convivencia, con sus calendarios y proyectos específicos. El plan de acción tutorial (y sus actas, informes y documentos derivados). El plan de autonomia de centro (y, perdón por la insistencia, sus actas, informes y documentos derivados). La previsión de alumnos del año que viene, en excel, word y pdf. Presupuestos: el menguado en vigor y el menguante del año que viene. El plan de orientación y la documentación correspondiente: guía, agenda, informes y recursos. El Consejo escolar: cartas de convocatoria, actas de reunión, informes específicos y documentos de modificación de miembros. La estadística de centro: aceptación de la oferta, asistencia, absentismo y resultados... Lo dejo aquí, que tengo que preparar unas clases... Solo una cosa más, ¿#estamoslocosoqué?


jueves, 6 de marzo de 2014

Tendències actuals en l'educació als centres d'adults: oportunitats perdudes?

Arran l'esclat de la crisi econòmica l'any 2008, Catalunya (com la resta del territori espanyol) està vivint una situació econòmica i social molt complicada. Amb un increment del nombre d'aturats de més de mig milió de persones en només 5 anys, a finals de desembre passat 859.000 persones es trobaven en situació d'atur, un total del 23,4% de la població activa catalana. 

Què ha passat als centres d'adults des de l'inici de la crisi? En un context econòmic i social tan canviant, sembla evident que amplis sectors de la població es veuen obligats a repensar el seu itinerari professional per tal de millorar les seves opcions d'ocupabilitat. Es podria pensar, doncs, que el rol dels centres d'adults hauria d'esdevenir fonamental en aquest procés de reclicatge i de complementació de l'experiència i la formació acadèmica de tota aquesta població aturada. Ha estat realment així?

L'estudi de les sèries estadístiques publicades per la Generalitat de Catalunya en relació a la formació de persones adultes no permet afirmar tal fet. Tot i l'aparició de 19 nous centres de formació d'adults en els darrers cinc anys, l'increment d'estudiants no és, ni de bon tros, tan rellevant. L'any 2008, un total de 69.410 persones cursaven estudis als centres d'adults catalans en les seves diferents modalitats. Cinc anys després, l'any 2013, eren 73.366 els estudiants matriculats, un increment de només 4.000 persones. En un període de temps en el qual es destrueixen més de mig milió de llocs de treball, no sembla un augment gens significatiu. En aquesta mateixa línia, tampoc es produeix un creixement rellevant del nombre de mestres i professors d'adults, el qual creix dels 1.614 durant el curs 2008-2009 fins als 1.655 del curs passat.

Les propostes formatives que han viscut un creixement més important són les adreçades a la preparació de les proves d'accés a cicles formatius, amb un augment de pràcticament 5.000 nous alumnes. Per la seva banda, el curs de graduat en educació secundària obligatòria presenta també un increment de matrícules des de les 7.310 realitzades l'any 2008 fins les 10.391 corresponents al curs 2012-2013. Altres formacions que han vist créixer les matriculacions han estat les llengües estrangeres i els cursos d'informàtica. Per contra, la formació instrumental (adreçada a l'alfabetització i l'adquisició de competències bàsiques) ha reduït el seu alumnat en poc més de mil matrícules, segurament a causa del canvi en les tendències migratòries. Saldo final del quinquenni: amb prou feines s'ha produït un increment total de 4.000 alumnes.

Sobta aquest reduït increment del nombre de matrícules, especialment en un context social i econòmic on la formació i el reciclatge acadèmic esdevenen tan necessaris. És cert que existeixen altres vies de formació alternatives a les desenvolupades des dels centres d'adults.  Tot i així, resulta sorprenent que espais creats ex-professo per a la formació de persones adultes no juguin un paper més estructural en el procés de regeneració acadèmica i formativa de tota aquesta població expulsada del mercat del treball. Aquest fet posa de manifest la inexistència de models alternatius impulsats des de les administracións (autonòmiques i estatals) per tal de generar noves iniciatives econòmiques i formatives.

Potser s'està perdent una oportunitat magnífica d'aprofitar el potencial acadèmic i regenerador dels centres d'adults. Potser les autoritats haurien de potenciar l'educació permanent reforçant les escoles d'adults com espais de reciclatge acadèmic generadors de noves oportunitats professionals. Però potser, també, els centres d'adults podrien dur a terme mesures destinades a apropar la seva oferta a les necessitats del mercat laboral i de potenciar l'adquisició de competències professionals que permetin millorar les opcions d'ocupabilitat del seu alumnat. Reptes, en definitiva, que fan dels propers anys un moment clau en la història d'aquests espais educatius.



domingo, 2 de marzo de 2014

"Pipas" y la vuelta a las aulas

Lo sé, llego tarde. Todo el mundo lo ha visto ya. Aún así, llevaba unos cuantos días queriendo hacer una entrada sobre el cortometraje "Pipas", galardonado con los premios a mejor guión y mejor dirección en la 11ª edición del NOTODOFILMFEST. En poco más de tres minutos y bajo la apariencia de una simple conversación entre amigas, el genial corto dirigido por Manuela Moreno muestra a la perfección uno de los principales problemas de nuestro sistema educativo: el fracaso escolar y la dificultad de un elevado número de alumn@s para adquirir las competencias básicas que, sin duda, van a necesitar para desenvolverse en el mundo adulto.

Con unos datos de abandono escolar temprano del 24,9% (MECD), solo por delante de Malta, Portugal e Italia, España se sitúa en la cola de Europa doblando la media de la UE en este aspecto. Sin pretender analizar aquí los porqués de este dudoso récord, la cruda realidad es que veinticinco de cada cien alumnos abandonan (o, en muchos casos, son expulsados) por un sistema educativo que de una forma u otra les impide la obtención de una formación básica que les permita enfrentarse con ciertas garantías de éxito al mundo adulto.

Una parte importante de este alumnado (casi 78.000 solo en Cataluña durante el curso 2012-2013) vuelve al sistema educativo mediante los centros de adultos, donde se trabaja a marchas forzadas para hacer frente a los requerimientos y necesidades de este y otros colectivos que, por motivos varios, no pudieron finalizar sus estudios básicos. Se trata de un trabajo enormemente gratificante aunque a veces muy frustrante debido, entre otras cosas, a las exigencias de un currículo que quizá olvida (y esto creo que es común en el resto de etapas educativas) las verdaderas necesidades del alumnado adulto.

Sin desmerecer el papelón que hacen Marta Martín y Saida Benzal (que lo bordan), yo quisiera destacar a quien, desde mi posición de profe de adultos, es el auténtico "figura" de la historia: el novio de Marta. Aun teniendo que compaginar los estudios de graduado en ESO con su trabajo en la panadería, lo hace de buena gana y con la ilusión de progresar y aprender cada día cosas nuevas. Sin duda, un gran ejemplo de superación y de crecimiento personal que, por suerte, nos encontramos a menudo en nuestros centros. Alumn@s que vienen o van directamentente al trabajo desde clase, o que nos piden salir unos minutos antes para recoger a los críos del colegio y que, con su ejemplo constante, nos recuerdan lo difícil y complicado que es el día a día del estudiante adulto.

En fin, si ya lo has visto, seguro que te apetece volver a verlo... Si no, aquí va... 

PD.: Por cierto, más cortos de Manuela Moreno en su página web  
 

viernes, 28 de febrero de 2014

Del forzoso "amateurismo orientativo"...

El otro día, Claudio Castilla (Orientaguía) nos planteaba la idea de escribir un post sobre orientación. De hecho, un análisis de la selección de citas que ha recopilado en la última entrada de su blog (#frasesparaorientar) ya daría para varias decenas. Como uno no tiene ni el tiempo ni, sobretodo, la capacidad de abordar semejante trabajo, en este post solo quiero plantear una cuestión bastante sencilla pero que también tiene su miga: ¿quién orienta al orientador "amateur"?

Normalmente, los perfiles profesionales vinculados a la orientación son licenciados en Psicología, Pedagogía o Trabajo Social. No obstante, independientemente de la titulación requerida, estamos hablando de profesionales que deben estar preparados para valorar las habilidades, aspiraciones, preferencias y necesidades de los estudiantes, así como todos aquellos elementos que pueden afectar a su toma de decisiones. Así pues, los orientadores educativos no solo deben facilitar "información", sino que deben contribuir también a la formación de la personalidad del estudiante y a facilitar su integración en la sociedad. Todo esto, por cierto, sin olvidar la necesidad de estar siempre actualizado y de no perder de vista los intereses y motivaciones del estudiante. Es decir, un perfil importantísimo en el desarrollo académico y personal del alumnado y, por tanto, en el día a día de los centros educativos.

Lamentablemente, existen muchos centros de formación de adultos (y seguramente de otras etapas educativas) que carecen de la figura del orientador. Esto es especialmente frecuente en los centros de titularidad municipal, que dependen de ayuntamientos con presupuestos cada vez más exiguos y reducidos. ¿Cómo se organiza en estos centros la labor orientativa (tan importante, por cierto, en alumnado adulto)? Podríamos decir que se establece una especie de "amateurismo orientativo" a partir del cual cada equipo directivo busca hacerse con los recursos necesarios para afrontar las necesidades de su entorno. Con un poco de suerte, la plantilla contará con algún profesional con experiencia en el ámbito. En caso contrario, el trabajo en red con otros centros y/o profesionales, la realización de cursos de formación específica y la implicación de todos los profesionales del centro en la reflexión y el establecimiento de programas de orientación serios pueden permitir limitar el impacto de la ausencia de un orientador profesional que coordine el programa orientativo.

En cualquier caso, la reclamación a las instituciones es tan ridícula, por obvia, como evidente. Es necesario dotar a los centros de los recursos necesarios para el desarrollo de una labor orientativa eficaz, seria y profesional. Mientras tanto, solo nos queda aprovechar los recursos de nuestro entorno, buscar apoyo profesional ante las dudas que pudieran surgir durante la aplicación de nuestros programas de orientación y potenciar el trabajo en red para mejorar nuestra práctica orientativa. Y en esto último, proyectos como #frasesparaorientar, #tuitorienta, orientapas y tantos y tantos otros son un cable que agradecemos muchísimo.

Para acabar, qué mejor que una cita de las recopiladas durante este mes. Una de mis favoritas es "quien se atreva a enseñar, nunca debe dejar de aprender". Pues eso...

miércoles, 26 de febrero de 2014

La educación fake

El pasado domingo se armó la mundial con la emisión del especial de Salvados, "Operación Palace". El falso documental elucubraba sobre una supuesta conspiración de las principales fuerzas políticas en el golpe de estado del 23F con  el objetivo de consolidar la naciente y débil democracia española. A pesar de que algunas ideas eran sobradamente disparatadas (lo de Garci como director escénico del golpe es de traca), la factura impecable del documento llevó a algunos (muchos, de hecho) al engaño. El programa finalizaba con unos títulos de crédito en los que se explicaba que, obviamente, todo era un montaje y se denunciaba la dificultad de acceder a la documentación necesaria para esclarecer los entresijos de todo el tinglado.

Pues lo dicho, se armó bien gorda. En los tres días que han pasado desde entonces, unos y otros se tiran los trastos a la cabeza al respecto del documental fake. Los de un lado, porque con temas tan serios (¡!) no se puede hacer broma, porque se desprestigia (¡!) la labor de los medios de comunicación... Los del otro, por considerar que fue una brillante denuncia sobre la posible manipulación de los medios ante la opacidad informativa de las instituciones... En fin, quizá no haya para tanto. Personalmente no me pareció uno de los programas más brillantes de Évole (del que me declaro fan), pero tampoco creo que sobrepasara ninguna línea ética o moral.

En cualquier caso, pensando sobre la ocurrente idea del equipo de Salvados de usar un falso documental para llevar al público su mensaje, me hice la siguiente pregunta: ¿no estaremos inmersos en un sistema educativo fake?

Creo que si a gran parte de la comunidad educativa le preguntaran cuáles serían las principales características de "su" modelo educativo ideal, la mayoría de las respuestas hablarían de sistemas educativos flexibles, dinámicos, adaptados a las necesidades reales del alumnado -no solo a las academicistas. Pensarían en sistemas que atendieran la diversidad, basados en la integración y el respeto a la diferencia y dotados de los recursos necesarios. Modelos donde los profesionales recibieran una formación adecuada a las necesidades del desempleo de su oficio y disfrutaran de condiciones laborales que dotaran de estabilidad a las plantillas de los centros para poder implementar proyectos a medio y largo plazo. Seguramente vendrían a la mente escuelas donde las familias se implicaran y fueran parte activa en el desarrollo de las distintas actividades, donde se aprovecharan los recursos del entorno y se formara al alumnado en algo más que en contenidos.

Me temo que aún queda un buen trecho por andar hasta generalizar el modelo apuntado arriba. Quiero pensar que estamos transitando por un "modelo fake" de camino hacia una "educación real" que mejore las actuales condiciones de enseñanza y aprendizaje. Mientras tanto, propongo relativizar los debates secundarios y poner el foco en los temas verdaderamente importantes cosa que, por cierto, Salvados acostumbra a hacer una semana tras otra. Obviemos, pues, las proclamas de Tejero ("¡Quieto todo el mundo!") y pongámonos en marcha para empujar, cada uno desde la parte que nos toque, para contribuir al cambio.

viernes, 21 de febrero de 2014

7 consejos para preparar la vuelta a las aulas

Habitualmente en los centros de formación de adult@s recibimos a muchas personas que pretenden reanudar su formación. Los perfiles son múltiples y variados pero la gran mayoría destaca por no tener claros los pasos a seguir para reintegrarse en el sistema educativo. Títulos desaparecidos, convalidaciones de estudios, oferta formativa, horarios, precios... Aclarar todos estos aspectos resulta fundamental para que esta vuelta a las aulas sea exitosa. En base a nuestra experiencia, aquí van algunos consejos prácticos para facilitar todo el proceso.

¿Qué estudio? Es la gran pregunta durante el proceso de orientación. Muchas personas dudan entre distintos ciclos formativos, si prepararse para obtener el graduado en educación secundaria o para acceder a un ciclo de grado medio o superior... Mal haríamos en los centros de adultos en decir a unos y a otros qué estudios deben cursar. Sí recomendamos, en cambio, ser prácticos e intentar vías de estudio que resulten atractivas y viables para la persona interesada, aunque tal y como está el mercado laboral...
 
¿Tienes toda la información? Antes de decidirse por una u otra opción es imprescindible conocer detalladamente los programas de estudio, la localización de los centros, las vías de acceso, horarios, precios... Es decir, toda aquella información práctica que va a condicionar nuestro día a día durantes los próximos meses, incluso años. Los departamentos de educación de cada comunidad autónoma suelen facilitar detallada información al respecto. Como a veces esta información puede ser difícil de digerir, recomendamos pedir cita en un centro de adultos para resolver aquellas dudas que puedan surgir.

¿Has pensado en tus horarios? Es importante planificarse para poder afrontar el reto de la vuelta a las aulas con garantías de éxito. Elaborar un sencillo calendario de tareas puede ser muy útil para planificarnos. Normalmente, los estudiantes adultos deben compaginar sus estudios con infinidad de actividades: obligaciones familiares, trabajo, hobbies... Organizarnos bien, especialmente si venimos de largos períodos de inactividad académica, es imprescindible ya que nos proporcionará seguridad y confianza, además de contribuir a la mejora del proceso de aprendizaje.

¿Eres realista en tu elección? Otro aspecto importantísimo es conocer tu punto de partida. Al asesor económico del expresidente Zapatero le pillaron en una conversación off the record asegurándole que le enseñaría todo lo que necesitaba saber de economía "en dos tardes". Viendo los resultados la conclusión es clara: debieron emplearse más a fondo. Quiero decir que quizá debemos suavizar los excesos de ambición y decidirnos por propuestas que actualicen nuestro bagaje académico para después poder hacer frente a otros retos con mayores probabilidades de éxito. Lo contrario puede generarnos desmotivación y frustración.  La prisa, normalmente, es mala compañera de estudios.

¿Eres excesivamente pesimista? Un gran número de personas vuelve a las aulas con muchas inseguridades. Es normal. A menudo muchos de nuestros estudiantes retoman sus estudios después de años, décadas incluso, alejados de las aulas. La confianza se adquiere con la práctica y, en este sentido, el apoyo y acompañamiento de los profesores y tutores debe permitir que aquellos alumnos que se sienten abrumados en el inicio de curso adquieran esa seguridad que les falta en un principio.

¿Tienes un plan B? ERES y despidos de diversa índole, nuevos trabajos, cambios de domicilio, necesidades económicas apremiantes, enfermedades de larga duración, obligaciones familiares... La vida del estudiante adulto es, en los tiempos que corren, más mutante que nunca. Puede ser interesante, pues, tener un plan B que flexibilice nuestro plan de estudios y nos permita continuarlos en caso de cambios importantes en nuestro día a día. La formación semipresencial y/o a distancia o la preparación libre de pruebas oficiales pueden ser alternativas a la formación presencial.

¿Piensas más allá del título? Con la que está cayendo, la simple posesión de un título académico no asegura un ingreso inmediato al mundo laboral. Así pues, pensar más allá de la certificación académica puede mejorar nuestras opciones de ocupabilidad. En este sentido, formaciones dirigidas a la mejora de las competencias profesionales, además de los idiomas y del conocimiento de las nuevas tecnologías, permitirán complementar nuestra formación y estar mejor posicionados para las ofertas que puedan venir.

Estos son solo algunos consejos para facilitar el regreso a los estudios. Quizá falta el principal: ¡ÁNIMO! Aunque la situación es difícil, nuestra experiencia en los centros de adultos nos asegura que un montón de posibilidades se abren detrás de cada vuelta a las aulas.¿Preparado?


domingo, 16 de febrero de 2014

¿Cuántos talentos (docentes) ha matado la escuela?

A raíz de la lectura del genial post de Salvador Rodríguez, ¿Cuántos talentos hemos matado en la escuela?, me vinieron a la mente numerosos compañeros de estudios con fantásticas habilidades físicas, artísticas e intelectuales que, por diversos motivos, no lograron integrarse exitosamente en el sistema educativo. Seguramente se trataba de alumnos que pedían enfoques didácticos alternativos y/o complementarios que muchos de nuestros docentes no supieron o no pudieron facilitarnos.

Después, con el modo docente on, intenté ponerme en la piel de aquellos alumnos que han pasado por mis aulas tratando de recordar cuántos de ellos no fueron debidamente atendidos en su singularidad; cuyos talentos no fueron potenciados e incluso quizá sepultados por planteamientos estúpidos ligados, como señala Salvador, "a currículos obsoletos y carentes de sentido". ¡Horror!, me salieron unos cuantos...

Pero, dándole una vuelta de tuerca al planteamiento, podríamos preguntarnos también cuántos talentos docentes ha frustrado un sistema educativo injusto, ilógico y desfasado. ¿Cuántos profesores talentosos y creativos se han dado de bruces con claustros inmovilizados por la inercia?, ¿cuántos equipos directivos dinámicos y creativos se han topado con plantillas "itinerantes" donde el grueso del cuerpo de docentes cambia totalmente de un año para otro?, ¿cuántos proyectos didácticos innovadores y creativos se han visto reducidos a lo que yo llamo "los minutos de la basura", debiendo dedicar horas y horas a tareas puramente administrativas de dudoso valor pedagógico?, ¿cuántos de estos "profesores itinerantes" pueden llegar a implicarse con un sistema que precariza totalmente su profesión?

No pretendo caer en la crítica fácil al sistema porque, por otro lado, ha permitido el desarrollo de infinidad de proyectos didácticos creativos e innovadores. Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de ello. No obstante, creo que una estructura profesional que no premia e incentiva la innovación y la creatividad difícilmente generará profesionales que incorporen ambos conceptos a sus planteamientos pedagógicos. ¿Cuántos talentos (docentes) ha matado la escuela? Me temo que, también, unos cuantos.


miércoles, 12 de febrero de 2014

5 propostes per apropar els centres de formació d'adults (CFA) al mercat de treball

Després de llegir l'article de Josep M. Vilalta, Formació i mercat de treball: anem pel bon camí? al Diari de l'educació, em vaig plantejar, com a treballador d'un CFA, quines possibilitats tenim des dels centres d'adults de potenciar la relació entre la nostra activitat i les necessitats del mercat laboral.

Des dels centres d'adults no hem de perdre de vista que gran part de l'alumnat de les nostres escoles ha decidit reprendre o complementar la seva formació per tal de millorar les seves opcions d'ocupabilitat. Així doncs, no té sentit oferir una formació plana simplement orientada a l'obtenció de títols acadèmics sinó que cal fer un esforç per, sense renunciar ni perdre de vista la necessitat de qualificació dels nostres usuaris, intentar vincular aquesta formació a les necessitats pràctiques i canviants del món del treball.

Quines possibilitats tenim de treballar en aquesta línia? Algunes propostes podrien ser:

  • Potenciar l'orientació i convertir els centres d'adults en espais centrals d'assessorament mitjançant la creació i consolidació de serveis d'orientació flexibles i adaptats a les necessitats de l'entorn social i econòmic.
  • Potenciar la formació en emprenedoria com a eina adreçada al foment de l'ocupació i, per tant, de millora de les possibilitats d'ocupabilitat dels usuaris. Tal i com assenyala Jordi Naval (veure Per què no funciona l'emprenedoria a l'escola?) existeixen tota una sèrie de dèficits importants en la relació escola-emprenedoria i, en aquest sentit, l'educació de persones adultes no és una excepció.
  • Incidir en la formació en competències i, especialment, reforçar el desenvolupament de competències professionals de manera transversal al conjunt de formacions desplegades als nostres centres.
  • Adaptar l'oferta formativa a les necessitats de l'entorn oferint programes flexibles que atenguin les demandes de les persones usuàries dels centres d'adults. Això implicarà analitzar mitjançant indicadors fiables el grau d'acceptació de l'oferta presentada i la conveniència, o no, de la seva modificació.
  • I, per últim, treballar per establir sinèrgies entre els centres educatius, les empreses, les administracions i, en definitiva, el conjunts d'agents implicats en els marcs educatiu i laboral. Segurament un dels eixos de la nostra activitat hauria de ser intentar apropar-nos al món laboral mitjançant la realització de pràctiques/estades en empreses, l'establiment de convenis de col·laboració entre el món de l'empresa i els centres, etc. És a dir, dur a terme tot un conjunt d'actuacions destinades a trencar el mur que de vegades ens aïlla del món de l'ocupació. 
Reflexionar entorn aquests punts i tenir-los ben presents en les nostres planificacions com a escola pot permetre'ns no perdre de vista la necessitat de reforçar els vincles dels centres de formació d'adults amb el món laboral.

domingo, 9 de febrero de 2014

Cruyff y el entorno (escolar)

Haced la prueba. Id al buscador de google y teclead las palabras Cruyff  y entorno. Rápidamente os encontraréis con más de 70.000 entradas, muchas de las cuales relacionan al exentrenador del Barça con el concepto que él mismo popularizó en la década de los noventa.

Sin lugar a dudas, el entorno fue uno de los mayores y más temidos enemigos para el astro holandés. Todo aquel que estuviera más allá del vestuario era un enemigo en potencia. Periodistas, directivos, oposición e incluso algunos grupos de aficionados podían convertirse, según Cruyff, en adversarios tan o más peligrosos si cabe que los jugadores y entrenadores de los equipos rivales. La consigna era, pues, blindarse del entorno, protegerse de él para mantener la fortaleza del grupo. Quizá este punto de vista tan negativo sobre el entorno tuviera algo que ver en el abrupto final de la, por otra parte, exitosa carrera del legendario holandés en Can Barça.

Pero, ¿qué es el entorno? La RAE lo define literalmente como "ambiente, lo que rodea", es decir la suma de todos aquellos agentes y actividades que se desarrolla alrededor de un espacio o institución concreto. La actividad que se establece en el entorno de los centros escolares es, me atrevería a decir, infinita. Asociaciones de vecinos, centros de atención primaria, servicios municipales de diversa índole, comisarias, gimnasios y clubs deportivos, organizaciones no gubernamentales, grupos de voluntarios, otros centros educativos, academias de idiomas, grupos excursionistas, centros culturales... En fin, la vida en sus múltiples variantes.

Así pues, resulta impensable pensar en el entorno de los centros educativos como un espacio del cual salvaguardarse. Al revés, las escuelas y centros de formación deben abrirse a su entorno y optimizar los recursos disponibles para mejorar su experiencia educativa y para enriquecer y adaptar sus servicios a las demandas de la sociedad. Además, en el caso de los centros de adultos (donde una de las principales preocupaciones debería ser la mejora de la ocupabilidad del alumnado) estar atento al runrún del entorno puede ofrecer interesantes posibilidades formativas y ocupacionales que no hay que desaprovechar. Trabajar de manera creativa con el entorno para establecer sinergias y complicidades debe ser una vía a explotar por parte de los centros educativos. ¡Manos a la obra!


viernes, 7 de febrero de 2014

¿Hacia dónde? La importancia de la orientación académica

Seguramente nunca se ha hablado tanto de educación como a lo largo de los últimos años. Nos gusten o no los motivos por los cuales esto es así, la educación está en el centro del debate público y, en este sentido, la formación de personas adultas no es una excepción. De hecho, la crisis económica ha tenido un efecto directo y claramente visible en la formación de adultos. Muchas personas con niveles de cualificación profesional elementales (aunque también profesionales con estudios medios y superiores) se han visto expulsadas de un mercado laboral que hizo trampas durante años mostrándose sólido y generoso. Una vez fuera de él, ¿cómo retomar su formación?, ¿por dónde tirar?

En este contexto de cambio es donde resulta imprescindible una buena orientación académica y profesional. Una parte importante del alumnado que se dirige a los centros de adultos tiene un sentimiento en común: se encuentran perdidos. En algunos casos, porque hace años -incluso décadas- que finalizaron sus estudios; en otros, simplemente, porque desconocen los recursos a su disposición para reemprender su formación. Existen numerosas posibilidades, opciones y variantes para volver a reintegrarse al sistema educativo. Pero a veces es precisamente la complejidad del mapa educativo la que desorienta a quienes pretenden retomar sus estudios.

Resulta fundamental, pues, dedicar tiempo a orientar al alumnado. ¿Cuál es su bagaje académico y profesional?, ¿cuáles sus intereses y expectativas profesionales?. Una orientación rigurosa debe atender también a cuestiones materiales. ¿Trabaja o está desocupado?, ¿dispone de tiempo o tiene obligaciones que limitan su disponibilidad? La respuesta a estas preguntas será la primera piedra sobre la que empezar a construir (o reemprender) su propio itinerario educativo.

Así pues, quizá uno de los mejores servicios que puede prestar un centro de adultos es precisamente el de orientar a aquellas personas que, desde distintos puntos de partida e intereses, se plantean retomar sus estudios. Servicios de orientación bien coordinados, accesibles a la ciudadanía y atentos a sus necesidades y demandas que deben ser una ventana por la cual asomarse al amplio y diverso panorama de recursos que ofrece la formación de las personas adultas.





jueves, 6 de febrero de 2014

De vuelta

Todos los caminos llevan al aula. Se fueron las grúas dejándonos, entre otras catástrofes, unas cifras de desempleo escandalosas, un mercado laboral raquítico y la desaparición del sector de la construcción, maná salvador de varios ministros de empleo de unos y otros. En un contexto tan complicado como el actual, la vuelta al aula se ha convertido en una alternativa muy recurrida por un número cada vez mayor de personas. El reciclaje profesional, el refuerzo y complementación de los estudios ya adquiridos o el acceso a estudios elementales que permitan acceder a un (más supuesto que real) mercado laboral son algunos de los motivos de este retorno a las aulas.

Año tras año, quienes trabajamos en centros de adultos vemos como existe un interés cada vez mayor en las formaciones desplegadas en nuestras escuelas. Cursos de alfabetización e idiomas, la preparación de las pruebas de acceso a ciclos formativos y a la universidad, el graduado en educación secundaria o formaciones profesionalizadoras de distintas características son solo algunas de las propuestas desarrolladas por los centros de formación de personas adultas. Además, los perfiles de los estudiantes se han diversificado y, en consecuencia, las escuelas de adultos deben hacer frente, no siempre con los recursos necesarios, a las demandas de este nuevo público.

Si bien la situación es complicadísima, la experiencia de gran parte de nuestro alumnado nos anima y nos hace confiar en el poder de la educación y la formación para revertir determinadas situaciones sociolaborales. Sin querer tirar del tópico de la educación como ascensor social (metáfora apta para otros tiempos), sí creemos en la formación permanente y en las nuevas posibilidades que ésta puede brindar.

Sobre todos estos aspectos se pretende reflexionar en este blog. Sin ninguna respuesta, eso sí, pero con mucho interés sobre todas las implicaciones derivadas de la "vuelta" a las aulas del alumnado adulto.