Hace unas semanas mi amigo Josep Miquel Arroyo escribía este artículo donde realizaba tres grandes peticiones-sugerencias al Departament d'Ensenyament en relación con la formación de personas adultas. Josep Miquel proponía tres grandes ejes de actuación: la remodelación del curso de educación secundaria para adaptarlo a los nuevos tiempos, realidades y perfiles del alumnado adulto; la ampliación de la inversión económica formativa y humana; y, por último (y quizás lo más importante) el compromiso real y efectivo por parte del Departament con el concepto de aprendizaje a lo largo de la vida.
Por supuesto que firmo en todas la propuestas del amigo Arroyo. Sin duda. Seguramente se trata de los tres grandes ejes sobre los que cualquier administración educativa del país podría ponerse manos a la obra. Formación, nuevos recursos y replantearse según qué formaciones no parece un mal plan de trabajo. No obstante, pensaba en proponer otros tres puntos que quizá concreten, complementen y enriquezcan las ideas plantedas por Josep Miquel. Así pues, aquí van las propuestas de un servidor.
En primer lugar, y viendo la deriva cada vez mayor de alumnado derivado desde los centros de educación secundaria hacia las escuelas de adultos, no sería mala idea analizar causas y consecuencias de este desembarco creciente. Es cierto que cada centro es un mundo y que la realidad de la educación de adultos es muy diversa. Seguramente existen entornos rurales donde esta tendencia es prácticamente nula. No obstante, parece evidente que en contextos urbanos, y especialmente en entornos socialmente desfavorecidos, este trasvase está siendo cada vez más destacado. Y creo que, salvo excepciones, no se está trabajando de manera coordinada desde los centros de adultos y desde los institutos de educación secundaria para afrontar esta situación. Quizá sea aquí donde el Departament d'Ensenyament (o la administración educativa de turno) debiera establecer estrategias para impedir que los centros de adultos se conviertan simplemente en un contenedor donde enviar al alumando que por diversos motivos no finaliza etapa o no consigue cumplir objetivos en los institutos.
En segundo lugar, y concretando la propuesta de Josep Miquel de incrementar la inversión en recursos, me parece imprescindible dotar a los centros de educación de personas adultas de equipos de asesoramiento, orientación y apoyo psicopedagógico. No todo, claro, pero una parte significativa del alumnado que llega a los centros de adultos requiere de atención y apoyo educativo individualizado. En muchos casos se trata de estudiantes que no han tenido una experiencia educativa grata en su pasado y que, a menudo, presentan necesidades educativas especiales. Resulta imprescindible, pues, contar con equipos profesionales que detecten estos casos de necesidades especiales y que acompañen a docentes y a estudiantes en su trabajo diario. Me consta que algunos centros cuentan con preofesionales de apoyo, pero se trata, sin duda, de casos excepcionales (al menos por estas latitudes).
Y por último, me parece imprescindible, también, iniciar una campaña de visibilización y, sobre todo, de potenciación de la educación de personas adultas. Y no solo me refiero a anuncios televisivos o campañas en los medios, que también. De hecho, ya se están llevando a cabo campañas mediáticas, más o menos acertadas, que promocionan la oferta de los centros de formación de personas adultas. No obstante, conociendo la realidad y el trasfondo de varias comunidades autónomas donde esto se está llevando a cabo, me parece que tras esas campañas de visibilización mediática no existe una verdadera política de potenciación de la educación de adultos. Para ello, cabe detenernos a revisar las verdaderas necesidades de la población, disponer los recursos necesarios y trabajar a medio-largo plazo para potenciar la educación de personas adultas como el espacio generador de nuevas oportunidades que, sin duda, ha sido y continúa siendo para miles y miles de personas durante cada curso escolar. Así pues, más importante que cualquier anuncio televisivo o cualquier otra campaña mediática resulta tener claros los objetivos y las necesidades a cubrir y disponer los recursos adecuados para conseguirlos. ¿Visibilización? Por supuesto, pero con trabajo de fondo detrás.
Pues nada, aquí van mis propuestas para la educación de adultos. ¿Por qué no te animas y compartes las tuyas? Hazlo en comentarios o, si lo prefieres, en Twitter con la etiqueta #3cosasfadultos. ¡Lo mismo hasta alguien nos atiende! 😏
Muy importante reflexionar para la mejora de la educación para adultos. En la Comunidad OrienTapas hemos lanzado un debate a partir de la segunda de las medidas que propones. Estamos de acuerdo en que la falta de apoyo psicopedagógico es una carencia habitual en educación para adultos: http://orientapas.blogspot.com.es/2018/03/hay-suficiente-apoyo-psicopedagogico-en.html
ResponderEliminarMuchas gracias por sumaros al debate. Sin duda, desde la orientación se puede aportar muchísimo al ámbito de la educación de las personas adultas. Gracias!
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